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Karim Marzuqa

Palestina

Kirchner tendría que ayudar a detener la ocupación de Gaza

Ni los llamados de atención de la ONU y el Consejo de Derechos Humanos han podido morigerar la barbarie israelí contra la población de Gaza. Néstor Kirchner, que hasta ahora tuvo una postura más bien proisraelí, debe revertir esa política equivocada.

Desde que el ejército israelita invadió Gaza, el 27 de junio, la estadística habla de 28 palestinos muertos, en su mayoría civiles y entre ellos varios niños. Los invasores habían sufrido una sola baja. Esa es la proporción de víctimas de uno y otro lado en mayo y junio último, en extremo desigual para los palestinos.

Antes los trataban como parias, ahora son blancos móviles del contingente de ocupación que anda en tanques Mercava, cuyos motores son fabricados en EEUU bajo licencia de General Dynamics. O son bombardeados desde F-16 provistos por EEUU mediante su trasnacional Lockheed Martin.

Cada día se ve más claro que Ehud Olmert quiere derrocar por la fuerza al gobierno de Ismail Haniyeh, lo que también afecta al presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas. Antes Israel establecía algunas diferencias entre ambos sectores. Pero la embajada israelita en Buenos Aires, reproduciendo un texto de su cancillería, sostuvo que Abbas se habría plegado a los planteos “terroristas” de Haniyeh. Textualmente, acusó: “si las intenciones del Presidente de la ANP y la facción Al Fatah eran fortalecer a Mahmoud Abbas, éste documento logra lo contrario. Lo distancia de la posición de Abbas en relación con el reconocimiento de Israel, en poner fin al terrorismo y en adherir a los acuerdos existentes entre la ANP e Israel, adoptando, en efecto, la línea del grupo terrorista Hamas en estos temas”.

Con los razonamientos simplistas del primer ministro Olmert, ex Likud y actual Kadima, y Amir Peretz, su aliado laborista en Defensa, resultaría que el primer ministro palestino y el presidente son terroristas. En consecuencia, hay que bombardearlos sin piedad. ¿Y qué hacer con la población palestina? La respuesta de las autoridades israelitas es obvia: que pague las consecuencias de haberlos elegido y de vivir en Gaza, en el lugar y el momento equivocados. Así razonan los que han reocupado Gaza y que en la primera semana de ocupación habían disparado 1.200 misiles y bombas contra viviendas e infraestructura civil.

El Consejo de Derechos Humanos de la ONU deliberó el 5 y 6 de julio en Ginebra y aprobó una resolución pidiendo a Israel “que ponga fin a sus operaciones militares en los Territorios Ocupados” y llamó la atención “sobre los efectos que la actual ofensiva puede tener sobre la situación humanitaria del pueblo palestino”.

Pero Olmert ni se inmutó, prosiguiendo los bombardeos y la invasión. Algo urgente tiene que hacer la humanidad para parar esa carnicería. Los roles están invertidos: ahora Goliath es Israel y el Holocausto es su campaña en Gaza.

¿Qué puede hacer Kirchner?

Néstor Kirchner puede hacer muchas cosas si quisiera aportar a la paz en Medio Oriente.

De inicio, un mandatario tan mediático como él, tendría que condenar públicamente el operativo invasor israelí y criticar a Israel por haberlo mantenido a pesar de la resolución adversa del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas.

Las autoridades de nuestro país tienen que desinvitar urgentemente al presidente israelí Moshé Katzav, cuya llegada a Buenos Aires está prevista para el 27 de julio. Argentina debe hacerle saber que la continuidad de la agresión en Gaza no hace aconsejable su viaje, y posponer la visita indefinidamente. Por supuesto, no hay que firmar un tratado comercial del Mercosur con Israel.

Hay otra cosa importantísima, que hace a nuestra soberanía. Argentina no tiene embajada en Palestina debido a la presión ejercida por Israel que ha sido escandalosa e hizo que Kirchner ni siquiera adoptara la decisión menor de abrir un consulado en Ramallah, sede de la ANP.

La primera dama Cristina de Kirchner visitó Israel y el 17 de mayo de 2005 se entrevistó con Ariel Sharon, por entonces primer ministro. Sharon le pidió concesiones pues aclaró que estaba dispuesto a profundizar las relaciones con la Argentina “siempre y cuando hubiera gestos de reciprocidad tanto política como comercial”.

Si fotografiarse sonriente con el responsable de las masacres de Sabra y Shatila en El Líbano ya fue un escándalo político para el gobierno argentino que presume de velar por los derechos humanos a nivel mundial, el colmo llegó en la reunión de la senadora con el entonces canciller israelí, Silvan Shalom. Este aprovechó la ocasión para expresar su desacuerdo con la posibilidad de que Argentina abriera una representación diplomática en Palestina. La senadora le respondió que “las decisiones en política exterior forman parte de la soberanía argentina, pero que entendía el reclamo (israelí) por los lazos de amistad entre ambos países”.

Cristina de Kirchner aceptó la injerencia de Tel Aviv: no tenemos aún embajada ni consulado en Palestina. Es una vergüenza de supeditación nacional al lobby de Israel y los empresarios argentino-israelitas. Hay que abrir esas legaciones para recobrar la soberanía y como una forma de estar más cerca del pueblo palestino, víctima del horror neonazi.

El lobby de la Ccai

En la nota de anteayer, informamos del lobby que hace la Cámara de Comercio Argentino Israelí (Ccai) presidida por Miguel Kiguel. Este representante del capital financiero e inmobiliario es directivo del Macroeconomics Advisory Group y titular de Nuverse Financial Advisors. Entró al Banco Hipotecario como presidente y luego permaneció como director como hombre de confianza de Eduardo Elztain, otro peso pesado de la Ccai desde que fue socio de George Soros.

Tanto Kiguel como Pablo Rojo fueron objetados en 2000 y 2001 por el extinto diputado Alfredo Bravo. No debían ser funcionarios del Banco Hipotecario privatizado, según fundamentó en su informe ante la Oficina Anticorrupción sobre la escandalosa privatización de esa entidad.

El presidente de la Cámara cerró en noviembre de 2003 el 39º Coloquio de Idea auspiciando un acuerdo con el FMI y los bonistas en términos desfavorables a los intereses nacionales. Dijo allí: “también está fuera de discusión la consolidación de los equilibrios macroeconómicos fiscal, monetario y externo. Y que para recuperar la inversión indispensable es preciso afirmar la confianza en reglas de juego claras, que respeten el derecho de propiedad, la seguridad jurídica y la rentabilidad empresaria”.

En la Cámara también talla Etztain, que tras separarse de Soros mantuvo el control de las compañías Irsa (inmobiliaria) y Cresud (agropecuaria). Con la primera es dueño de casi todos los shoppings de Buenos Aires, gran parte de Puerto Madero y cinco hoteles cinco estrellas. Con la segunda tiene 19 establecimientos agropecuarios y 420.000 hectáreas de tierras, ubicándose como uno de los mayores productores y terratenientes.

Hasta 2005, la presidencia de ese lobby proisraelita la tenía Marcelo Midlin. Es el dueño del fondo inversor Dolphin, la eléctrica Edenor adquirida a los franceses en 100 millones de dólares y la empresa de transporte eléctrico Transener. Ahora encabeza la Cámara de Empresarios Argentinos de la Energía (Ceade) y tiene mucho predicamento sobre el gobierno nacional, especialmente el ministro Julio de Vido.

Otra estrella de la Ccai es el Grupo Werthein, que tiene el 48 por ciento de la sociedad controlante de Telecom, toda la Caja de Ahorro y Seguros, empresas agropecuarias con 69.000 hectáreas y adquirente del BankBoston en sociedad con los sudafricanos de Standard Bank. Julio Werthein, director del Sudameris y titular por entonces de la Bolsa de Comercio, le declaraba a la revista Veintitrés (16/11/2000) : “el gobierno de Menem es uno de los más importantes que hemos tenido porque más allá de las críticas que le quieran hacer, el presidente Menem ha dejado un país organizado”.
 
Fuente: Emilio Marín, Argenpress.info

¿Cuándo aprenderá Israel?

El presidente palestino y otros dirigentes regionales e internacionales están pidiendo la liberación del soldado israelí "secuestrado" por milicias palestinas al tiempo que los habitantes de Gaza se preparan para una amplia invasión israelí. El mensaje es que los palestinos no deberían resistirse –sólo pueden, y deben, quedarse esperando a los israelíes en sus casas, patios de colegios y en la calle, preparados para morir. Secuestrar a un soldado israelí no nos acercará ni una milésima a la paz, ni tampoco nos acercarán los ataques israelíes de venganza; lo único que puede acercarnos a la paz es el fin de la ocupación.

Por Rifat Odeh Kassis

Cuando escuché por primera vez hablar del soldado israelí “secuestrado” por los palestinos y escuché el llamamiento de Abu Mazen a las facciones palestinas, seguido de los de otros muchos dirigentes árabes y extranjeros pidiendo su liberación, pensé que el soldado había sido secuestrado en un café en Tel Aviv. Este sentimiento se intensificó cuando oí al vocero del ejército israelí haciendo declaraciones ante Al Jasira, apelando a los secuestradores para que le salvaran la vida y lo enviaran de vuelta con su familia y sus padres. Comprendí finalmente que no era ése el caso cuando leí en la BBC que “el hombre desaparecido era el artillero de un tanque atacado durante un ataque efectuado por resistentes palestinos antes del amanecer desde un túnel de 300 metros cavado bajo la valla de la frontera de Gaza cerca del cruce de Kerem Shalom”. Sin embargo, en cierto modo me había confundido el estar todo el tiempo oyendo hablar de un “hombre” y no de un “soldado”.

 

Averigüé que ese soldado/hombre (para no molestar a la BBC) había sido secuestrado en combate en un puesto de control militar dentro de la Línea Verde. Como era el artillero de un tanque, supongo que participó en los lanzamientos de bombas y misiles contra Gaza y que, probablemente, era responsable de la muerte de algunos civiles, quizá hasta de la muerte de algunos niños y excursionistas en la costa de Gaza.

 

Inmediatamente, Israel culpó, como ya es habitual, del incidente a la Autoridad Palestina, incluido su Presidente, aunque el incidente había implicado a soldados y no a civiles.

 

The Associated Press escribió: “A pesar de los continuos esfuerzos de Abbas presionando a sus rivales de Hamas a la moderación, Olmert dijo que culpaba a todo el liderazgo palestino, incluido su presidente, de ser responsables de la espiral de violencia.”

 

“Debe quedar claro que consideramos a la Autoridad Palestina, a todos sus niveles, desde su presidente para abajo, elementos responsables de esta operación y de todo lo que ocurra a partir de ella”, dijo Olmert refiriéndose a Abbas.

 

Más tarde averigüé que el soldado, además de ciudadano israelí, es también ciudadano francés. El gobierno francés fue alertado y anunció que harán todo lo que puedan para salvar la vida del soldado y devolverle con sus amigos y seres queridos – un ciudadano francés sirviendo en territorios ocupados ilegalmente en violación de la IV Convención de Ginebra, de la cual Francia es signataria. No estoy segura de la posición del gobierno francés pero, que yo sepa, no animan habitualmente a sus ciudadanos a ir a Cisjordania o Gaza. Por eso, no puedo entender realmente cómo en esta ocasión el gobierno francés puede aprobar la presencia en Gaza de un ciudadano francés que no está allí de picnic sino violando deliberadamente el Derecho Internacional.

 

Admito que no soy una persona violenta. Me desagrada cualquier actividad violenta y no creo que ningún conflicto pueda o deba ser resuelto mediante la fuerza y la violencia. Por eso creo absolutamente en el Derecho Internacional, que reconoce a los pueblos ocupados el derecho a resistir a sus ocupantes por todos los medios. Gaza, como el resto de Cisjordania y el Este de Jerusalén, está todavía bajo ocupación y no ha sido liberada ni “traspasada” como intentan decir Israel y algunos medios.

 

Retrocediendo a 2004, mucho antes de que la desconexión unilateral de Israel de Gaza tuviera lugar, el relator especial sobre la situación de los derechos humanos en los territorios palestinos ocupados de la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas, profesor John Dugard, escribió en su informe oficial a la Comisión:

 

“Israel no planea abandonar sus dominios en la Franja de Gaza. Planea retener el control último sobre Gaza controlando sus fronteras, sus aguas marítimas y su espacio aéreo. En consecuencia, según la ley, continúa siendo un poder ocupante que sigue sujeto a las obligaciones señaladas en la IV Convención de Ginebra.”

 

En su último informe tras su visita a los Territorios Ocupados Palestinos entre el 9 y 17 de junio, Dugard escribió:

 

“Gaza está bajo estado de sitio. Israel controla su espacio aéreo y ha reanudado las bombas sónicas que aterrorizan y traumatizan al pueblo palestino. Los asesinatos selectivos de militantes están aumentando. Inevitablemente, al igual que en el pasado, esos asesinatos han implicado la muerte y las heridas de transeúntes inocentes. Israel también controla las aguas marítimas de Gaza y dispara sus misiles hacia el territorio desde barcos en el mar… Dentro de Gaza, los servicios sanitarios se han visto gravemente afectados por la prohibición de financiar equipamiento y suministros médicos administrados por la Autoridad Palestina gobernada por Hamas. La falta de pago de salarios a los empleados de la AP ha afectado tanto a hospitales como a colegios porque los empleados no pueden permitirse el lujo de desplazarse para trabajar. El desempleo y la pobreza no paran de aumentar. Después de un largo período de cierre del cruce comercial de Karni, volvió a abrirse pero sólo se ha tramitado el paso de unos cuantos camiones, con el resultado de que Gaza carece aún hasta de los comestibles más básicos y sigue sin poder exportar sus productos.”

 

Para empeorar las cosas un poco más, cuando Al Jasira le preguntó a un vocero militar si Israel detendría su planeada invasión de Gaza una vez que el soldado fuera liberado, contestó que ésas eran dos historias diferentes. Es decir, que Gaza será invadida de una forma u otra. Según el diario israelí Yediot Ahoronot, la invasión de Gaza fue planeada mucho antes del secuestro del soldado. Eso significa que no sólo los niños en prisión no van a ser liberados a cambio de la vida del soldado, sino que es probable que mueran más niños durante la próxima invasión.

 

Así es, en efecto, el presidente palestino y otros dirigentes regionales e internacionales están pidiendo la liberación del soldado al tiempo que los habitantes de Gaza se preparan para una amplia invasión israelí. El mensaje es que los palestinos no deberían resistirse –sólo pueden, y deben, quedarse esperando a los israelíes en sus casas, patios de colegios y en la calle, preparados para morir. Los palestinos no deben defenderse ni defender a sus niños; sencillamente, lo único que tienen que hacer es esperar a que los maten sin presentar resistencia ninguna, esto no es más que un mero y vulgar acto de terror.

 

Mientras tanto, Associated Press y Reuters escribieron:

 

“… la familia del soldado rompió su silencio el lunes para pedir a sus captores que lo traten con humanidad y que recuerden que tiene una familia que le echa mucho de menos. Noam Shalit, en una entrevista con Associated Press Televisión, describió a su hijo como un muchacho tranquilo y servicial que había seguido la senda de su hermano mayor metiéndose en el cuerpo de blindados del ejército. ‘Lo único que tenemos que hacer ahora es no perder la esperanza, sólo eso’, dijo.”

 

Leer esas conmovedoras líneas me llevó a compararlas con los sentimientos de una madre palestina que había declarado a Al Jasira, tras los últimos bombardeos de Israel, que precisamente el concepto de esperanza es lo que ha sido borrado de su conciencia.

 

Lo que la familia Shalit está sintiendo ahora es exactamente lo que sienten o han sentido la mayor parte de las familias palestinas. Todos los israelíes deben conocer eso. Necesitan saber, y aceptar, que los palestinos son tan humanos como ellos. Los palestinos lloran cuando sus niños son asesinados y se sienten desesperados cuando sus hijos son encarcelados. Ese horrible ciclo vicioso de violencia tiene que detenerse. Israel debe terminar con su ocupación de una vez por todas y no dejar de lado ninguna cuestión importante, como hace siempre. Deberían retirarse completamente de Gaza y Cisjordania, incluido Jerusalén Este, y devolver a los palestinos sus derechos políticos y económicos. Los israelíes necesitan dar a los palestinos la oportunidad de vivir junto a ellos en paz y prosperidad –en una paz justa.

 

Secuestrar a un soldado israelí no nos acercará ni una milésima a la paz, ni tampoco nos acercarán los ataques israelíes de venganza, los ataques preventivos o castigos colectivos, como hurtar los suministros de alimentos, la electricidad o el agua. La única respuesta lógica de Israel debería satisfacer a la familia Shalit, y a cualquier afligida familia israelí o palestina, poniendo fin a la ocupación. El momento ha llegado. El tiempo ha sido siempre ahora. Israel, ¿cuándo aprenderás?

 

La fuente: Rifat Odeh Kassis es una activista palestina por los derechos humanos y presdiente de Defense for Children International. El artículo original en inglés fue publicado por Electronic Intifada. La traducción pertenece a Sinfo Fernández para Rebelión.

El avance de los judíos dispara la tensión en Jerusalén

 

La zona árabe de la ciudad se convierte en un polvorín tras el aumento del número de colonos

Por Juan Miguel Muñoz - Jerusalén

 

La colonización judía de la Jerusalén árabe y de su entorno avanza imparable. A la docena de grandes asentamientos que ya cercan la mitad palestina se suma el goteo de fanáticos religiosos que aprovechan ingentes ayudas financieras privadas y el respaldo del Gobierno israelí para mudarse a barrios en los que hasta hace escasos años sólo vivían palestinos. La tensión es enorme. La mecha, piensan muchos, está encendida. Resta saber su longitud. "Jerusalén Este se halla en el umbral de una poderosa explosión. Esta explosión no tendrá que ver con el nacionalismo. Sucederá por la mezcla de varios factores... Está escrito en las paredes, pero los funcionarios israelíes no pisan el lado oriental de la ciudad y no lo ven venir", ha escrito Meir Margalit, coordinador del Comité Israelí contra la Demolición de Casas, ex concejal y doctor en Historia Judía Moderna.

 

 

 
La crisis económica, la rampante corrupción de altos funcionarios de la Autoridad Nacional Palestina que se llenaron los bolsillos durante una década, la decepción respecto a un proceso de paz con Israel en el que casi nadie cree, la discriminación que sufren a diario los palestinos residentes en Jerusalén Este; en fin, la ausencia de toda expectativa configura un cóctel repleto de riesgos. Y la chispa saltará en cualquier momento. El odio se palpa, y la llegada de colonos, amparados por el Ayuntamiento y el Gobierno, hace prever a buen número de organizaciones de derechos humanos que un estallido violento es sólo cuestión de tiempo.

 
La incesante colonización ejecutada por El Ad, Ateret Cohanim y varios grupos que se nutren de donaciones de millonarios estadounidenses y de las prebendas del poder político comenzó a mediados de los noventa, precisamente cuando el hoy primer ministro, Ehud Olmert, ejercía como alcalde. Alentó la edificación y la instalación de colonos -muchos emigrados de EE UU- en los barrios árabes. Todos conocen en Jerusalén Este a Irving Moskowitz, un magnate del juego que compra predios e inmuebles en la zona ocupada para instalar a extremistas judíos en medio de un mar de vecinos palestinos.

 

 

 

"Hay grupos muy ideologizados cuya misión es traer a colonos para hacer más difícil cualquier solución. Olmert ya trabajó en EE UU para conseguir financiación para El Ad", afirma Hagit Ofran, miembro de Peace Now, una de las ONG más activas en Israel. "Para el Gobierno", añade, "es ideal. Cuenta con alguien dispuesto a pagarlo todo, aprovechando la pobreza de los más débiles". Generalmente emplean a intermediarios palestinos para las adquisiciones de parcelas a los árabes, pero se utilizan otros métodos que tendrán consecuencias: se paga a personas mayores millonadas por sus viviendas y se formalizan los documentos. Pero el vendedor puede seguir en su domicilio hasta su muerte, momento en el que los colonos ocupan su lugar. Se evita así que sean asesinados. Si un palestino vende abiertamente una casa a un judío es hombre muerto.

 

 

 

Además del muro de hormigón que rodeará Jerusalén en pocos meses, y que hace inviable la vida familiar, cultural, económica y social de decenas de miles de palestinos, el Ejecutivo de Olmert acaba de anunciar la expansión de Givat Zeev, uno de los 12 asentamientos de la ciudad. Por no mencionar Maale Adumim, que con 30.000 vecinos secciona Cisjordania en dos mitades. Habitan la parte ocupada de Jerusalén 180.000 judíos y 231.000 palestinos. Pero en el corazón árabe de la ciudad vieja -con su inmensa carga histórica, simbólica y sentimental- un proyecto ya aprobado por el municipio reúne todos los requisitos para devenir en polvorín.

 

 

 

Ante la Puerta de Herodes funcionan una comisaría y una oficina de correos, y a unos 200 metros ondea la bandera de Israel sobre el tejado del Museo Rockefeller. Nada más atravesar la puerta de la muralla, junto a los comercios palestinos, cuelgan cámaras de vigilancia. "Los colonos ya han tomado posesión de un terreno de 9.000 metros cuadrados en el que los planes urbanísticos del municipio prevén construir 42 viviendas y una gran sinagoga. Está prohibido construir junto a la muralla, y todavía más que la sinagoga supere la altura de la muralla", comenta Margalit. Es exactamente el plan diseñado por el consistorio.

 

 

 

"La zona comercial adyacente va a decaer y se están ocupando las áreas estratégicas. Es la hebronización de Jerusalén", añade el autor del libro Discriminación en el corazón de la ciudad santa. Decenas de militares mantienen vedada la circulación en buena parte del centro de Hebrón a 170.000 palestinos para preservar la seguridad de 500 colonos. "Sólo la presión internacional", dice, "podría detener este proyecto".

 

 

 

El Gobierno no esconde sus intenciones. "A medida que Olmert se retire de Cisjordania va a ir dando más propiedades a los colonos en Jerusalén Oriental", augura Margalit. Al pie de una de las empinadas cuestas que conducen al Monte de los Olivos, un cartel anuncia: "Parque Nacional de En Zurim". Nada tiene de reserva natural. Es un amplio terreno cuyos propietarios palestinos no registraron. Todos sabían a quién pertenecían los dominios. La declaración de Parque Nacional exime de compensar a los dueños. ¿Y quién es el director de Parques Nacionales? Jonatan Cohen, un colono de la extrema derecha, correligionario del dirigente de Unión Nacional Benny Elon.

 

 

 

Metros más arriba de En Zurim, en la ladera del Monte Scopus, Elon dirige una yeshiva (escuela religiosa judía). A su vera, se han trasladado unas caravanas, las que emplean los radicales para instalarse donde juzgan conveniente. Gozan de impunidad, y sólo las decisiones políticas han permitido el desmantelamiento de alguna de las 126 diminutas colonias que el propio Gobierno israelí considera ilegales. Eso sí, se requieren años. Porque los trámites judiciales se eternizan cuando el demandante es un colono. Para cientos de palestinos que edifican ilegalmente en lugares sensibles, las órdenes de demolición se cumplen sin demora. Treinta días y la piqueta comienza a funcionar. "El municipio ha declarado que hay que mantener el balance demográfico, y esto determina su política. La demolición de casas es parte de esta política, pero en los últimos 10 años todos los palestinos que han podido han regresado a Jerusalén", declara Ofran.

 

 

 

"En el Ministerio de Justicia hay funcionarios que se encargan de la administración de las tierras de los ausentes [los expulsados por las guerras]. Se las otorgan a los colonos para que las administren. Pero es una gran mentira. Se trata de judaizar la parte oriental", advierte Margalit. Un tercio de los 70 kilómetros cuadrados de Jerusalén Este acogen ahora una docena de colonias judías. Salió gratis. Aunque legalmente se debe pagar por las expropiaciones, los palestinos se niegan a recibir dinero para no legitimar la ocupación.

 

 

 

 

 

La colonización de Jerusalén Oriental marcha tan pausada como inexorable. Pero tropieza con un obstáculo. Hagit Ofran explica: "Los límites de Jerusalén los dibujaron a partir de 1967 tres generales. Incluían 28 pueblos palestinos donde vivían 70.000 personas. Hoy son 230.000". El índice de natalidad de los palestinos es muy superior al de los israelíes.
 

 
Silwan es un barrio árabe al pie de la mezquita de Al Aqsa. Otro ejemplo de la arbitrariedad. Los arqueólogos dicen haber hallado restos de la ciudad del rey David. Y ya se ha constituido un parque nacional, gestionado por El Ad. Jóvenes de acento estadounidense armados controlan el acceso al recinto. Y otros deambulan a las puertas de casas adyacentes adquiridas por colonos judíos. "Hay 80 viviendas amenazadas de demolición para extender el parque", afirma Ofran. Muchas otras -190 en los dos últimos años- ya han caído bajo las excavadoras en la ciudad.
 

 

 

 

No se puede edificar ni sumar plantas a los edificios, costumbre muy arraigada entre los palestinos cuando necesitan espacio para sus familiares. Pero de 2000 a 2003, un edificio de siete plantas en un área de 800 metros cuadrados fue alzado. Ninguna autoridad acudió a derribarlo. ¿Nadie lo vio? "El milagro se puede explicar", ha escrito Margalit, "por el hecho de que la supervisión municipal era consciente de quiénes eran los propietarios del edificio que se elevaba ante sus ojos en el corazón de Silwan". Una bandera israelí cubre varias plantas de la mole. Los residentes palestinos no esconden su frustración e impotencia. Y a duras penas su odio.

 

 

 

El Parlamento de Israel promulgó en 1981 la ley que declara Jerusalén como su capital eterna e indivisible. Pero la unidad de la ciudad, 25 años más tarde, es un mito. Los palestinos y los israelíes se dan la espalda. Los ciudadanos judíos apenas pisan la mitad árabe; los taxistas no llevan al pasajero al otro lado; la compañía de autobuses Egged no cubre la parte árabe. Son dos mundos. Aunque los palestinos de Jerusalén representan el 33% de la población, sólo se invirtió en el este de la ciudad -en 2003- el 11,72% del presupuesto municipal. Casi 6.000 shequels (1.039 euros) invierte el municipio por cada ciudadano de la parte oeste. En la zona árabe la suma se reduce a 1.300 shequels.

 

 

 

La discriminación, con todo, no hace mella en el deseo de los palestinos de permanecer en su ciudad. "Los árabes de Jerusalén Este tienen residencia permanente, que puede anular el Ministerio del Interior por razones de seguridad, pero no gozan de ciudadanía. No tienen de pasaporte", explica la activista de Peace Now. No faltan políticos que ignoran esa situación.

 

 

 

Han pasado cuatro décadas -ayer se cumplieron 39 años del comienzo de la Guerra de los Seis Días y de la ocupación de Jerusalén Oriental- y todo empeora. Hasta la primera guerra del Golfo, la libertad de movimiento era completa y la "ocupación ilustrada", como la define Margalit, permitía a los palestinos mantener una vida digna. Todo cambió a partir de 1991. "La residencia pueden retirarla si un palestino ha estado ausente durante siete años desde 1967. Pero sumando todos los periodos, no tienen por qué ser siete años consecutivos", precisa Ofran.

 

 

 

"Lo que se está haciendo es un obstáculo para cualquier negociación. La policía teme que se estén creando células terroristas. Cada bloque que se anexiona ahora es un problema para el futuro. El plan de Olmert es lo más estúpido que se puede hacer. Sólo fortalece a Hamás", concluye Ofran.

 

"La derribarán conmigo dentro"

 

A un centenar de metros de la línea verde, la frontera que antes de la guerra de junio de 1967 separaba Israel de Jordania, vive Fuad Abu Taah y su numerosa prole. Su modesta casa y la de uno de sus primos se mantienen en pie en una zona rodeada por ministerios y por el cuartel general de la policía israelí, antaño tierras de cultivo de los Abu Taah. Estuvo a punto de ser demolida en la primavera de 1982, cuando se comenzaban a alzar edificios oficiales. Pero Zenab, la madre de Fuad, se plantó con una carta en la oficina del primer ministro de Israel, Menahem Begin. Relata Fuad que su madre, hoy octogenaria y muy enferma, escribió al dirigente: "Puede usted venir a mi casa a tomar té y café cuando quiera, o derribarla. Pero será conmigo y con mis hijos dentro". Ahí resisten, sin poder colocar un ladrillo. Han rechazado ofertas millonarias. Ya en 1948, la pudiente familia Abu Taah había sido forzada a abandonar la aldea de Lifta, muy próxima a Jerusalén, y Zenab había jurado que no partiría por segunda vez.

 

Se niega a doblegarse también la familia de Mohamed Abu el Haua, asesinado el 12 de abril. Mohamed había vendido varios de sus pisos a un prominente empresario y a un abogado, ambos palestinos. Pero los inmuebles acabaron en manos de El Ad, una organización de radicales judíos cuyo designio es asentarse y colonizar los barrios árabes de Jerusalén. Mohamed hizo de todo para demostrar que no había enajenado las viviendas a los colonos. Quienes lo hacen firman sentencias de muerte. Pero el 28 de marzo, los fanáticos religiosos llegaron a los pisos que habían comprado: nacía así el primer asentamiento en el barrio de A Tur, en el Monte de los Olivos.

 

Uno de los miembros de la extensa familia Abu el Haua no alberga duda alguna: "Sicarios del empresario palestino mataron a Mohamed para que no siguiera removiendo el asunto. Su cuerpo apareció en su coche incendiado en Jericó con tres tiros en la cara y cuatro en el pecho. Pocos días después, a las tres de la madrugada, varios colonos llamaron a la puerta de la planta baja del edificio y abrieron un maletín con 300.000 dólares. Querían el último de los pisos. El hermano de Mohamed y su viuda se negaron en redondo". Hoy las banderas israelíes cuelgan en las tres plantas superiores del edificio en obras.

Israel y Palestina: El nuevo espejismo sionista

Por Higinio Polo
 
1. Si atendemos a la actividad diplomática de Israel, el conflicto de Oriente Medio parece reducirse a una cuestión de terrorismo. Nada más lejos de la realidad. Si se acepta, como pretende la propaganda sionista, que Israel sólo se defiende del terrorismo (¿no hay una lucha de liberación palestina?, ¿no reconoció la ONU a la OLP como legítimo representante del pueblo palestino?), deja de existir la cuestión central: la ocupación militar ilegal de los territorios palestinos, cuya población tiene derecho, conforme a la legalidad internacional y a la Carta de las Naciones Unidas, a resistirse a la ocupación. Para Israel, la OLP, el FPLP, Hamás y otras organizaciones palestinas son terroristas (lo milagroso sería que, en las condiciones de ocupación y expolio, no hubieran surgido terroristas). A Hamás, vencedor de las últimas elecciones en Cisjordania y Gaza, se le exige que reconozca a Israel. Es decir, se exige a los ocupados que reconozcan a sus ocupantes, mientras la “comunidad internacional” no exige a Israel el reconocimiento de Palestina, el fin de la ocupación, el cese de los asesinatos selectivos, la represión, el robo de tierra palestina.

Israel recurre al terrorismo: no sólo al terrorismo de los ricos (bombardeos, aviones no tripulados, misiles, explosión de bombas a distancia), sino también al de los pobres: en Líbano, tanto Hezbolá como Israel colocaban bombas en las carreteras. Por otra parte, el terrorismo suicida (utilizado como pretexto para la construcción del muro israelí) no nació con Hamás. Apareció por primera vez en el Líbano, en la década de los ochenta del siglo pasado, y no fue exclusivo de los islamistas, ni tampoco realizado sólo por hombres, como con mucha frecuencia se afirma. En Líbano, algunas mujeres llevaron a cabo acciones suicidas y los movimientos nasseristas utilizaron también el terrorismo suicida, que aparece mucho más tarde en los territorios palestinos ocupados por Israel. El terrorismo de Hamás y de la Yihad es de pobres, con suicidas cargados de cinturones de explosivos, que buscan causar víctimas entre la población civil, en pugna con un terrorismo más eficaz de comandos militares, misiles y helicópteros.

Hamás, que ha cumplido la tregua declarada hace un año, sin realizar atentados, ha comprobado que ello no ha supuesto la paralización de los asesinatos realizados por Israel. Sin embargo, ese letal terrorismo israelí apenas es noticia, a diferencia de los atentados perpetrados por Hamás o por otros grupos palestinos. La violencia terrorista no tiene límites para el gobierno israelí: pese a ello, incluso Hamás diferencia entre loa asesinatos de sus militantes, que juzga comprensibles habida cuenta de la situación de enfrentamiento militar, y los bombardeos de poblaciones civiles, que, en clara violación de toda la legislación internacional, Israel sigue realizando para castigar y aterrorizar al pueblo palestino.

Los principales dirigentes de Hamás fueron asesinados por Israel: Sheik Yassin, en marzo de 2004, y el doctor Abdel Aziz Rantissi, en abril del mismo año. La lista de asesinatos selectivos ordenada por los gobiernos israelíes es interminable, y se ha ejecutado en muchos países. Solamente en enero y febrero de 2006, Israel ha lanzado más de diez operaciones terroristas en Gaza y Cisjordania, asesinado a varias decenas de palestinos. A principios de febrero, un tribunal militar israelí condenaba a treinta y cinco años de cárcel a Mustafá Kamel Badarneh, dirigente del FDLP, acusado de dirigir las Brigadas de Resistencia Nacional Palestina, los guerrilleros del FDLP que atacan al ejército ocupante israelí. La represión es igualmente dura con el FPLP: recuérdese que en agosto de 2002, misiles israelíes destruían su sede central en Ramala, asesinando a Abu Alí Mustafá, el secretario general del FPLP.

Es cierto que la caracterización de la resistencia y de las formas de lucha enfrenta a las organizaciones palestinas. A diferencia de la acción que practican los islamistas palestinos, el FPLP no ataca nunca a la población civil israelí: jamás mandaría a un militante a inmolarse en un autobús. Pese a esa firme decisión, más de la cuarta parte de las acciones de la resistencia ante la ocupación son protagonizadas por el FPLP, y no va a renunciar a la resistencia. Tras la victoria de Hamás, los dirigentes del FPLP abonan la democratización de la OLP y la unión de todas las organizaciones resistentes. Su programa puede resumirse en la liberación de Cisjordania y Gaza, el retorno de los refugiados y la creación de un Estado unitario, laico y democrático, en todo el territorio de la vieja Palestina, donde convivan todos los grupos religiosos que lo hacen actualmente.

“El muro es para defendernos de los terroristas suicidas”, alega Israel, pero, en la práctica, su construcción está arrasando cultivos palestinos, rodeando poblaciones, aislando a miles de personas, encarcelando a otras, apoderándose de buena parte del territorio de Cisjordania. El muro no es una defensa contra el terrorismo; es, sobre todo, un intento de apoderarse de más territorios. Los soldados israelíes utilizan sus excavadoras para arrasar los campos palestinos, mientras continúa expropiándose tierra en Jerusalén y Cisjordania para entregarla a colonos judíos, en ocasiones llegados desde otros países. El racismo antiárabe que acompaña a esa política se ha visto en la retirada de Gaza, donde Israel ha dejado arrasados los asentamientos judíos, que eran ilegales según las resoluciones de la ONU. Pese a la retórica antiterrorista de la construcción de un muro defensivo, la sistemática violación de los derechos humanos en los territorios ocupados, la política de asesinatos selectivos, las incautaciones y la propia ocupación militar y la negativa a reconocer a Palestina, muestran la verdadera cara de Israel.

La nueva ocupación israelí de Cisjordania y Gaza, contrariando los acuerdos de Oslo, hizo que la ONU aprobara una nueva resolución, la 1402, que exige la retirada israelí de las ciudades palestinas ocupadas y la renuncia al terrorismo. Fue inútil: Israel siguió manteniendo el cerco sobre Ramala y sobre la presidencia de Arafat, encerrado en la Mukata, de donde saldría para morir. Israel no tiene intención de renunciar al terrorismo de Estado: Avi Dichter, un hombre que dirigió los servicios secretos israelíes del interior, el Shin Bet, y que asesora en asuntos de seguridad al primer ministro, Ehud Olmert, ha señalado públicamente a Ismail Haniya, encargado de formar el nuevo gobierno palestino, como “un objetivo legítimo” de los asesinatos selectivos de Israel.

2. Los refugiados palestinos constituyen uno de los grandes problemas contemporáneos de la humanidad. De hecho, de los más de nueve millones de palestinos, apenas 3.700.000 viven en los territorios ocupados. En Israel vive otro 1.200.000; a los que hay que añadir los 2.500.000 que viven en Jordania; los 400.000 del Líbano, otros 400.000 en Siria, y 500.000 más sumando los que viven en Arabia, los países del golfo Pérsico y Egipto.

El proyecto sionista soñaba con la tierra prometida. Y la campaña para asentarse en Palestina no tenía como objetivo único escapar de la persecución en Europa, puesto que podrían haberse dirigido a cualquier otro lugar, además de a la Palestina del mandato británico. De hecho, muchos lo hicieron: a Estados Unidos, a Argentina, Australia. Tampoco pretendían salir adelante, rehacer sus vidas, como tantos millones de emigrantes lo han hecho en el siglo XIX, en el XX, y en el que hemos iniciado. Los judíos que llegaron para establecerse en Palestina no querían compartir la tierra con quienes allí vivían desde hace siglos. Llegaron para apoderarse de un país que no era suyo y expulsar a sus habitantes. “Esta tierra es nuestra”, siguen afirmando los sionistas. Así, la expulsión de centenares de miles de palestinos de sus pueblos y ciudades (en una feroz operación de limpieza étnica que el sionismo pretende justificar históricamente por el procedimiento de compararlo con el trasvase de población entre griegos y turcos en los años posteriores al hundimiento del Imperio otomano; en la partición de la India, en 1947; y en la evacuación alemana de Prusia oriental, tras la derrota del nazismo) sigue siendo una de las cuestiones centrales del conflicto de Oriente Medio. Sabra y Chatila ilustran el odio del sionismo hacia los refugiados palestinos, porque esos campos son una acusación permanente y la demostración del expolio y la persecución del pueblo palestino. Significativamente, un hombre honesto como Primo Levi, judío él mismo, superviviente de Auschwitz, condenó las matanzas de los campos de Sabra y Chatila, como se opuso a la invasión del Líbano.

El sionismo, desde su aparición, pretendió fundar un Estado judío, para los judíos, pero esa concepción implicaba la segregación, el apartheid, el racismo: para el proyecto sionista, o bien todos los habitantes del país son de religión judía, o bien hay que expulsar a los que no lo son. Así, sorprendentemente, Israel critica en su propaganda el rigorismo religioso saudí o iraní en la definición de sus Estados, pero asume con naturalidad las consecuencias de un Estado judío. ¿No resulta sorprendente que puedan ir los judíos de cualquier lugar del mundo a establecerse a Israel, pero no puedan hacerlo los palestinos que nacieron en esa tierra? No deja de ser revelador que judíos argentinos o rusos, norteamericanos o marroquíes tengan derecho al “retorno” a una tierra en la que jamás han estado, mientras los palestinos expulsados de sus tierras no puedan hacerlo. Muchos palestinos siguen guardando las llaves de sus casas, de Jaffa, de Jerusalén o de San Juan de Acre. Muchas de esas casas ya han sido destruidas: Israel sabe que hay que borrar las huellas del expolio.

Ni siquiera la izquierda moderada israelí acepta el retorno de los refugiados palestinos: en todo caso, aceptarían su vuelta al hipotético Estado palestino que se crease en Gaza y Cisjordania, pero no el retorno a sus localidades de origen, es decir, al Israel actual. La posición israelí es terminante en este asunto. Israel pretende enterrar la cuestión de los refugiados, aunque esté reconocida por la resolución 194 de la ONU; y quiere apoderarse para siempre de Jerusalén, arrebatar a los palestinos una parte de Cisjordania, y, al final del proceso, aceptar un simulacro de Estado palestino, dividido en bantustanes y sometido al control israelí. Porque Israel no quiere renococer las fronteras de 1967, y ese es el principal obstáculo para la paz: pese a su forzada retirada de Gaza, convertida en un hacinado polvorín, Tel-Aviv ha continuado con la ampliación de las colonias en Cisjordania y con la construcción del muro, que, de hecho, hace inviable la creación de un Estado palestino. Además, el intento de ahogar financieramente a la ANP, dejando de entregar los impuestos recogidos en su nombre, o exigiendo el recorte de la ayuda financiera internacional, siembra dudas sobre las intenciones sionistas. ¿Juega también Israel a alentar una guerra civil palestina?

3. La victoria de Hamás en las elecciones ha cambiado el escenario. La corrupción ha sido una de las causas por las que la Autoridad Nacional Palestina ha visto reducidos considerablemente sus apoyos entre la población de los territorios ocupados. La OLP, como coalición de diferentes organizaciones, de las que Al Fatah es la más importante, está ahora en una difícil situación. La izquierda palestina propone la democratización de sus estructuras y la inclusión de Hamás en ella, como una forma de impulsar la creación de un Estado palestino. Pero la corrupción no es asunto exclusivo de la ANP: recuérdese que, en Israel, Annex Research -la empresa que servía para que el dinero de la corrupción llegase hasta Sharon y su partido- es apenas un ejemplo del pantano en que se mueve la política israelí.

Hamás vio crecer su influencia tras la ocupación israelí de Cisjordania y Gaza, cuando terminó la guerra de los seis días en 1967. La conjunción de intereses entre Israel y los países árabes que, aunque respaldaban formalmente a la OLP no veían con agrado su indiferencia religiosa y su laicismo, hizo que empezaran a financiarse grupos de palestinos islamistas insatisfechos con el movimiento dirigido por Arafat: la OLP siempre ha combatido el integrismo islámico. Los sangrientos enfrentamientos de los palestinos con la milicia chiíta de Amal, en Líbano, en los años ochenta, o, más recientemente, a finales de mayo de 2003, en el campo de refugiados de Ain El Helue, del sur del Líbano, donde los milicianos de Al Fatah se enfrentaron a organizaciones cercanas a Al Qaeda, a las que querían expulsar del campo de refugiados, son muestra de esas diferencias. Hombres de Usbat El Nur y de Usbat El Ansar atacaron a los milicianos de Al Fatah, asesinando a siete de ellos y causando heridas a una treintena de palestinos refugiados.

Tanto Israel como Arabia y otras monarquías petroleras financieron a los grupos islamistas que, ya en los años setenta, desarrollaban labores de asistencia social en los territorios ocupados. Hamás fue utilizada por los gobiernos israelíes (laboristas y del Likud) para limitar la influencia de la OLP en los territorios ocupados: frente a una organización como la OLP, que ponía énfasis en las reivindicaciones nacionales y políticas, se opuso otra, Hamás, que encontraba en las raíces religiosas su razón de ser. Tel-Aviv, jugando a aprendiz de brujo, creyó que podría concluir un tácito acuerdo con quienes también se oponían a Arafat y a su círculo de la vieja guardia tunecina. Es un recurso conocido. Si Estados Unidos financió y estimuló el islamismo como freno al panarabismo socialista (como, después, financió el terrorismo islamista de Ben Laden para combatir a la URSS en Afganistán), Israel protegió al islamismo de Hamás desde sus inicios: primero, para limitar la influencia de la OLP, y, en segundo lugar, para combatir después, más fácilmente, un movimiento de liberación nacional palestino que estuviera dirigido por el islamismo y no por la izquierda laica. La propia ONU reconoce que la resistencia no es terrorismo, pero, en los últimos años, la propaganda sionista ha conseguido, en parte, crear el espantajo de una resistencia palestina en manos del islamismo y del terrorismo.

El Frente Popular para la Liberación de Palestina, FPLP, de filiación comunista, denunciaba tras la victoria de Hamás en las últimas elecciones, que, en Gaza, los círculos religiosos islamistas fueron apoyados y financiados por Israel desde hace más de treinta años, para acabar con el enorme arraigo popular que tenían las organizaciones de izquierda. Consiguieron ese objetivo: en la oleada islamista de Hamás, el FPLP (que continúa siendo una de las organizaciones más relevantes de la resistencia palestina, gobierna en Belén y Ramala, las ciudades más importantes de Cisjordania, y su secretario general, Ahmed Saadat, ha sido elegido diputado, aunque permanece prisionero en la cárcel de Jericó, vigilado por militares norteamericanos y británicos) sólo ha obtenido tres diputados: además de Ahmed Saadat, Jaleda Jarrar, en Nablús, y Jamal Majdalawi en Gaza. Ahmed Saadat, declaraba a principios de 2004 que Arafat, Abu Alá y la dirección de la ANP le habían abandonado.

Pero la victoria de Hamás inaugura una nueva situación. Sin embargo, debe recordarse que, en las elecciones al Consejo Nacional Palestino, el parlamento, sólo ha podido votar la mitad de la población palestina: la otra mitad sigue viviendo en los campos de refugiados, en Líbano, Siria, Jordania; y que la izquierda palestina ha sido incapaz de configurar un frente unido: se han presentado, por un lado, el FPLP, y, por otro, una coalición formada por el Partido del Pueblo Palestino, el FDLP y una pequeña organización socialista. El impacto de la corrupción, reconocido por los propios dirigentes de Al Fatah, la práctica paralización de las negociaciones (Oslo y la hoja de ruta parecen un recuerdo lejano), y la difícil vida bajo la ocupación han sido claves en su derrota. Por si faltara algo, Hamás atribuye la retirada israelí de Gaza a su resistencia armada y a su firmeza para no negociar con Israel. También ha contribuido al resultado el injusto encarcelamiento de Maruan Barguti, que hubiera podido ofrecer una alternativa laica, opuesta a la dirección oficial de la OLP: él mismo denunciaba la corrupción de su organización. Barguti, tras las elecciones, ha llamado a la formación de un gobierno de coalición entre Al Fatah y Hamás. Pero Al Fatah no estaba dispuesta a entrar en un gobierno con los islamistas: solamente sobre la base de la continuidad de la política de acuerdos con Israel están dispuestos sus dirigentes a negociar su participación, aunque esa política haya mostrado ya sus limitaciones. Así, la salida del primer ministro Abu Ala hizo que el presidente Abu Mazen encargase la formación del nuevo gobierno al dirigente de Hamás, Ismail Haniya, que ha creado un gabinete de veinticuatro ministros que ha sido respaldado por el Parlamento. El FDLP se había mostrado dispuesto a entrar a formar parte de un hipotético gobierno de unidad nacional, sobre la base de un programa social y político, y asegurando los mecanismos democráticos de control.

A Hamás se le acusa de pretender crear un estado islámico, algo que sus dirigentes niegan, aunque su rigorismo religioso es equivalente a la definición del Estado judío. Jaled Meshal, dirigente de Hamás (a quien el Mossad intentó asesinar, en Ammán, inyectándole un veneno: el asunto suscitó un escándalo internacional, y los agentes israelíes, que cayeron detenidos, fueron intercambiados por el antídoto para el veneno inoculado a Meshal), declaraba tras la victoria de su partido que, si Israel aceptaba el derecho palestino a vivir en libertad en su tierra, la paz era posible. Para Hamás, los acuerdos de Madrid y de Oslo no han resuelto la ocupación, al tiempo que Israel, con la construcción del muro, se apropia de nuevas tierras palestinas. La hoja de ruta, que impone la desmilitarización de las milicias palestinas y, en la práctica, el fin de la resistencia, deja para el futuro las cuestiones más importantes para los palestinos: el estatuto definitivo de Jerusalén, el retorno de los refugiados y los propios límites del Estado palestino. Frente a la exigencia de los gobiernos occidentales de que Hamás renuncie a las armas y a la destrucción de Israel, los islamistas mantienen que, en sus textos fundacionales hablan de “acabar con la ocupación israelí de Palestina”. Hamás se niega a aceptar los acuerdos de Oslo y no va a reconocer a Israel.

4. Los acuerdos de Oslo, de septiembre de 1993, por los que Israel y la OLP se reconocían mutuamente, implicaban que, en cinco años, Israel se retiraría de Gaza y Cisjordania. El estatuto definitivo de Jerusalén, el futuro de los refugiados, las colonias israelíes en tierras palestinas, así como la definición de las fronteras y las características del futuro Estado palestino se posponían para el futuro. Cuando expiró el plazo, en 1998, el gobierno israelí, alegando diferentes pretextos, había incumplido más del noventa por cierto de los acuerdos. Continuó con una dura política de represión, cuya ferocidad se mostró al mundo en el cerco a Arafat en Ramala.

Los acuerdos de Oslo fracasaron. La hoja de ruta impulsaba la creación de un Estado palestino provisional para finales de 2003, con el fin de la violencia de ambas partes, y pretendía que, dos años después, al término de 2005, se habrían definido unas fronteras seguras y reconocidas, de acuerdo con la resolución 1397 de la ONU de marzo de 2002. Se configuraba así un acuerdo global en la región, con el patrocinio del llamado cuarteto (Estados Unidos, Unión Europea, Rusia y Naciones Unidas) que incluiría la solución a la cuestión de los refugiados, de Jerusalén, de las colonias ilegales y de las fronteras definitivas. Sin embargo, la negativa de Israel a negociar, con diferentes excusas (“Arafat es un terrorista”, “Abu Mazen es muy débil”, “el terrorismo continúa”), ha hecho inviable también ese plan. Ahora, Estados Unidos y la Unión Europea exigen a Hamás la renuncia al terrorismo, pero evitan pedirle lo mismo a Israel. Se exige a Hamás que reconozca a Israel (como hizo la OLP, sin resolver nada), olvidando la incongruencia de que tengan que ser quienes padecen una ocupación militar (¡hace ya 40 años!) los que tengan que reconocer a sus opresores. La Liga Árabe, a través de lo que se conoce como la declaración de Beirut, de 2002, recordaba que Israel debe cumplir las resoluciones internacionales, los acuerdos de la Conferencia de Madrid de 1991 y retirarse a las fronteras del 4 de junio de 1967, para conseguir una paz justa de acuerdo con las resoluciones 242, 338 y 425 del Consejo de Seguridad de la ONU. Estados Unidos y la Unión Europea deberían exigir a Israel el cumplimiento de sus obligaciones de potencia ocupante y el acatamiento de las resoluciones de la ONU.

El Movimiento Islámico de Resistencia, Hamás, a través de su vicepresidente Musa Abu Marzook, escribía en el diario Washington Post, el 31 de enero de 2006, que el Consejo Legislativo Palestino, creado hace una década, no había resuelto los problemas del pueblo palestino y que su vida había empeorado hasta extremos imposibles. Negaba que Hamás pretenda instaurar un Estado islámico: por el contrario, están decididos a preservar “Tierra Santa” para las tres religiones monoteístas. Abu Marzook reclamaba una nueva hoja de ruta, porque el proceso de paz anterior supuso, en la práctica, la expansión de las colonias israelíes y el expolio de tierras palestinas, y un diálogo justo: “¡Debe llegar el día en que vivamos juntos, como antes!”, afirmaba. En algo tienen razón los dirigentes de Hamás: “¿Qué más puede hacernos Israel?”, se preguntan, “¿rechazar unas negociaciones que no existen?” Uno de sus principales dirigentes recordaba que “la realidad de la ocupación son los humillantes puestos de control, el derribo de viviendas, las detenciones ilimitadas y sin juicio, los asesinatos extrajudiciales y los miles de civiles muertos”.

El plan de desconexión de Gaza llevado a cabo por Ariel Sharon, fue el aceptamiento de una evidencia: era imposible mantener la ocupación. De manera que, ahora, el nuevo espejismo sionista ha encontrado forma en el intento de “separar a los palestinos” de la vida de Israel. Kadima, el nuevo partido creado por Sharon y Peres, que tiene a Ehud Olmert como principal candidato, ha prometido en la campaña electoral “separar a los palestinos de nuestras vidas”, fijar las fronteras de manera unilateral, como una forma de terminar con uno de los conflictos más largos y envenenados del mundo contemporáneo. Kadima pretende, así, la incorporación de los territorios donde se encuentran los principales “asentamientos”, es decir, las ilegales colonias judías creadas a la fuerza, y todo Jerusalén y sus alrededores, todas las tierras que el muro deja en el interior de Israel, más el valle del Jordán fronterizo con Jordania. Todo eso supondría, tras el forzado abandono de Gaza, la anexión de más de la mitad de Cisjordania, y dejaría para el futuro Estado palestino apenas el diez por ciento, en enclaves aislados, de lo que había sido la Palestina del mandato británico.

Hay que destacar que ni los palestinos más radicales, al margen de la retórica para consumo militante, reclaman las fronteras de la partición de la ONU en 1947: se conforman con las fronteras de 1967 que suponen, como se ha indicado, la renuncia a la cuarta parte del Estado palestino ideado por la ONU en 1947. Las cuestiones fundamentales que siguen suscitando unanimidad entre las organizaciones palestinas son apenas tres: el regreso de los refugiados, la continuación de la resistencia contra la ocupación israelí, la aspiración a un Estado independiente con capital en Jerusalén. Las tres son irrenunciables: ceder, supondría la dispersión definitiva, el éxodo, la desaparición. Hamás aceptaría una tregua si Israel se limitase a las fronteras de 1967, y si dejase de matar a sus militantes. Pero ¿acaso es posible que Israel acepte algo semejante? La victoria de Kadima en las elecciones israelíes, sujeta a acuerdos con partidos menores para formar nuevo gobierno, puede abrir una vía de negociación ficticia para forzar la aceptación resignada de ese nuevo plan de desconexión: será un nuevo fracaso para la paz.

Tal vez Rabin estaba de acuerdo en cumplir los acuerdos de Oslo en su totalidad: fue asesinado. Los gobiernos laboristas que gobernaron hasta 2001 eran contrarios a la retirada israelí a las fronteras anteriores a 1967, y el Likud ha continuado esa política. Kadima va a defender la misma estrategia. No debe olvidarse que, ya en 2003, Ehud Olmert propuso la retirada de Gaza y parte de Cisjordania, basándose en el riesgo demográfico que suponía la población palestina: fue acusado por la extrema derecha israelí de rendirse al terrorismo palestino. Para Olmert la única posibilidad para preservar el Estado judío, confesional, es asegurar para el futuro que la mayoría de población dentro de las fronteras de Israel siga siendo judía. Así, Kadima estaría dispuesto a ceder una parte de Cisjordania e, incluso, a negociar el estatuto jurídico de una mínima parte de Jerusalén Este, poblado por palestinos, aunque incorporando toda la ciudad al Estado judío, sin que, al mismo tiempo, eso sea obstáculo para declarar terrorista a la nueva Autoridad Nacional Palestina dirigida por Hamás, con objeto de presionar y tomar posiciones. Esa dureza no es un error de Israel, sino una deliberada política para seguir negándose a una negociación real, apostando por la imposición unilateral de las fronteras de un minúsculo e inviable Estado palestino.

El sionismo ha renunciado a Gaza, pero continúa aspirando a quedarse con la mayor parte de Cisjordania. Ben Gurión insistió en que Israel no podía dejar volver a los refugiados palestinos: “los viejos morirán, y los jóvenes olvidarán”. En 1969, Golda Meir fue más lejos: dijo que los palestinos no existían. Los israelíes quisieron creer en esa ilusión. Pero los palestinos existen, y no han olvidado. Casi cuarenta años después, el nuevo sionismo pretende separar con un muro a millones de palestinos, encerrarlos en ghettos, olvidar para siempre a los refugiados y establecer una paz unilateral por separado que es otro espejismo más.
 
Fuente: www.larepublica.es

Al Nakba, la catástrofe de un pueblo...

"Ve y llevate el ultimo pedazo de mi tierra,
Abandona mi cuerpo joven en mazmorras,
Saquea mi herencia,
Quema mis libros,
Alimenta tus perros con mis peces,
Ve y esparce tu red de espanto
Sobre los techos de mi aldea,
Enemigo del hombre,
No habra tregua
Y habre de pelear hasta el fin,
Asi apagues tus fuegos en mis ojos,
Asi me llenes de angustia,
Asi falsifiques mis monedas,
O cortes de raiz la sonrisa de mis hijos,
Asi levantes mil paredes,
Y clavetees mis ojos humillados,
Enemigo del hombre,
No habra tregua
Y habre de pelear hasta el fin"

(Samih Al Qasem)

El olivo, Árbol nacional de Palestina

por Libia Ishtay de Abdel- Rahim

Cuando se habla de Palestina, muchos la relacionan a la guerra, a la muerte, a la desnutrición, al dolor, a los presos, pero muchos otros la ven como una tierra llena de una rica historia donde hay una singular tradición cultural, amor, apego a su costumbres, habitada por hombres y mujeres luchadores.

El pueblo palestino se caracteriza por su naturaleza hospitalaria; su territorio ha sido el cruce de caravanas y el punto de enlace entre tres continentes, razones por las cuales muy a pesar de las difíciles condiciones en la que viven miles de Palestinos siempre esta la mano amiga que se extiende para hacer sentir a todo visitante protagonista de su historia.

La agricultura y los efectos de la guerra

Hablar del impacto que ha tenido la ocupación en la vida diaria de cada individuo que compone Palestina, además del impacto en la cultura, la educación, la salud y la economía necesitarían miles de paginas. Sin embargo, es de su importancia tratar un tema que tal vez es un poco desconocido para mucho y que es un símbolo para todo Palestino, estamos hablando del olivar.

La agricultura es un sector productivo importante y primario desde los tiempos de los cananeos. Olivares, higüeros, nogales, almendros, vid, manzanos, cítricos- estos últimos eran exportados a Europa desde Jaffa y eran considerados las mejores naranjas del medio oriente- sin embargo desde la partición de Palestina se ha visto afectado por la campaña lanzada por Israel contra la economía Palestina, por otra parte el territorio palestino es un territorio semiárido y la lluvia es la única fuente de agua dulce, ya que Cisjordania esta privada de sus derechos en las aguas del río Jordán.

Las efectos que la ocupación israelí tienen sobre el sector de la agricultura palestina son alarmantes por mencionar algunos ejemplos

• Tala indiscriminada de medio millón de árboles, de los cuales la mayor parte es de olivo y cítricos.
• Destrucción masiva de almacenes agrícolas.
• Destrucción de granjas avícolas.
• Matanza de miles de cabezas de ganado.
• Apropiación de 70 000 hectáreas de tierras.

Cabe señalar que dentro del territorio palestino se construyen colonias israelíes y se sigue destruyendo y expropiando tierras a los campesinos palestinos. Dichas colonias se han convertido en verdaderos enemigos del medio ambiente ya que son construidas en zonas forestales de las colinas y las laderas de las montañas, destruyendo así los pocos bosques del territorio palestinos que quedan a causa de la construcción de estos asentamientos.

A lo largo de la ocupación israelí, la agricultura ha sufrido en Palestina la llamada “campaña de tierra quemada” y que consiste en la quema, tala o arranque de miles de árboles frutales con el fin de perjudicar este sector y que hoy por hoy representa la principal fuente de ingreso de su maltrecha economía.

La etapa de la recolecta de las aceitunas, que en tiempos antiguos era una de los momentos más hermosos de la familia, donde se reunían para recolectar el preciado fruto, hoy en día se ha convertido en un dolor de cabeza debido a los constantes ataques por parte de los colonos judíos y de los soldados que utilizan armas súper modernas, y lo cuales obligan a los agricultores a abandonar sus tierras para que posteriormente, las palas excavadoras, los buldózers y cierras eléctricas ejecuten su crimen.

La destrucción de los árboles frutales no sólo esta centrada en el olivo, árbol nacional de Palestina, sino también en el árbol de higo (higüero), ciruela, naranjos, almendros, nogales y otros.

Es importante recalcar que la destrucción de los olivares se ha hecho fundamentalmente en época de recolección. Esta destrucción supone un problema no sólo para la economía de los agricultores palestinos, sino que el impacto sobre el medio ambiente tendrá efecto a largo plazo y esto ocacionaría daños irreversibles en el ecosistema de la zona.

La deforestación y desertificación del suelo han aumentado con la ocupación ilegal de Israel. Antes de 1967 las áreas arboladas eran de un 55% del total del área de Cisjordania y Gaza, después de esa fecha la cifra ha bajado alarmantemente a un 15% y corre el peligro en los actuales momentos de seguir bajando. Todas estas prácticas han incrementado la erosión de los suelos fértiles y han supuesto un duro golpe al medio ambiente de la zona, donde se ha perdido parte de la flora silvestre.

Palestina cuenta con más de 2 500 especies de plantas silvestres, de las cuales 800 son consideradas raras y alrededor de 140 endémicas. Esta riqueza vegetal adquiere especial importancia por cuanto supera a las de muchos países europeos como es el caso de Inglaterra, que con una extensión territorial superior a la de Palestina, tan solo tiene catalogado alrededor de 1 750 especies de plantas.

Así mismo, alrededor de 800 especies de mamíferos salvajes tiene su hábitat en Palestina y más de 380 especies de aves pueden identificarse allí.

La producción de árboles frutales corresponde a un 77% del total de los olivares sembrados en tierras de secano -942 000 hectáreas-. Estos datos son pocos conocidos incluso por nosotros mismos, gracias a esta investigación hemos podido conocer nuestro entorno.

La desaparición del olivar supondría un auténtico desastre ecológico. Por un lado privaría a la fauna de un medio donde refugiarse y alimentarse y, por otro, privaría al suelo de protección al no existir vegetación natural que frene la erosión.

Desde mayo del 2002, el gobierno israelí comenzó la construcción del “muro del apartheid”, llamado el muro de la vergüenza, que hasta ahora ha allanado o aislado a decenas de miles de hectáreas de terrenos agrícolas y destrozados decenas de miles de olivos.

Así, a los palestinos se les encierra en sus aldeas y ciudades bajo vigilancia de los soldados israelíes; se les prohíbe acceder a sus propios terrenos donde los cultivos se echan a perder y por lo tanto no servirán para ser vendidos. Es una amenaza a la supervivencia de los palestinos en su tierra.

El impacto económico de las políticas israelíes respecto al sector aceitunero es masivo: en los últimos tres años, millones de euros se han perdido por daños y otros millones más como consecuencia de que los campesinos tienen prohibido acceder a sus tierras.

Estas políticas están diseñadas para tener efecto no sólo ahora sino a largo plazo: un olivo da fruto durante generaciones.

Durante la campaña de Recogida de la Aceituna del 2003, unas 200 personas de todo el mundo se reunieron en solidaridad con Palestina para hacer frente a estas políticas que intentan someter un pueblo a través del hambre y la limpieza étnica.

Los participantes internacionales acompañan a nuestros campesinos y los ayudan, no solo en la recolecta, sino también en franquearles el acceso a sus campos y cultivos. Cuando los controles israelíes deniegan este acceso de forma violenta, contribuyen a documentar en sus respectivos países cómo Israel ataca la supervivencia de la población. Sin embargo y pese a la buena voluntad es muy poco lo que se hace.

Existen muchas instituciones, organizaciones no gubernamentales, varios sitios en internet y miles de amigos en todo el mundo que ayuda en este sentido y que se han visto expuestos al maltrato, humillación e incluso a la muerte defendiendo las tierras de los agricultores y sus viviendas.


La recogida de aceitunas desde tiempos remotos era aprovechado por los agricultores para reunirse con la familia, los amigos, de la aceituna nos beneficiamos todos ya que así tenemos aceitunas para todo el año, se extrae el aceite de oliva que se utilizará en la cocina y que se regala a los amigos y vecinos, se preparan jabones, shampoo, cremas, nada es desechado las semillas de la aceituna también son aprovechadas para elaborar los rosarios tanto de la religión católica como la musulmana, estos tienen características peculiares , cada uno tiene la forma de la semilla según el tipo de aceitunas de la región, algunas las dejan pulidas y otras de forma rudimentaria y el olor tan peculiar de olivo las hace ser únicas en su tipo.

Del tronco del olivar los artesanos palestinos producen hermosas obras. La madera de aceituna, con incrustaciones de madre perlas, es tallada desde que los monjes Franciscanos enseñaron a los residentes locales el arte de tallar y el trabajo de incrustación. Este trabajo se remonta a los tiempos en que se construyó la Iglesia de la Natividad.

El tallado en la madera de aceituna es reconocido. Se hacen figuras individuales de Jesús, de María, de José, de los tres Magos, se hacen cofres y mezquitas con incrustaciones de nácar alusivas a las dos religiones tanto católica como musulmana, se hacen trabajos de animales como el camello, figuras con motivos alusivos a Palestina como es el caso del mapa de Palestina. El olivo también se considera un árbol ornamental y se le encuentra en parques, jardines y avenidas.
En las casas palestinas se prepara la aceituna para todo el año y se extrae de ellas el aceite de oliva y se hacen jabones de forma artesanal, este ultimo se ha convertido en un verdadero arte popular.


Origen e historia del olivo

Según parece estamos predestinados a que todo nuestro entorno este envuelto de polémicas y discusiones y el origen e historia del olivo no es la excepción. Comenzar esta investigación resulto fascinante llena de mitología, ficción, elementos afrodisíacos y ensueño como un cuadro renacentista, barroco o ecléctico, pero si otros lo prefieren parecería a un cuadro de Dalí, eso se los deja a su imaginación. Hemos descubierto muchos mundos y submundos del olivo y nos gustaría compartir con ustedes algunos de ellos, pero también quisiéramos compartir con ustedes la historia, los cuidados y de la importancia que ha tenido a lo largo de la historia es pequeño árbol.

En la vida del pueblo palestino y sus costumbres siempre esta presente este pequeño arbusto que nos da alimento, cobijo, frescor y verdor a nuestra tan maltrecha vida.
El olivo silvestre o acebuche, es un árbol común en el cercano oriente y en el entorno mediterráneo. El olivo y las culturas occidentales originarias dibujan el mismo mapa geográfico. No se ha establecido claramente dónde comenzó a cultivarse, tal vez porque simultáneamente se hizo en varias regiones donde la vida sedentaria asentó la cultura agrícola y con ella sus tres pilares principales: los cereales, el olivo y la vid. Su aparición y cultivo se remontan a la Prehistoria, aunque no se puede determinar con certeza la andadura de su expansión, progresiva e intermitente en el curso del tiempo.

Los primeros documentos “escritos” sobre el olivo, los constituyen las tablas de arcilla minoicas, que son el mayor testimonio sobre la existencia del aceite en la corte del rey Minos, 2 500 años antes de Cristo.
En los restos encontrados en Santorín (antigua isla de Thera) de la primera civilización helénica, se hallaron restos de una prensa de aceite construida con piedra de lava.
Se menciona al olivo, en la Biblia, el Corán, la Odisea, la Iliada, dentro de la mitología Griega y epopeyas, en la divina comedia, Federico García Lorca lo menciona en la Baladilla de los tres ríos.

Otros han defendido su origen africano, en Etiopía y Egipto. No falta quien sostenga que su cultivo tuvo un origen fenicio, en las costas del Líbano y Palestina; existe constancia real de su cultivo en las tablillas de Ebla, en la costa Siria 2 000 años antes de Cristo y de su existencia en el segundo milenio, destinadas a almacenar aceite, encontradas en Creta, en el palacio de Cnossos.


Según los historiadores, la tesis más acertada es la que apunta a Siria e Irán como los lugares de origen del olivo. Desde estos países, la expansión de su cultivo se hizo de Este a Oeste, a través de toda la cuenca del Mediterráneo pasando por Egipto, Asia menor, Palestina y a Grecia, desde donde a partir del siglo II a. de Cristo se extendió por todo el Mediterráneo.


Por otra parte la historia del olivo esta llena de mitos y leyendas, que abarcan decenas de páginas que se han escrito desde la antigüedad, es interesante referir algunas de ellas para dar a conocer la importancia que ha tenido este pequeño árbol desde tiempos ancestrales.


Según la historia la manzana de Eva fue una aceituna.

Y mandó Jehová Dios al hombre diciendo: de todo árbol del huerto comerás; más del árbol de la ciencia del bien y del mal, no comerás. El Libro de los Jueces achaca la suprema sabiduría al árbol del aceite, es decir al olivo, cuyo fruto es la aceituna y no la manzana.

Otra historia relata que cuando Adán tenía cerca de mil años y presentía que su muerte andaba cerca, recordó que el Señor le había prometido el “óleo de la misericordia” que sería la redención suya y de la humanidad, mandó a su hijo Seth al Paraíso, en donde el querubín que lo guardaba le entregó tres semillas. Aquellas tres semillas germinaron en la boca de Adán después de muerto y de esta forma en el valle de Ebrón nacieron tres árboles: el olivo, el cedro y el ciprés.

Entre los mitos del génesis griego se encuentra la disputa de Poseidón, Dios de las aguas, y Atenea, diosa de la sabiduría y de la guerra. La confrontación se resolvió en una pacifica contienda cuyo juez sería el rey Cécrope (Cecrop) y su pueblo. En la contienda, Poseidón clavó su tridente en tierra de donde salió un brioso caballo. Atenea clavó su lanza en una roca de la cual brotó un olivo. El rey Cécrope y los atenienses dieron el triunfo a la diosa Atenea, puesto que el olivo produciría la ansiada paz y prosperidad al pueblo.


En Grecia eran coronados con ramos de olivo los que habían prestado grandes servicios a la patria; también los vencedores de los juegos olímpicos eran coronados de igual forma.

El olivo, denominado científicamente Olea europaea, es un árbol de escaso porte, de lento crecimiento, pero muy longevo, ya que puede superar el millar de años, llega a alcanzar los tres metros de altura, con hojas de color verde brillante y con frutos de color violeta o azulado que tienen un sabor metálico.

Se caracteriza por su tronco retorcido y copa redondeada. Sus hojas son de color verdes por un lado y plateadas por el otro. Son perennes, por lo que el árbol tiene todo el año un aspecto verde. Pertenece a la familia de las oleáceas, que agrupa a otras interesantes plantas como son los fresnos, típicos árboles de ribera, los aligustres, empleados para formar setos, y el jazmín y el lilo, de amplio uso ornamental.

Las flores del olivo son diminutas, de pétalos blancos y nacen en ramilletes en las axilas de las hojas. el polen es transportado por el viento. Sus frutos son las aceitunas, negras en la madurez y denominadas botánicamente drupas por ser un fruto carnoso con un hueso leñoso. La floración tiene lugar en torno al mes de mayo y las aceitunas maduran hacia diciembre.


La forma de la raíz del olivo depende por una parte del origen del árbol y por otra de las condiciones del suelo. Las raíces más jóvenes son de color blanco y más activas en la absorción de agua y nutrientes minerales. Con el tiempo las raíces van envejeciendo tomando color marrón y perdiendo la actividad de absorción.
Las hojas del olivo son persistentes y normalmente sobreviven dos o tres años, aunque también permanecen en el árbol hojas de mayor edad.

Las inflorescencias (agrupación de flores) se desarrollan en las axilas foliares de los nudos del crecimiento vegetativo del año previo a la floración. Cada inflorescencia puede tener entre 10 y 40 flores según la forma de cultivo, condiciones fisiológicas y ambientales.

La aceituna, fruto del olivo, es de tamaño pequeño de forma elipsoidal a globosa según variedades. Botánicamente es una drupa como la ciruela o el melocotón. Se trata de un fruto con una sola semilla compuesto por tres tejidos principales: endocarpo, mesocarpo y exocarpo. El endocarpo es el hueso en cuyo interior se encuentra la semilla, el mesocarpo la pulpa o carne y el exocarpo la piel o capa exterior.

El aceite de oliva se extrae de la aceituna y es desde la antigüedad, la base de la cocina local de muchas culturas, los frutos, verdes o negros, son servidos en todas las comidas. Pero el olivo ha sido también un cultivo industrial para las fábricas de jabón y para el alumbrado, y su madera es la base de una artesanía floreciente, por lo que el Aceite de oliva fue utilizado no sólo para enriquecer los alimentos sino también en diversas técnicas de masaje y en cosmética.

Es así entonces que el aceite de oliva se comienza a utilizar con diversos objetivos: como alimento, ungüento, para la confección de perfumes, medicinal, como afrodisíaco.
El origen de la palabra castellana aceite viene directamente del vocablo árabe AZ-ZAIT, que se traduce directamente como "el jugo de la aceituna". AZ-ZAIT proviene a su vez de la raíz hebrea ZAIT, a través del árabe ZAITUM, nombre que podría corresponder a la comarca egipcia de Said, en pleno delta del Nilo. Sin embargo, olivo tiene su etimología vinculada a la raíz OLEO. Mezcla del griego ELAIA, matizado en latín como OLEA, nombre de la comarca del Monte Olimpo. Es curioso que en español, se use la raíz griega para el árbol, mientras se prefiere la raíz árabe para el jugo del fruto.


Propiedades del aceite de oliva

El olivo, además de ser signo de paz y amistad en este mundo, tiene propiedades que son conocidas desde la antigüedad y que hasta hoy día se mantienen.
Se dice que el Profeta Mahoma decía: “Tomad el aceite del olivo y extenderlo dando masajes sobre el cuerpo, ya que es un árbol bendecido.
La aplicación local de aceite de oliva o del agua extraída de hojas de olivo machacadas es efectiva en las erupciones cutáneas y los picores. Las úlceras crónicas que suelen ser difíciles de curar reaccionan favorablemente cuando se usa el aceite de oliva.

La decocción de hojas de olivo en agua es eficaz en los casos de úlceras de la boca y los labios, lo mismo que para la dermatitis. El extracto acuoso concentrado de las hojas y los frutos del olivo es eficaz contra las caries dentales. Si se aplica esta solución con vinagre en los casos de Alopecia, la elimina y regenera el crecimiento del cabello.

También se dice que el uso local de este extracto elimina las cicatrices de los forúnculos y de la viruela. El polvo de las semillas mezclado con agua es eficaz en el caso de uñas quebradizas. Las aceitunas conservadas en vinagre eliminan el estreñimiento.

Las hojas aplastadas aplicadas localmente controlan la sudoración excesiva. El agua que se extrae de las hojas mezcladas con miel puede utilizarse en dolencias del oído. El aceite que se obtiene al quemar la madera del olivo es eficaz contra las infecciones de hongos como la tiña, además de los Eccemas, Soriasis y Caspa.
Los masajes con aceite de oliva sobre el cuerpo tonifican los músculos y los órganos internos y alivia los dolores musculares. Algunos médicos recomiendan estos masajes en los casos de epilepsia. Alivia también los dolores de la ciática y la artritis.
Todas las personas y en especial las mujeres nos gusta sentirnos bellas y con una piel delicada y tersa, pues he aquí algunos detalles que nos serán muy útiles a partir del aceite de oliva.

• Al médico turco Claudio Galeno (129-199 D.C.) debemos la aparición de la primera crema hidratante para la piel, al descubrir que mezclando aceite de oliva con agua y cera vegetal se obtenía una refrescante crema. Observando que -aplicándola sobre la piel- confería a ésta una gran elasticidad.

• Tomando aceite de oliva crudo en los aliños, también conseguimos que nuestra piel se aclare, se suavice y tome un atractivo y natural brillo.

• Para las manos, existe otro práctico truco: Para conseguir una importante hidratación en nuestras manos, debemos preparar un empaste con aceite de oliva, vaselina (que nos ayudará a dar cuerpo a la masa) y un poquito de mentol; antes de acostarnos, nos untamos las manos y las cubrimos con unos paños de algodón, para que mantengan el empaste durante toda la noche. A la mañana siguiente, observaremos la piel de nuestras manos notablemente mejor hidratada.

El aceite de oliva fortalece también las uñas y suaviza las cutículas. Antes de acostarse, remoje las uñas en una mezcla de aceite de oliva tibio y jugo de limón. En la cosmetología se utiliza para hacer cremas tanto para la cara como para el resto del cuerpo, en shampoo, ungüentos y jabones.


El aceite de oliva en el cuerpo humano

La incorporación del aceite de oliva a la dieta diaria del hombre le ha traído grandes beneficios a nuestro cuerpo. Es beneficioso para el aparato digestivo, sistema cardiovascular, para los que sufren de diabetes, tiene efectos oxidantes.


El olivo y el medio ambiente

Estas plantas son todas de fructificación otoñal y sus ricos y energéticos frutos sirven a la fauna para acumular reservas con las que superar el invierno. Estos frutos constituyen un importante recurso alimentario para las aves migratorias.
Otro aspecto a tener en cuenta es el olivar como elemento protector del suelo ya que hace las funciones de un bosque sujetando el suelo y frenando la erosión. Además en muchas comarcas la existencia de los olivos está unida al mantenimiento de terrazas y bancales, sistema con el que durante generaciones se ha evitado la pérdida de suelo fértil.
El olivar representa una parte importante dentro del ecosistema, su desaparición implicaría serios problemas no solo a la fauna sino también a la flora y por ende a las futuras generaciones que se verían privadas de sus propiedades.

Impresiones personales

La historia del olivo es muy lejana y tiene para los amantes de este fruto un encanto un tanto mitológico y algo mágico.
Los olivos son venerables árboles antiguos; han escuchado muchos juramentos y han sido testigos de numerosos secretos en sus largas vidas, han dado sus frutos a millones de personas en todo el mundo.
El aceite de oliva protagonista en la gastronomía mundial también es conocido por sus beneficios en la medicina, en la elaboración de perfumes, en tratamientos de belleza, algunos le adjudican efectos afrodisíacos. Para amantes de este fruto tiene un encanto un tanto mágico y mitológico.
Alrededor del mundo se hacen estudios e innumerables cursos sobre los beneficios de este tan preciado producto. Como hemos podido apreciar a lo largo de esta investigación es importante la incorporación del aceite de oliva a nuestra dieta diaria por los grandes beneficios que tiene para el cuerpo humano.
En el caso de Palestina es difícil imaginar una sola casa que no tenga algún árbol de olivo, son sembrados en las afueras de las casas como se sembraría en otro parte del mundo un rosal, dan una imagen hermosa y de tranquilidad.

Mientras haya aceitunas, los campesinos de Palestina serán invencibles, y por eso sus adversarios descargan su odio contra los árboles.

Los palestinos no se imaginan a sí mismos sin la tierra y su especial modo de vida. Hace miles de años, después de que pasó la Gran Sequía Micénica, sus antepasados formaron una simbiosis con el olivo, con los viñedos, con el asno, y con las pequeñas vertientes de las montañas y sus altares en las cumbres. Esta combinación única de paisaje, gente y espíritu divino fue el gran logro de los palestinos, que transmitieron durante siglos y preservaron hasta nuestros días. Si se destruye, la humanidad perderá sus raíces y se estrellará sobre las rocas de la historia.

Este trabajo ha significado un gran reto para mí ya que a pesar de comer casi toda una vida la aceituna que mi abuela y mis tías preparaban en la casa familiar nunca había tenido la oportunidad de conocer su historia. La región a la que pertenece mi familia (Hebrón) es rica en higüeros y la vid –árboles de uvas- que también tienen su historia muy interesante, sin embargo con esta investigación creo haber aprendido muchísimo, no sólo desde el punto de vista histórico, sino también político, cultural y hasta medicinal.

Con este trabajo quiero hacer un homenaje a un pueblo luchador y valiente que a pesar de la diáspora, el sufrimiento de sus mujeres, niños y jóvenes, ha logrado de manera casi única en la historia, salvaguardar sus costumbres, tradiciones y su historia a lo largo de los siglos y más fundamentalmente en estos últimos años de lucha ininterrumpida.

¿Qué quiere Hamas?

El segundo hombre de Hamas ha escogido dirigirse directamente a los lectores del Washington Post para rectificar la mentirosa imagen que se brinda de su partido en Estados Unidos, donde el propio Musa Abu Marzook vivió y estudió, pero adonde no puede acceder desde 2004 tras haber sido inculpado de conspiración para financiar a una «organización terrorista». Así, el autor ha podido verificar personalmente los métodos norteamericanos: se trata de una aplicación retroactiva de la ley, dado que los hechos se remontan a inicios de los años 90, es decir, antes de la designación de Hamas como «organización terrorista».
A continuación la versión integral en español de dicho artículo. ¿Qué quiere Hamas?

Vox Populi

Mi felicitación al pueblo de Tierra Santa
Por Israel Shamir
 

Queridos compatriotas, hijos e hijas de Palestina, habéis desafiado las órdenes de los muertos en vida, habéis ignorado las amenazas de sus lacayos en Washington, Londres y Bruselas. Habéis elegido el partido de la fe y la resistencia. Habéis manifestado vuestro espíritu incólume bajo la opresión. ¡Me siento tan orgulloso de vuestro noble atrevimiento, de vuestra terca creencia en Dios, de su rechazo desafiante al diktat de Tel Aviv!

 

Más aun, bajo la ley militar extranjera, sois el pueblo más libre del mundo, el más vertical y el de más resorte. Más libres sois que los USamericanos que se doblegaron bajo el Patriot Act, más libres que los europeos que repiten las instrucciones de Washington y acosan a Irán con amagos de sanciones y guerra. Sois más religiosos que el Vaticano, donde se juega con la idea desatinada de embellecer a Judas con vistas a caerle en gracia a los judíos. Ni siquiera podéis moveros de una adea a otra sin el permiso judío, y sin embargo sois libres espiritualmente, y es lo que más importa. Hoy cuando todavía matan a vuestras hijas e hijos, no pueden matar vuestro espíritu indomable.

 

Vox populi – vox Dei, decían los romanos : la voz del pueblos es la voz de Dios, y como cualquier oráculo, se puede inerpretar de varias maneras. Se puede ver como la elección normal y conforme a la ley del partido de oposición después que el partido gobernante se excedió en su permanencia. O se puede ver como el cambio de generaciones en el poder. Se puede entender como un rechazo a la voluntad de la Autoridad Nacional Palestina de abandonar a los refugiados y renunciar a al Aqsa, un rechazo a su incapacidad para atraer a la joven generación de Marwan Barghuti y los guerreros de la Intifada. Se puede entender como el voto por un gobierno limpio, sin corrupción.

 

Pero estaremos errando si no tomamos en cuenta la lección espiritual de esta elección. El islam es una forma autóctona, oriental, del cristianismo, cercana a la iglesia nestoriana del Padre Juan. Es una fe en la solidaridad y la igualdad. El pueblo autóctono de Tierra Santa rechazó el paradigma materialista neoliberal de Mammón, y ha elegido el camino propuesto por el gran poeta anglo-usamericano TS Eliot, que proponía crear una verdadera sociedad cristiana. Podemos seguir su ejemplo y elegir la solidaridad y el espíritu en lugar del consumismo y la agresión.

 

La Tierra Santa no será profanada, ni podrá serlo. La idea insana de convertirla en una base militar, un refugio para rufianes, y la capital mundial y judía de las agencias de encuentros gay ha fracasado. El islam es excesivamente generoso y tolerante hacia todos los creyentes, ni los cristianos religiosos ni los judíos píos tendrán problema alguno con lo que decidan sus hermanos. Tampoco los de mente libre tienen por qué temer : gozarán de los beneficos de una sociedad que los proteja. El gobierno de Hamás en Bethlehem ha demostrado que no hay por qué temer. Los dirigentes de Hamás han expresado su voluntad de compartir el poder con sus hermanos del Fatah.

 

¿Debería el parlamento dirigido por el Hamás reconocer el Estado judío supremacista y racista? En absoluto. Debe rechazar la partición e invitar a todos los residentes permanentes en Tierra Santa a formar juntos una nueva autoridad para la Palestina entera, desde el río Jordán hasta el mar. Debe retomar la lección de Grecia que se negó a reconocer la exrepública macedonia de Yugoslavia con el nombre de Macedonia, porque este nombre ya tiene dueño. De la misma forma, el noble nombre de Israel no le corresponde al Estado judío. Puede pertenecer a la iglesia cristiana, como creemos nosotros, o bien a los judíos religiosos, como piensan ellos, o incluso a los descendientes carnales del Israel histórico, los Samaritanos de Nablús, pero no es un título que le convenga al Estado sionista. No deberíamos usar el sagrado nombre de Jerusalén como sinónimo del gobierno sionista tampoco. Occidente nunca ha llamado al gobierno de la República democrática alemana RDA con el nombre de Berlín, lo que les habría dado la legitimidad de la cual carecían: la llamaron “Gobierno de Pankow”, siguiendo a los vecinos de Berlín, la ciudad donde estaban basados. De la misma forma, podemos referirnos a la autoridad judía por el nombre de su sede de facto, Tel Aviv, y procurar sustituirla por un gobierno identificado con la ciudad santa de Jerusalén.

 

El Estado judío racista nos prohibió, a nosotros, sus ciudadanos, prticipar en esta elección, y os impidió a vosotros votar en la Knesset en Jerusalén. Que estas elecciones separadoras de autóctonos y paisanos adoptivos, todos hijos de la Tierra Santa, sean las últimas.

 

Texto original: http://www.israelshamir.net/English/Vox_Poluli.htm

 

Maria Poumier es miembro del colectivo de traductores de Rebelión y asimismo de Tlaxcala (transtlaxcala@yahoo.es), la red de traductores por la diversidad lingüística. Esta traducción es copyleft.