Blogia
Karim Marzuqa

Kirchner tendría que ayudar a detener la ocupación de Gaza

Ni los llamados de atención de la ONU y el Consejo de Derechos Humanos han podido morigerar la barbarie israelí contra la población de Gaza. Néstor Kirchner, que hasta ahora tuvo una postura más bien proisraelí, debe revertir esa política equivocada.

Desde que el ejército israelita invadió Gaza, el 27 de junio, la estadística habla de 28 palestinos muertos, en su mayoría civiles y entre ellos varios niños. Los invasores habían sufrido una sola baja. Esa es la proporción de víctimas de uno y otro lado en mayo y junio último, en extremo desigual para los palestinos.

Antes los trataban como parias, ahora son blancos móviles del contingente de ocupación que anda en tanques Mercava, cuyos motores son fabricados en EEUU bajo licencia de General Dynamics. O son bombardeados desde F-16 provistos por EEUU mediante su trasnacional Lockheed Martin.

Cada día se ve más claro que Ehud Olmert quiere derrocar por la fuerza al gobierno de Ismail Haniyeh, lo que también afecta al presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas. Antes Israel establecía algunas diferencias entre ambos sectores. Pero la embajada israelita en Buenos Aires, reproduciendo un texto de su cancillería, sostuvo que Abbas se habría plegado a los planteos “terroristas” de Haniyeh. Textualmente, acusó: “si las intenciones del Presidente de la ANP y la facción Al Fatah eran fortalecer a Mahmoud Abbas, éste documento logra lo contrario. Lo distancia de la posición de Abbas en relación con el reconocimiento de Israel, en poner fin al terrorismo y en adherir a los acuerdos existentes entre la ANP e Israel, adoptando, en efecto, la línea del grupo terrorista Hamas en estos temas”.

Con los razonamientos simplistas del primer ministro Olmert, ex Likud y actual Kadima, y Amir Peretz, su aliado laborista en Defensa, resultaría que el primer ministro palestino y el presidente son terroristas. En consecuencia, hay que bombardearlos sin piedad. ¿Y qué hacer con la población palestina? La respuesta de las autoridades israelitas es obvia: que pague las consecuencias de haberlos elegido y de vivir en Gaza, en el lugar y el momento equivocados. Así razonan los que han reocupado Gaza y que en la primera semana de ocupación habían disparado 1.200 misiles y bombas contra viviendas e infraestructura civil.

El Consejo de Derechos Humanos de la ONU deliberó el 5 y 6 de julio en Ginebra y aprobó una resolución pidiendo a Israel “que ponga fin a sus operaciones militares en los Territorios Ocupados” y llamó la atención “sobre los efectos que la actual ofensiva puede tener sobre la situación humanitaria del pueblo palestino”.

Pero Olmert ni se inmutó, prosiguiendo los bombardeos y la invasión. Algo urgente tiene que hacer la humanidad para parar esa carnicería. Los roles están invertidos: ahora Goliath es Israel y el Holocausto es su campaña en Gaza.

¿Qué puede hacer Kirchner?

Néstor Kirchner puede hacer muchas cosas si quisiera aportar a la paz en Medio Oriente.

De inicio, un mandatario tan mediático como él, tendría que condenar públicamente el operativo invasor israelí y criticar a Israel por haberlo mantenido a pesar de la resolución adversa del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas.

Las autoridades de nuestro país tienen que desinvitar urgentemente al presidente israelí Moshé Katzav, cuya llegada a Buenos Aires está prevista para el 27 de julio. Argentina debe hacerle saber que la continuidad de la agresión en Gaza no hace aconsejable su viaje, y posponer la visita indefinidamente. Por supuesto, no hay que firmar un tratado comercial del Mercosur con Israel.

Hay otra cosa importantísima, que hace a nuestra soberanía. Argentina no tiene embajada en Palestina debido a la presión ejercida por Israel que ha sido escandalosa e hizo que Kirchner ni siquiera adoptara la decisión menor de abrir un consulado en Ramallah, sede de la ANP.

La primera dama Cristina de Kirchner visitó Israel y el 17 de mayo de 2005 se entrevistó con Ariel Sharon, por entonces primer ministro. Sharon le pidió concesiones pues aclaró que estaba dispuesto a profundizar las relaciones con la Argentina “siempre y cuando hubiera gestos de reciprocidad tanto política como comercial”.

Si fotografiarse sonriente con el responsable de las masacres de Sabra y Shatila en El Líbano ya fue un escándalo político para el gobierno argentino que presume de velar por los derechos humanos a nivel mundial, el colmo llegó en la reunión de la senadora con el entonces canciller israelí, Silvan Shalom. Este aprovechó la ocasión para expresar su desacuerdo con la posibilidad de que Argentina abriera una representación diplomática en Palestina. La senadora le respondió que “las decisiones en política exterior forman parte de la soberanía argentina, pero que entendía el reclamo (israelí) por los lazos de amistad entre ambos países”.

Cristina de Kirchner aceptó la injerencia de Tel Aviv: no tenemos aún embajada ni consulado en Palestina. Es una vergüenza de supeditación nacional al lobby de Israel y los empresarios argentino-israelitas. Hay que abrir esas legaciones para recobrar la soberanía y como una forma de estar más cerca del pueblo palestino, víctima del horror neonazi.

El lobby de la Ccai

En la nota de anteayer, informamos del lobby que hace la Cámara de Comercio Argentino Israelí (Ccai) presidida por Miguel Kiguel. Este representante del capital financiero e inmobiliario es directivo del Macroeconomics Advisory Group y titular de Nuverse Financial Advisors. Entró al Banco Hipotecario como presidente y luego permaneció como director como hombre de confianza de Eduardo Elztain, otro peso pesado de la Ccai desde que fue socio de George Soros.

Tanto Kiguel como Pablo Rojo fueron objetados en 2000 y 2001 por el extinto diputado Alfredo Bravo. No debían ser funcionarios del Banco Hipotecario privatizado, según fundamentó en su informe ante la Oficina Anticorrupción sobre la escandalosa privatización de esa entidad.

El presidente de la Cámara cerró en noviembre de 2003 el 39º Coloquio de Idea auspiciando un acuerdo con el FMI y los bonistas en términos desfavorables a los intereses nacionales. Dijo allí: “también está fuera de discusión la consolidación de los equilibrios macroeconómicos fiscal, monetario y externo. Y que para recuperar la inversión indispensable es preciso afirmar la confianza en reglas de juego claras, que respeten el derecho de propiedad, la seguridad jurídica y la rentabilidad empresaria”.

En la Cámara también talla Etztain, que tras separarse de Soros mantuvo el control de las compañías Irsa (inmobiliaria) y Cresud (agropecuaria). Con la primera es dueño de casi todos los shoppings de Buenos Aires, gran parte de Puerto Madero y cinco hoteles cinco estrellas. Con la segunda tiene 19 establecimientos agropecuarios y 420.000 hectáreas de tierras, ubicándose como uno de los mayores productores y terratenientes.

Hasta 2005, la presidencia de ese lobby proisraelita la tenía Marcelo Midlin. Es el dueño del fondo inversor Dolphin, la eléctrica Edenor adquirida a los franceses en 100 millones de dólares y la empresa de transporte eléctrico Transener. Ahora encabeza la Cámara de Empresarios Argentinos de la Energía (Ceade) y tiene mucho predicamento sobre el gobierno nacional, especialmente el ministro Julio de Vido.

Otra estrella de la Ccai es el Grupo Werthein, que tiene el 48 por ciento de la sociedad controlante de Telecom, toda la Caja de Ahorro y Seguros, empresas agropecuarias con 69.000 hectáreas y adquirente del BankBoston en sociedad con los sudafricanos de Standard Bank. Julio Werthein, director del Sudameris y titular por entonces de la Bolsa de Comercio, le declaraba a la revista Veintitrés (16/11/2000) : “el gobierno de Menem es uno de los más importantes que hemos tenido porque más allá de las críticas que le quieran hacer, el presidente Menem ha dejado un país organizado”.
 
Fuente: Emilio Marín, Argenpress.info

0 comentarios