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El desmantelamiento de la educación pública (II)

por  Manuel Riesco*
 
Tras el golpe, las remuneraciones del profesorado en general se redujeron a una tercera parte, como se ha mencionado, mientras las del resto de los trabajadores del país bajaban más o menos a la mitad. Sin embargo, hacia 1990, mientras las segundas habían recuperado aproximadamente el 70% de su poder adquisitivo anterior al golpe, las del magisterio se mantenían en alrededor de un 28% del mismo. A pesar que la importante recuperación de los años noventa prácticamente las triplicó en moneda constante, como se mencionado, todavía están aproximadamente en un 80% de su valor anterior al golpe, nivel que fue superado por las remuneraciones promedio del resto de los trabajadores del país en diciembre de 1999.

Esta situación es velada, en parte, por estar constituido el magisterio en un 70% por mujeres y no haber discriminación de sueldos por sexo en el sistema, situación que no se da en el resto de los sectores. Por así decirlo, todo el magisterio gana sueldos de mujer, los cuales, como se sabe, son inferiores en aproximadamente un tercio, a los de los hombres de igual calificación.

A partir de 1981, la municipalización finiquitó la adscripción del magisterio al servicio civil de Estado, permaneciendo desde entonces en un estado laboral ambiguo. No se logró imponer en forma completa su sujeción a las normas que rigen los contratos laborales privados, especialmente debido a la fuerte resistencia del Colegio de Profesores, lo que se tradujo en la aprobación del Estatuto Docente a principios de los años 90, mejorado posteriormente en forma sucesiva. Por su parte, los contratos del profesorado de colegios privados está regido por el código del trabajo, sin embargo, las negociaciones salariales del magisterio establecen aumentos de las subvenciones destinados específicamente a aumentos de remuneraciones también de este sector, según las normativas del Estatuto docente, las cuales, por otra parte, no se fiscalizan allí adecuadamente.

Estos son, más o menos, los términos gruesos de la crisis del magisterio. Para más remate, como si los durísimos golpes a los que ha sido sometido a lo largo de estos años fueran pocos, hoy día cualquier “opinólogo” estima de buen tono acusarlos públicamente de la crisis de la educación, y se sugiere a cada rato que la solución de la misma pasa por mayores exigencias y evaluaciones. Las constantes reestructuraciones a que ha sido sometido a lo largo de estos años han estado inspiradas en las “teorías” de los gurús de turno, y ejecutadas muchas veces por jovencitos inexpertos –formados normalmente como economistas y que dependen usualmente del Ministerio de Hacienda-, que nunca han conocido el servicio civil del Estado, hacia el cual manifiestan además una poco disimulada animadversión. Nada conocen acerca de su estructura y principios que le son propios, y menos de la ciencia que lo estudia, la que resume una experiencia que a estas alturas es milenaria. Poco conocen asimismo, acerca de lo que son las bases de la ciencia de las RRHH. Sus concepciones, estrechas y vulgares, reducen el Estado a una suerte de empresa que provee servicios y a los ciudadanos a simples consumidores, y sus “soluciones” se remiten siempre a “simular el funcionamiento del mercado,” y ligar “resultados” a insignificantes incentivos monetarios.

¿Que se debe hacer ahora al respecto? En primer lugar, asumir un diagnóstico completo, que no eluda los elementos esenciales de la crisis actual que atraviesa el magisterio, derivados de los hechos históricos antes referidos. En segundo lugar, la restitución plena al profesorado del sistema público de su carácter de servidores del Estado, en el marco del gran proyecto de reconstrucción del sistema de educación público. En otras palabras, trabajar en la perspectiva que en lo sucesivo pasen a regirse, más o menos, por el estatuto administrativo que rige a los EEPP, sin embargo, éste a su vez debe ser reformado sin tardanza.

Existe una necesidad urgentísima de abordar la reconstrucción del servicio civil del Estado en su conjunto, el que también se ha visto sometido a un continuo desmantelamiento a lo largo de tres décadas, asimismo brutal y deliberado durante la dictadura, más velado y relativo en años siguientes. Las tendencias más actuales –ver por ejemplo, “Desmantelando los Estados Democráticos,” escrito el 2004 por Ezra Suleiman, director de la escuela de políticas públicas de la Universidad de Princeton -, apuntan a corregir estas distorsiones, bajo la premisa que cualquier Estado democrático requiere un servicio civil profesional, altamente calificado, independiente de los gobiernos de turno, con carreras de por vida, remuneraciones y jubilaciones adecuadas, y una acendrada ética de servicio. Algo así logramos construir como país hasta 1973 y parece el momento de reiniciar su reconstrucción.

Finalmente, cabe hacer mención que la reforma previsional en curso puede ser un elemento relevante para ayudar a superar la actual crisis del magisterio, en la medida que aborde la reparación plena del daño previsional que hoy día afecta muy especialmente al profesorado, al menos en dos categorías. Por una parte, todos los jubilados por AFP están obteniendo aproximadamente un tercio de las jubilaciones de sus colegas que permanecieron en el INP, pero esta situación afecta asimismo a los jubilados por el INP previos a la ley denominada “Foxley” de 1993, que restableció la remuneración total como base para efectos previsionales.

El enfoque descrito parte de la premisa que corregir el sesgo de la actual política educacional significa ni más ni menos que aprovechar la inmensa fortaleza que significa el sistema de educación pública. Del mismo modo, sin embargo, nada de lo anterior implica desconocer la fortaleza que a su vez representa el importante sector educacional privado. Éste se ha expandido significativamente durante las últimas décadas, precisamente en virtud del sesgo antes señalado – ello constituye, por así decirlo, el aspecto positivo del mismo.

El corregir un sesgo dañino no significa introducir el sesgo opuesto, ni menos desmantelar lo avanzado. Muy por el contrario, lo que se requiere precisamente es redefinir una política educacional general que restablezca un equilibrio sensato, que permita mejorar la calidad de la educación sobre la base principal de reconstruir un sistema público nacional, moderno, de alta calidad, mientras al mismo tiempo se apoya en el desarrollo alcanzado por el sector privado, debidamente regulado e integrado en un nuevo sistema nacional de educación, bien balanceado.

El país debe enfrentar la crisis educacional utilizando todas sus fortalezas y ciertamente, una de ellas son las instituciones privadas de educación, que hoy día atienden casi la mitad del alumnado y ocupan casi la mitad de los profesores y una parte significativa de los investigadores. La mayor parte de las mismas recibe subvención pública – ello ha sido extendido el año pasado a toda la educación universitaria privada, mediante la ampliación del llamado “crédito universitario.” Esta situación no se daba en el pasado sino muy parcialmente, y el nuevo concepto de educación pública ciertamente debe considerar la nueva situación y reconstruir sobre todo lo existente. Muchas instituciones particulares de educación deben continuar siendo apoyadas por el Estado, como siempre lo fueron en Chile. Claro, deben ser objeto de subsidios públicos sólo aquellas que acrediten adecuadamente su calidad de tales. No parece suficiente para ello con acreditarse como empresas comerciales con “sostenedores” con educación media y sin antecedentes penales, como ocurre en la actualidad. Más bien, la tradición chilena que reserva este sitial a instituciones privadas sin fines de lucro y con objetivos de bien público claramente determinados, parece muy adecuada.

De hecho el concepto mismo de educación “particular,” no es sinónimo de “privada,” sino que se origina en que la institución respectiva agrega determinada “particularidad” al programa general de educación, por ejemplo formación religiosa o similar, nacional, o una metodología pedagógica especial. En el pasado, sin embargo, la educación particular con financiamiento mayoritariamente público estaba remitida casi exclusivamente a las universidades privadas del Consejo de Rectores – las cuales dependieron tradicionalmente del aporte fiscal, situación que acertadamente consolidó y extendió el proceso de reforma de los años 1960.

Ello constituye un muy buen ejemplo, sobre cuya base se puede concebir un esquema general de educación particular con subsidio principal del Estado, que coexista en forma armónica con el sistema de público, en todos los niveles educacionales. Buena parte de la educación privada subvencionada nacida en estos años, sin embargo, ha crecido al amparo del subsidio fiscal, sin pretensión de particularidad ninguna, simplemente con fines de lucro. Esta situación ha adquirido una dimensión mayor con los enormes subsidios – que suman cientos de miles de millones de pesos al año -, entregados a personas y empresas privadas, para construir inmuebles destinados a la jornada escolar completa.

Al respecto, cabría preguntarse acerca de la posibilidad de crear un tipo de establecimiento intermedio, en los cuales, por ejemplo, el profesorado y la gestión educacional formasen parte del servicio público, pero se mantuviera un sistema similar al de concesiones, para los terrenos, edificios, mobiliario, servicios y otros aspectos no propiamente docentes. Algo así pudiese dar cabida a una participación del sector privado en el sistema educacional con financiamiento público, que no fuese la propiedad y gestión total, como ahora. Tal esquema pudiera abrir un camino de transición para que muchos de los colegios privados subvencionados actuales migrasen ordenadamente al sector público.

Al mismo tiempo, en muchos colegios públicos se puede considerar –en el marco del amplio plan de desarrollo antes descrito-, la externalización de diversas funciones, avanzándose de esta manera, hacia un sistema nacional de educación público unificado, que supere positivamente, hacia adelante, la dualidad del sistema actual. Ello duplicaría, de inmediato, el alcance del plan nacional de reconstrucción del sistema educacional público, puesto que extendería de inmediato su acción directa al conjunto de la educación privada subvencionada que optase por un camino como el propuesto. Por otra parte, ampliaría las posibilidades de mejoramiento rápido de los actuales colegios municipales, al abrir la posibilidad de participación del sector privado en su ampliación y mejoramiento, reservando la gestión docente. Finalmente, resolvería de inmediato, en l fundamental, la situación laboral ambigua del conjunto del magisterio financiado por el Estado.

En cierta medida, lo logrado durante años recientes con la reforma del sistema judicial constituye un precedente interesante respecto de lo que se puede lograr cuando el moderno Estado chileno se propone reconstruir y proyectar al futuro uno de sus servicios fundamentales. Lo primero en dicha reforma consistió en establecer un amplio consenso nacional respecto de la crisis del sistema y la necesidad de reconstruirlo sobre bases renovadas. En segundo lugar, ningún fanatismo ideológico se interpuso ante la evidencia que el nuevo sistema debería ser público y parte, pionera quizás, de un renovado servicio civil del Estado en general. Se destinaron los recursos humanos y materiales requeridos y se hicieron las reformas legales necesarias, estableciéndose un plan nacional de reconstrucción. Éste se ha cumplido más o menos puntualmente, bajo la mirada atenta y el respaldo continuado de las instituciones y actores que lo promovieron primer lugar. Algo así es lo que requerimos para reconstruir el sistema de educación público, ni más ni menos.

Ello implica, desde luego, abandonar las visiones ideológicas que han predominado al respecto y que han impedido hacerlo hasta ahora, así como superar la resistencia de sectores que defienden intereses particulares que se oponen al interés general en esta materia. Es fácil imaginar el impacto que un programa como el descrito tendría sobre la calidad de la educación.
 
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Manuel Riesco. Economista de Cenda (mriesco@cendachile.cl).
 

El desmantelamiento de la educación pública (I)

por  Manuel Riesco* 
 
Parece difícil que el debate de la reforma educacional en curso pueda abordar aspectos de detalle, más bien, corre el riesgo de perderse en su infinidad. Pareciera razonable abocarse más bien a identificar los grandes problemas, sus principales causas, y las líneas programáticas gruesas que orienten un camino de solución que pueda movilizar un apoyo mayoritario en el país. Durante todos estos años, se ha privilegiado la promoción de la educación privada, propósito que sólo una visión distorsionada puede considerar sinónimo del mejoramiento de la educación en general.

Este sesgo de la política vigente es la causa principal del continuado desmantelamiento del sistema de educación pública, que se viene arrastrando por tres décadas y constituye la causa principal de la crisis del sistema educacional en su conjunto. Superada esta distorsión, es posible visualizar que el Estado se proponga reconstruir el sistema de educación público, a partir de todo lo actualmente existente, destinando los recursos humanos y materiales que permitan alcanzar esta meta en un plazo breve. Ese parece ser el camino más directo y eficaz para solucionar la crisis actual y encaminar el país en la modernidad, como lo fue en el siglo pasado para superar el subdesarrollo.

La principal falencia de la LOCE, consiste asumir que todos los establecimientos educacionales son manejados por entes que asimila a la denominación – no precisamente elegante – de “sostenedores,” que oculta el hecho esencial que la mitad de los mismos pertenece al Estado. Tal asimilación desde luego no es casual, sino obedece al propósito explícito de obligar al Estado a tratar por igual a todos los colegios que financia. Al menos, impedirle que pueda privilegiar aquellos que le pertenecen, a riesgo de someter a los privados a una “competencia desleal.” Por cierto, se pasa por alto que nada obliga a los “sostenedores” privados a hacer lo mismo. Muy por el contrario, mientras se amarra de manos al Estado en relación con sus propios establecimientos, se estimula y subsidia generosamente que los privados desarrollen los suyos al máximo. De la misma manera, la principal distorsión del concepto educación pública en boga es que, tras una aparente neutralidad, dicha acepción del término está profundamente sesgada a favor del sector privado y en contra del público.

Actualmente se concibe como “pública” toda la educación financiada por el Estado, lo que constituye una seria distorsión de la realidad, puesto que evidentemente no es lo mismo una escuela pública que un colegio privado que recibe subvención, y el ponerlos en un mismo plano menoscaba la responsabilidad del Estado para con sus propios establecimientos. Tradicionalmente, la educación pública estuvo identificada con el sistema nacional integrado de instituciones educacionales del Estado y así lo entiende todavía el sentido común del la ciudadanía, que no está equivocada en ello. Difícilmente puede considerarse equilibrada una concepción de educación pública que no toma en cuenta debidamente el hecho esencial de que la mitad de los establecimientos educacionales pertenecen al Estado.

Toda la distorsión del actual sistema educacional se deriva principalmente de esta confusión, que no es la única, ciertamente, pero sí la determinante, y por lo tanto aquella sobre la cual la reforma puede incidir con máxima eficacia. Para superar la crisis, en primer lugar se deberá corregir el sesgo anotado y el Estado asumir en propiedad el sistema educación público, que si bien deteriorado, constituye todavía, de lejos, la principal fortaleza con que cuenta el país para mejorar la educación. Seguidamente, debe extenderse el concepto de educación pública, bien entendido, a los establecimientos privados sostenidos por el financiamiento estatal, avanzando en la dirección de integrar los mismos, en su mayor parte, en un sistema público unificado. Consecuentemente, sin perjuicio que se pueden identificar una gran cantidad de medidas correctivas adicionales, la principal consiste en emprender un amplio y ambicioso plan de reconstrucción del sistema de educación pública, en todos sus niveles, superando el desmantelamiento del pasado y proyectándolo hacia el futuro.

Para lograr lo anterior, parece imperativo abrir un amplio debate nacional sobre el desmantelamiento a que fue sometido, el que necesariamente debe revisar lo ocurrido al respecto a partir del golpe militar, materia que se ha venido evitando sistemáticamente durante la transición. Este serio error metodológico parece ser la causa de los mayores equívocos de la política educacional en años recientes, lo cual no implica desconocer significativos logros de sus esfuerzos. Más allá de la educación, es un tema que está en el trasfondo de la crisis terminal que parece vivir la transición en su conjunto, la que se manifiesta en los más diversos campos. La interesada pretensión, de que era posible continuar la marcha de la sociedad chilena sin enfrentar esta revisión a fondo, constituye la omisión más relevante de este período.

De modo inevitable, tarde o temprano, el fango iba a subir a la superficie. Someter el legado de la dictadura a una crítica profunda, no es una materia relevante solamente para restablecer el pleno respeto a los derechos humanos. Ello es imperativo también para resolver la crisis educacional, así como otros conflictos latentes en muchas otras materias. La herencia de la dictadura se ha transformado en un peso insoportable, que es necesario remover en todos los ámbitos de la vida nacional.

Lejos de reabrir heridas del pasado, este debate es indispensable para sanarlas. No sólo es condición de la verdadera reconciliación nacional en todos los planos de la convivencia, sino indispensable también para definir con amplio consenso la nueva estrategia de desarrollo que el país requiere para enfrentar el siglo que se inicia. Como tal, es una materia que interesa vitalmente a todos los sectores nacionales.

El desmantelamiento del sistema de educación pública durante la dictadura no puede ser calificado sino de feroz. Tras el golpe militar, el presupuesto educacional se redujo a la mitad, los salarios del magisterio a la tercera parte, niveles que se mantuvieron hasta 1990. Se expulsó a cientos de destacados profesores y alumnos, no pocos de quiénes fueron víctimas de formas aún más brutales de represión. Se prohibieron autores y disciplinas, se quemaron libros, se intervinieron colegios y universidades, y las nuevas autoridades no alcanzaban sus altos cargos como la culminación de distinguidas carreras académicas, sino se dejaban caer sobre los mismos en paracaídas, literalmente. Se despedazaron las universidades públicas nacionales, se clausuraron departamentos y facultades. La matrícula total del sistema educacional se redujo en más de cien mil alumnos durante la primera década de dictadura, situación que afectó a todos los niveles educacionales, pero especialmente a las universidades.

Luego de su municipalización en 1981, el sistema de escuelas y liceos públicos perdió otro medio millón de alumnos hasta 1990, lo que equivalía a la cuarta parte de sus alumnos. Tales resultados, más que la obra educacional de un gobierno nacional, se asemeja a la estela de destrucción que dejan a su paso los ejércitos invasores. La saña con que se procedió sólo parece posible de explicar, si se tiene en mente el espíritu destructor que se apodera de parte de las sociedades cuando las atraviesan conflictos civiles mayores. La devastación del patrimonio construido por gobiernos de los más diversos signos a lo largo de un siglo, no parece posible de entender sin recordar el odio que albergó un sector de la sociedad contra el sistema educacional público, por el destacado rol que le correspondió en la transformación social del país, lo cual se potenció con la tradicional desconfianza del mundo militar hacia la intelectualidad.

Lo ocurrido en Chile no tiene parangón en América Latina, donde si bien la mayor parte de países puso en práctica diferentes versiones de las llamadas “reformas”, las mismas fueron realizadas durante los años 1990, por gobiernos democráticos que al mismo tiempo duplicaban, o más, sus presupuestos educacionales.

Los gobiernos post dictatoriales sin duda realizaron esfuerzos muy importantes para recuperar el sistema educacional de la postración en que lo dejó la dictadura. El presupuesto fiscal en educación se multiplicó 4,4 veces de 1990 a 2005, y las remuneraciones del magisterio aumentaron 2,6 veces de 1990 a 2004, más o menos lo mismo que creció el producto interno bruto (PIB), en los mismos años. Sin embargo, era tan profundo el deterioro anterior que, todavía hoy, el primero no alcanza ni la mitad del nivel que logró hace tres décadas, como proporción al PIB. Expresado en pesos de hoy por alumno, apenas iguala el nivel de hace treinta años en básica y media, y es menos de la mitad que entonces, en las universidades. En cuanto a las remuneraciones del magisterio, todavía distan bastante de recuperar su nivel de entonces, medidas en moneda del mismo valor, como se verá.

El esfuerzo de los gobiernos democráticos sin duda alcanzó muchos otros aspectos de gran significación, que incluyen el aumento de cobertura, la extensión de la jornada escolar, y los programas de estudios y pruebas de selección, principalmente. Sin embargo, al no abordar el tema central antes referido, se ahondó el desmantelamiento y deterioro del sistema de educación público, sólo que esta vez en términos relativos. En efecto, en básica y media, sólo uno de cada cinco alumnos adicionales a partir de 1990, ingresó al sistema público, mientras los cuatro restantes engrosaron el sistema de colegios particulares. En el caso de las universidades, las privadas absorbieron prácticamente a todos los alumnos adicionales a partir de 1990. Hoy día, el sistema público tiene 200 mil alumnos menos que los que contaba en 1974, en básica y media. En el caso de las universidades públicas, éstas tienen menos alumnos y académicos hoy, que los que tenían entonces.

El primer paso para resolver la crisis es que el Estado debe reasumir en plenitud su responsabilidad sobre las escuelas de propiedad pública, estructurándolas como un sistema nacional, que – al igual como lo fue en el pasado -, contemple un esquema moderno de administración que incorpore las mejores prácticas internacionales al respecto. Abordar la reconstrucción del sistema público significa reconsiderar la gestión, el financiamiento, el control, y muchos otros elementos propios de toda organización grande, equilibrando adecuadamente la centralización de algunos aspectos de los mismos, con la descentralización de otros, dado que ambos términos, lejos de ser antagónicos, son opuestos que conforman siempre una unidad. Es decir, no hay descentralización posible, en ningún tipo de organización, sin que paralelamente se centralicen otros aspectos de la misma cosa, y viceversa. Ello se verifica todos los días, por ejemplo, con la propiedad privada capitalista, la que es objeto de un continuo proceso de centralización y descentralización simultánea, que reestructura constantemente el control de todas las industrias.

La tan mentada “descentralización” del sistema educacional chileno no ha sido sino un eufemismo para desmantelar y privatizar los colegios públicos. La municipalización ha sido un rotundo fracaso, que significó inicialmente diezmar los establecimientos públicos, y dejar luego establecida una discriminación entre municipios pobres y municipios ricos. Aún los más grandes, sin embargo, no pueden atender adecuadamente ni siquiera a sus colegios de excelencia, lo cual se puede verificar en el Instituto Nacional y el Liceo 1 de niñas, ambos dependientes de la Municipalidad de Santiago, que todavía no cuenta con recursos para dotarlos de la infraestructura que necesita la jornada escolar completa.

Antes del golpe, el sistema educacional era ampliamente descentralizado en sus funciones esenciales –que se recuerde, las clases no se impartían en la sede del Ministerio de Educación-, y su estructura, la que por lo demás se perfeccionaba constantemente, era la más moderna que se podía concebir para la época, en un país subdesarrollado como era el Chile de entonces. Ello era reconocido internacionalmente y de hecho servía de modelo en países similares.

Ciertamente, contaba con muchas funciones que hoy día no son requeridas, como una empresa constructora de establecimientos educacionales, por ejemplo, que fue indispensable porque la industria privada no había alcanzado todavía el desarrollo suficiente para atender los exigentes requerimientos que significó la construcción de muchas escuelas de calidad homogénea, a lo largo de todo Chile, en un breve plazo. La reconstrucción del sistema nacional de educación público ciertamente puede y debe asignar un rol importante a los municipios, así como a otras instancias del Estado democrático. Sin embargo, el tema debe ser planteado exactamente al revés de como se ha hecho hasta ahora, es decir, en lugar de empezar preguntando si tal o cual municipio debe hacer esta cosa o la otra, en la nueva estructura administrativa, éstas pueden ser preguntas a responder al final, luego de reasumir el Estado el control de todas las escuelas y definir un plan nacional de reconstrucción del sistema público.

Asimismo, el experimento extremista neoliberal de financiar toda la educación pública mediante “vouchers,” entregados por alumno que asiste a clases, ha fracasado completamente y debe ser terminado inmediatamente. Sólo ha significado trabas al Estado para mejorar las escuelas públicas, mientras se ha prestado para estimular la discriminación en los colegios privados, y el fraude en los reportes de asistencia en todos los establecimientos. Cabe hacer mención que el mencionado experimento es único en el mundo, no ha sido seguido de esta manera radical en parte alguna, y ni siquiera las grandes instituciones privadas educación lo aplican al interior de si mismas.

Es posible que el propio inspirador de tal idea, cuya aguda mente crítica lo ubica a mucha distancia de las vulgares concepciones de sus seguidores, hubiese puesto fin al experimento hace ya mucho tiempo. Lo que se requiere en cambio es aplicar las mejores prácticas para distribuir y controlar el uso de los recursos públicos en función de los objetivos generales y las necesidades y realidad de cada sector, región e institución, y de acuerdo al plan nacional de reconstrucción del sistema público, propuesto. Lejos del mercado, tales prácticas mejores se deben buscar en los mejores y más modernos sistemas educacionales públicos, y lejos de los manuales de microeconomía, en las mejores escuelas de administración pública.

De la misma manera, el análisis de la situación del magisterio no se puede desvincular de la profunda alteración que ha sufrido su relación laboral, en el marco del proceso de desmantelamiento del sistema de educación pública y su reemplazo por colegios particulares. Hasta el golpe militar, la profesión docente se desarrollaba en el marco de una carrera funcionaria que era parte del servicio civil del Estado – de hecho, era su contingente más numeroso, junto a los funcionarios de salud. A lo largo de buena parte del siglo, se desenvolvió en un escenario de dinámico desarrollo, que se manifestaba en un acelerado incremento del número de docentes, de sus remuneraciones y capacitación laboral.

Todo ello cambió violentamente tras el golpe militar, cuando el magisterio y la profesión docente fueron duramente castigados, y sufrieron represión y persecución política en un grado significativamente más severo que otros sectores, y que fueron especialmente duras en las universidades. La formación docente sufrió un golpe inmediato y deliberado por parte de la dictadura, simbolizado en la expulsión del Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile, que no ha podido ser remontada, a pesar de los importantes esfuerzos hechos al respecto a partir de 1990, y se ha agravado en años recientes por la extrema liberalidad de ciertas universidades privadas.
 
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Manuel Riesco. Economista de Cenda (mriesco@cendachile.cl).

 

El imperialismo de EEUU hoy

Introducción


Para comprender la actual configuración del poder mundial y las relaciones entre los Estados, el concepto de Imperialismo es más preciso y científico que conceptos vagos y amorfos como el de "globalización".

 

 

La naturaleza y la estructura del imperialismo se capta mejor cuando se reconoce que es un fenómeno complejo, cuyos componentes económicos, políticos, militares e ideológicos se interrelacionan.

 

 

En el sistema imperialista actual hay tres centros principales que son aliados y también compiten: EEUU, la Unión Europea y Japón.

 

 

Este ensayo documentará y describirá la naturaleza y la estructura del poder imperialista de EEUU. Comenzaremos con el papel de las multinacionales de EEUU en la economía mundial y el papel del Estado Imperialista de EEUU en las instituciones financieras internacionales (FMI, Banco Mundial, etc.).

 

 

Seguirá luego una discusión del poder político y militar mundial de EEUU, tal como se ejerce a través de organizaciones multilaterales y de la intervención bilateral y unilateral Finalmente, examinaremos el mensaje ideológico de la propaganda y su transmisión por los medios masivos controlados por el imperialismo.

 

 

Concluiremos resumiendo el poder acumulativo del imperio de EEUU y sus contradicciones.

 

 

Base económica del poder imperialista de EEUU

 

 

Un estudio reciente llevado a cabo por el "Financial Times" sobre las compañías más grandes del mundo según su capitalización del mercado, revela que de entre las 500 compañías más grandes del mundo, 244 son de EEUU, 46 de Japón y 23 de Alemania. Aun considerando toda Europa junta, sólo 173 son europeas, muy por debajo de EEUU. El crecimiento del poder económico de EEUU en relación a Japón aparece claro cuando comparamos los datos de los años 90: el número de firmas japonesas presentes entre las 500 más importantes cayó de 71 a 46, mientras que el número de firmas de EEUU aumentó de 222 a 244.

 

 

Si miramos a las 25 multinacionales más grandes, aquellas cuya capitalización excede los $ 86 billones, la concentración de poder económico de EEUU es aún más clara. Más del 70% son de EEUU, 26% son europeas y sólo el 4% son japonesas. Dado que las multinacionales controlan el comercio, los préstamos y las inversiones, es principalmente EEUU quien ha emergido como potencia dominante abrumadora. Dado que las compañías más grandes son la fuerza principal en la compra de las compañías más pequeñas, a través de fusiones y adquisiciones, podemos esperar que las multinacionales de EEUU desempeñarán un papel importante en el proceso de concentración y de centralización del capital. Estudios recientes demuestran que las corporaciones multinacionales todavía están bajo el control de sus jefaturas en EEUU, Europa y Japón. Más del 80% de las decisiones sobre tecnología e inversión son tomadas por la " casa matriz" imperial, refutando la pretensión de los teóricos de la globalización de que las corporaciones multinacionales no tienen "nacionalidad". Centenares de billones de dólares en ganancias, pagos de intereses y "royalties" llenan los cofres de las corporaciones con base en los EEUU, enriqueciendo a pocos en el norte y empobreciendo a los pobres en el sur.

 

 

La participación de EEUU en los beneficios mundiales ha pasado de 36% en 1990 a 43% en 1998. El poder financiero se concentra aún más: de los 13 de los bancos de inversiones más grandes, 11 pertenecen y son dirigidos por EEUU, dándole un papel clave en la ordenación y en el ser beneficiarios de las mega-fusiones.

 

 

Las llamadas "instituciones financieras internacionales” (IFI) como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), no son realmente internacionales, puesto que son controladas por EEUU y en un menor grado por los Estados Europeos.

 

 

El poder de los votos en las "IFIs" se basa en la contribución financiera, y da a EEUU el poder de vetar o de imponer determinadas condiciones en los préstamos, lo que fuerza a quienes los reciben a privatizar, a desregular sus economías y a eliminar las barreras comerciales.

 

 

La estructura interna de las IFI se compone de una junta de directores que son delegados designados por el Tesoro de EEUU y los ministerios financieros europeos. Estos delegados designados siguen la política dictada por el Estado imperialista, que a su vez trabaja muy de cerca con Wall Street, la Bolsa de Londres, etc. En otras palabras, el carácter multilateral o internacional de estas instituciones financieras es una fachada que disimula el verdadero poder ejercido por los Estados imperiales en favor de sus multinacionales. El FMI, el BM y el BID no son poderes internacionales; son más bien extensiones financieras del Estado imperialista. Las políticas neoliberales impuestas por las IFIs benefician directamente a las multinacionales, a través de las políticas de ajuste estructural, que facilitan los pagos de la deuda externa a bancos de EEUU a expensas de los salarios y los programas sociales para las masas urbanas y rurales.

 

 

El creciente poder de las coporaciones multinacionales de EEUU está ligado directamente a la influencia y dominación de Washington sobre las instituciones financieras internacionales. Ambos poderes fortalecen y expanden el imperio económico de EEUU: poder político e imperialismo económico de EEUU. Este imperialismo económico depende del poder político, de la capacidad del estado imperial para intervenir y establecer regímenes que le sean favorables, así como códigos legales y garantías para la inversión económica de EEUU y el pago de las deudas. El Estado imperial de EEUU es el instrumento principal para conquistar y recolonizar regiones para los inversionistas, prestamistas y comerciantes. Washington tiene varias agencias gubernamentales para realizar estas funciones: las fuerzas armadas para usar fuerza (o amenazar con ella) para defender regímenes pro-capitalistas o derrocar gobiernos progresistas; una extensa área de espionaje internacional y agencias de policía secreta (la CIA, DIA, DEA, NSA, etc.), que organizan esquadrones de muerte, reclutan informantes y en general desestabilizan regímenes antiimperialistas o eliminan movimientos progresistas.

 

 

El Departamento del Tesoro, por medio de instituciones unilaterales, bilaterales o multilaterales, proporciona ayuda económica para los regímenes clientes, y ordena boicots, embargos comerciales, etc. contra los regímenes nacionalistas o socialistas. El Departamento de Estado ordena las políticas diplomáticas, reconociendo y legitimando a los regímenes clientes, o demonizando a sus adversarios. El Departamento de Estado coordina la propaganda con los medios de comunicación privados de forma que transmitan la línea de pensamiento imperial.

 

 

El Departamento de Defensa organiza la intervención militar, entrena a fuerzas represivas y proporciona armas al ejército del cliente, para proteger los regímenes neo-liberales que abren la puerta a toma posesión de sus sectores económicos estratégicos.

 

 

El poder político de EEUU se proyecta en la arena internacional. La clave es es el intento de Washington de manipular y controlar las llamadas instituciones internacionales para dar legitimidad y apoyar su dominación imperial. Washington prefiere funcionar vía las instituciones multilaterales como las Naciones Unidas (ONU) o la Organización de Estados Americanos (OEA) si es posible, pero usará fuerza unilateral si es necesario para defender los intereses imperialistas. EEUU gana poder en la ONU mediante préstamos, influencia militar, regímenes clientes, promesas comerciales… para ejercer presión y sobornar a los gobiernos a votar por oficiales como Kofi Annam, el Secretario General, que son efectivamente servidores del Imperio. Cuando surgen asuntos políticos importantes para el debate, Washington junta los votos de sus clientes, o usa su influencia, o pone el veto en el Consejo de Seguridad para bloquear, o para implementar políticas imperialistas.

 

 

Por lo tanto, la dominación de EEUU sigue caminos multilaterales, bilaterales o unilaterales, según cuál sea el mejor mecanismo disponible en cada momento para realizar sus intereses imperiales: la invasión de Kosovo fue multilateral, el boicot de EEUU a Cuba (Helms-Burton) es unilateral, el apoyo de EEUU a Israel contra los palestinos es bilateral. Diferentes tácticas para el mismo fin político estratégico.

 

 

Las diversas instituciones políticas de EEUU se complementan entre ellas, proporcionando apoyo coercitivo económico, político e ideológico a las multinacionales y combatiendo a los adversarios nacionalistas y progresistas o a los competidores imperiales.

 

 

Poder militar

 

 

EEUU es la potencia militar intervencionista número uno en el mundo. Recientemente ha intervenido directamente en Yugoslavia, Iraq, Somalia, Panamá, Grenada, Afganistán... Ha intervenido indirectamente en operaciones clandestinas en muchas regiones, como América Central (Nicaragua, Guatemala, El Salvador), Suramérica (Colombia, Perú...). La escala y el alcance del poder militar de EEUU se manifiesta en su presupuesto militar (casi $300 billones), su monopolio nuclear y sus ventas militares (el mayor vendedor).

 

 

La OTAN (Organización del Tratado de Atlántico Norte) ha sido la alianza militar principal con la cual EEUU ha ejercitado su hegemonía, primero en Europa y, después del final de la guerra fría, en todo el mundo. La alianza de la OTAN ha estado bajo dirección de EEUU y ha servido siempre para organizar las fuerzas militares capitalistas importantes de cara a intervenir y reprimir los movimientos sociales en todo el mundo. Por ejemplo, Turquía, un miembro de la OTAN, usa armamentos y entrenamiento de la OTAN para reprimir violentamente a millones de kurdos. EEUU utilizó a la OTAN para bombardear Iraq y Yugoslavia. La nueva doctrina de la OTAN establece explícitamente las condiciones para las intervenciones militares ofensivas en cualquier lugar del mundo donde se vean amenazados los intereses occidentales, o sea, donde los movimientos o los regímenes progresistas resistan a las políticas neoliberales.

 

 

La clave del poder militar de EEUU es su flexibilidad táctica y su rigidez estratégica. La flexibilidad militar de EEUU se evidencia de muchas maneras: (1) en entrenar y adoctrinar a las fuerzas armadas clientes para luchar por los intereses económicos y estratégicos de EEUU en su propio país; (2) el Pentágono permite que guardianes de paz de EEUU supervisen áreas conflictivas para mantener los intereses de EEUU; (3) Washington proporciona fuerza aérea y consejeros, mientras otros países ponen las tropas terrestres; (4) el Pentágono recluta nuevos clientes en Europa Oriental, antigua URSS y los países Bálticos para formar parte de la OTAN para ser escudos que cercan a Rusia; (5) las bases militares de EEUU se extienden a nuevas regiones (Ecuador, Bolivia, Argentina, Macedonia, etc.) para reprimir movimientos nacionales y populares sociales..

 

 

La extensión de nuevas bases y alianzas militares coincide con la extensión económica del imperio de EEUU y la profunda contradicción entre la riqueza imperial y el empobrecimiento de la masa.

 

 

La flexibilidad táctica, la variedad de medios de intervención militar, es igualada a la rigidez estratégica. Los legisladores imperiales de EEUU tienen un conjunto de metas estratégicas constantes: mantener su posición de la dominación del mundo, limitar o minar los competidores regionales (Europa, Japón) y aislar, destruir o neutralizar a los regímenes nacionales independientes. La OTAN, extensión de Washington, con su gran presupuesto militar, se dirige a la dominación del mundo; su intervención en Bosnia y Yugoslavia y el reclutamiento de nuevos clientes en Europa Oriental es para fortalecer su posición en Europa; sus bases militares y el Plan Colombia son dirigidos a asegurar regímenes clientes en Colombia, Bolivia, Perú, etc.

 

 

Las ventas de armas de EEUU son componentes económicos y militares del sistema imperial. Las ventas de armas son exportaciones claves para proporcionar grandes beneficios para las industrias de EEUU y para compensar los grandes desequilibrios comerciales no militares. Militarmente, el programa de las armamentos da a EEUU palanca militar, influencia y posición estratégica en las fuerzas armadas de los países compradores: el entrenamiento tecnológico va acompañado de adoctrinamiento en contrainsurgente e ideología neoliberal. Militarismo es el hermano gemelo del imperialismo económico: los mercados libres son defendidos con las ametralladoras.

 

 

Las bases ideológicas del poder imperialista

 

 

La fuerza es el último recurso del imperio. EEUU confía en la propaganda ideológica para ganar adherentes y para desmoralizar y desorientar a sus grandes adversarios. Primero se utiliza la ideología para justificar o ligitimizar la intervención imperialialista. Para convencer al público, en EEUU y en otras partes, Washington sostiene el argumento de que su esfuerzo militar de destruir a los movimientos populares y movimientos sociales que luchan contra las desigualdades sociales y la explotación es por razones humanitarias.

 

 

Éste era el caso en Yugoslavia, donde el bombardeo masivo de edificios civiles y la matanza de miles de personas era para acabar con el " genociio " de los albaneses de Kosovo. Después de la victoria de la OTAN, los doctores forenses encontraron menos de 3.000 muertos en Kosovo, contando serbios, gitanos y albaneses, de ambos lados. Bajo la ocupación de la OTAN 250.000 serbios, gitanos, etc. han sido sacados de Kosovo, centenares han sido asesinados por los terroristas albaneses fanáticos, se ha privatizado la propiedad pública y la OTAN tiene una nueva base militar. La ideología humanitaria extendió el poder imperialista.

 

 

La campaña antidrogas de EEUU ha conducido a crear nuevas bases militares y a la intervención militar directa. En Colombia, EEUU ha escalado su campaña del militarization a través del Plan Colombia, dirigiendo y financiando la represión y a los grupos paramilitares contra los ejércitos del guerrilla y las organizaciones populares que protestan por el régimen neoliberal. La campaña antidrogas de Washington es un fraude, puesto que la mayoría de los traficantes de la droga se encuentran entre los militares y los aliados políticos de Washington, y la mayor parte del dinero de la droga es lavado en bancos de EEUU en Miami, Nueva York, etc. Ideologías antidrogas y antiterroristas se utilizan para disfrazar y legitimizar la recolonización de América Latina por Washington, y se dirigen a la represión de movimientos que desafían la hegemonía de EEUU.

 

 

Los medios de comunicación masivos, la CNN y los monopolios locales y extranjeros, transmiten la propaganda de Washington y dan la imagen de ser agencias de noticias privadas, independientes. La centralización y concentración de los medios masivos de comunicación y sus crecientes conexiones a los centros imperialistas facilitan la conexión entre los monopolios nacionales masivos y los que dictan la política imperialista.

 

 

Conclusión

La dominación imperial de EEUU es el problema principal del nuevo milenio. Es una fuerza compleja y ubicua que ha polarizado profundamente al mundo/clases/razas/género/regiones. La transferencia masiva de riqueza del imperialismo a los ricos del norte y oligarcas del sur va emparejada con el creciente ejército de pobres en el Sur y los decadentes salarios de los trabajadores en el norte. Sin embargo, el fenómeno gemelo de imperialismo económico y militarismo está provocando resistencia popular, movimientos anti-imperialistas en Colombia, revolución social de los campesinos de Bolivia, Brasil, Paraguay, regímenes nacionalistas en Venezuela... Si bien EEUU domina el mundo hoy, la creciente resistencia cuestiona el Imperio de mañana.

Factfile: Hezbollah

Ya van dos semanas de intensos ataques a la población civil libanesa. Más de 380 civiles asesinados, medio millón de refugiados y 1.300 heridos. El Estado Sionista dice atacar posiciones de Hezbollah, lo que en las imágenes que difunde la televisión queda más que claro lo que denomino "uso científico de la mentira". 
 
Muchos se preguntan qué es Hezbollah, cuándo nace, qué busca, etc.. Es por esto que aquí les dejo un "factfile" de la milicia libanesa liderada por Hassan Nasrallah. Saludos a mis queridos weblogers...


Hezbollah is an Islamic resistance group and political party based in Lebanon. Founded by Shia Muslims to resist Israel's invasion of Lebanon in 1982, the group's political and military success has made it a model for other Islamic movements worldwide.

History

Hezbollah was founded in the early 1980s by Lebanese Shia who wanted to fight the Israeli army, which since 1982 had occupied a large area of southern Lebanon.

 

The movement grew quickly after receiving Syrian and Iranian logistical, financial and military support. Its members carried out numerous suicide attacks against Israeli targets inside Lebanon.

 

By the late 1990s Hezbollah had developed into a sophisticated political party while also funding free schools, hospitals and social programmes for Lebanon's often impoverished and rural Shia population.

 

But at the same time, its fighters continued to mount ever more lethal attacks on Israeli forces in Lebanon, leading to an increasing pressure on the Israeli government to pull out.

 

Israeli defeat

 

In May 2000 Israel withdrew from all of Lebanon. Hezbollah was widely seen as the cause of the Israeli defeat. Many observers hailed the group as the first Arab military force to defeat an Israeli army.

 

But while the group's popularity soared within Lebanon – even among many Lebanese Christians and Sunnis - world powers called for Hezbollah to lay down its arms and enter mainstream politics.

 

By late 2000 the group was under increasing international pressure to disarm now that the Israelis had left.

 

A new role

 

A few months after the Israeli withdrawal from Lebanon, the second Palestinian intifada broke out in October 2000.

 

The violence offered Hezbollah's armed wing a new role and purpose. Within months the Shia group had rebranded itself as a defender of all Arabs and Muslims

 

In October 2000 Hezbollah kidnapped three Israeli soldiers on the Lebanese border and demanded the release of Arab prisoners held by Israel.

 

In January 2004 Israel released nearly 500 Palestinian and Lebanese prisoners in return for a kidnapped Israeli businessman and the bodies of the four soldiers.

 

Since the Israeli withdrawal, Hezbollah has also attacked the Shebaa Farms, an Israeli-occupied area of land bordering Southern Lebanon. Hezbollah claims that this 25 square km area is historically Lebanese but the UN and Israel say it was captured from Syria during the 1973 Arab-Israeli war.

 

The future

 

Hezbollah's leader, Hassan Nasrallah, has tried to build the group into the dominant political party among the Lebanese Shia, who are the largest of Lebanon's 19 religious minorities.

 

The movement's success at driving Israel out of Lebanon has inspired many other Islamic groups around the Middle East from Hamas in Palestine to Muqtada al-Sadr's Madhi Army in Iraq.

 

However, Hezbollah remains dependent on Syria and Iran for funds and arms. The US has frequently called on both countries to stop supporting the group which is today estimated to have several thousand fighters.

 

Syria has previously offered to disarm Hezbollah if Israel returns the Golan Heights, which it has held since 1967.

 

The movement's success at driving Israel out of Lebanon has inspired many other Islamic groups around the Middle East from Hamas in Palestine to Muqtada al-Sadr's Madhi Army in Iraq.

 

However, Hezbollah remains dependent on Syria and Iran for funds and arms. The US has frequently called on both countries to stop supporting the group which is today estimated to have several thousand fighters.

 

Syria has previously offered to disarm Hezbollah if Israel returns the Golan Heights, which it has held since 1967.

Entrevista a James Petras

Chury: Estoy en contacto con James Petras allí en los Estados Unidos en esta jornada que tenemos aquí, bastante fría, con cielo totalmente cubierto y hasta niebla. Buen día Petras ¿cómo estás?


Petras: Buen día. Aquí tenemos 35 grados y subiendo, con mucho sol y con mi aire acondicionado funcionando bien.

 

Chury: Bueno, viste las diferencias ¿no?. Petras, naturalmente uno pasa de este saludo amable y de todo esto por lo menos a una situación de una complejidad y un dolor humano muy fuerte. Parte de la entrevista se va a orientar a que nos digas qué perspectivas tiene el conflicto de Oriente Medio. LA gran pregunta es en qué va a terminar esto, cuál es el plan de Israel. Un análisis de la situación.

 

Petras: El plan de Israel -y hay que decirlo con toda franqueza- es la creación de lo que llaman el Gran Israel. Hace medio siglo que ya los principales líderes de Israel tienen una visión melagomaníaca de que Israel debe ser desde el canal de Suez hasta el Eufrates y parece una visión apocalíptica, bíblica e imperial, pero eso es lo que creen los principales políticos de Israel que no quieren quedarse con la simple mitad de un pequeño país. Y a partir de esta visión, con diferentes grados de agresividad, primero han conquistado territorios en Palestina; han ocupado el sur del Líbano y forzosamente tuvieron que salir por la resistencia de Hezbollah. Y ahora vuelven a la carga destruyendo totalmente la economía en Gaza para forzar lo que algunos laboristas sionistas llaman "las condiciones por la salida voluntaria de la población palestina" (lo dicen así con todo cinismo) y es lo mismo que están haciendo en el Líbano ahora, bajo el pretexto de un conflicto donde cayeron dos presos. Con este pretexto están destruyendo toda la economía del Líbano, incluso atacando a un gobierno que es cliente de Washington y atacando soldados fieles al liderazgo político pro Washington. Eso debe indicar para mucha gente, que Israel no es un simple agente del imperialismo norteamericano sino que realmente tiene sus propias ambiciones imperiales y su política estratégica y que lo que Estados Unidos tolera de que Israel está atacando a sus clientes, es porque el lobby judío en este país no le permite a Washington defender a sus propios clientes, a defender las inversiones norteamericanas en el Líbano ni los proyectos de reconstrucción en Gaza.

 

Ustedes deben saber que la planta hidroeléctrica en Gaza estaba construida con hombres del gobierno de Bush en una forma de tratar de estabilizar lo que existe en Gaza. Israel la primera cosa que hizo fue bombardear y destruir esa planta que costó más de 50 millones de nuestro dinero. Y como es común, todo el lobby, todas las organizaciones comunales de Israel, apoyan a Israel contra la política de Washington, que indican que aquí tenemos una población, una comunidad, que su primer lealtad está en el gobierno de Israel y no lo que es el país donde viven. Pero que tienen una enorme fuerza y controlan a los congresistas y Bush lo sabe y por eso tiene miedo en este año electoral a mostrar su discrepancia con Israel, a pesar que está subvirtiendo su política de extender la influencia norteamericana a partir de cambios de regímenes como hiciera en el Líbano.

 

Recuerda que la política de EE.UU. a partir del asesinato de una figura política, forzaron a Siria a abandonar el Líbano y a partir de este éxito, ellos construyeron un gobierno en el Líbano favorable a los intereses de Washington que ahora Israel está destruyendo y polarizando el país en favor de Siria, en favor de Hezbollah y contra los EE.UU. ¿Y cómo podemos explicar que Israel pueda hacer cosas así? porque la extensión del poder y ocupación de territorio del Líbano por parte de Israel, está apoyado por los presidentes de las principales organizaciones judías, que junto con los millonarios judíos, financian más del 60 por ciento de las contribuciones que recibe el Partido Demócrata y el 35 por ciento de las contribuciones políticas que recibe el Partido Republicano. Y si uno quiere analizar cómo impacta la política de los sionistas aquí en los EE.UU., debe estudiar -yo he construido un dossier documentando la penetración de los Comité de acción política, lo que llaman aquí PAC- y cómo contribuyen con dinero, activistas y penetración de Comités de asesores, el proceso político aquí estamos «sionizados» en relación con la política del Medio Oriente.

 

En esta perspectiva yo no veo ninguna intervención por la paz de parte de Estados Unidos y como consecuencia de su influencia en Europa y su poder de veto en Naciones Unidas, esta guerra va a continuar. No hay ninguna posibilidad de que se negocie, se intercambien presos o se arregle porque los presos son pretextos para el estado de Israel para extender su poder y su influencia.

 

Este cálculo de Israel es muy peligroso para todo el mundo, para nosotros. Porque si Israel lanza un ataque contra Siria, va a provocar la reacción de Irán. Irán tiene misiles que pueden alcanzar a Haifa e incluso a Tel Aviv y eso nos implica una guerra generalizada porque la influencia sionista aquí va a empujar a los EE.UU. en la guerra contra Irán y Siria y ahí ya estamos en una guerra generalizada mundial.

 

Ese es el gran peligro del fanatismo judío fundamentalista que está apoyando este estado terrorista de Israel. No es un simple problema entre Israel y Palestina y los derechos de los palestinos o lo que sea.

 

Estamos hablando que hay un peligro mundial, como las encuestas en Europa, entre el ciudadano promedio mencionaba.

 

Varias veces en las encuestas preguntan cuál es el principal peligro para la paz y el estado que nombran primero es Israel y la respuesta de Israel es ¡que toda Europa es antisemita! En vez de reflexionar y decir "qué estamos haciendo", la respuesta automática de Israel es culpar a los que están preocupados y no preguntarse internamente.

 

Lo mismo pasa con las organizaciones sionistas, incluso judíos que en el mundo automáticamente responden en la misma línea como pájaros, como loros lo que dice Israel. Es como el stalinismo en el peor momento. Son cinturones de transmisión automáticos, aquí tengo frente a mí documentación. Un día Israel dice una cosa, los próximos días lo repiten los dentistas, los médicos, los abogados, los especuladores, los medios de comunicación, todos repiten palabra por palabra.

 

"Raptan a un soldado" ¿cómo se puede raptar un soldado? cuando estás en conflicto, capturás un preso de guerra. Estas cosas de la corrupción del lenguaje político es otro tema en el que nos podríamos concentrar.

 

Imagino que en Uruguay es lo mismo y las organizaciones pro Israel repiten palabra por palabra lo que dicen sus patrones en Israel, con algunos pequeños grupúsculos y algunos individuos sueltos que dicen que Israel y Palestina tienen la culpa -como Poncio Pilatos- que los dos lados están sufriendo etc..

 

En vez de ver los miles de muertos y miles de heridos, tratan con gran hipocresía esos progres, de culpar a ambos lados y confundir a los oprimidos con los opresores. Yo no tengo ninguna visión optimista por la paz. Mientras Israel esté gobernado por una visión megalomaníaco, con una arrogancia y prepotencia espantosa, no hay paz. Vamos a una guerra prolongada. Y la otra vez que Israel empezó una guerra contra Hezbolla fracasó, sufrieron bastantes bajas y tuvieron que retirar primero sus tropas y después las milicias títeres de cristianos de la derecha entonces yo creo que estamos frente a una guerra prolongada, con posibilidades graves para la paz en el mundo.

 

Chury: Dejo un momento este tema, porque aquí hubo un plenario del Frente Amplio en el que se trató un tema que es realmente importante para los uruguayos, primero porque aquí en el Uruguay la izquierda durante muchos años, se opuso a tratados de libre comercio con los Estados Unidos. Pero ahora de la mano del gobierno del Dr. Vázquez y la conducción de economía de Danilo Astori y de los llamados cabeza de lista, los Huidobro, los Mujica, se ha llegado a la conclusión de que es bueno hacer un tratado de libre comercio con los EE.UU. pero que no se llame así, que tenga otro nombre. Es decir: los mismos contenidos a los cuales se le cambia de nombre.

 

Petras: Bueno, yo creo que el señor Astori no sólo estudió economía sino también cosmetología. Es decir que es un especialista en maquillaje y las cosméticas siempre hasta las manos; si no directamente pro Astori o por el señor Vázquez, se puede traer al maestro del salón de belleza, Gargano, o tal vez Arismendi, que pueden meter mano y dar alguna estocada de poner otra palabra, otra máscara, llamarlo trato de libre comercio progresista. Y como decía, una subordinación democrática, libre, a la uruguaya. Y todo eso para engañar a la gente.

 

Pero con el mínimo sentido común entiendo que el lobo con piel de oveja todavía es lobo que muerde. Y van a perder todos los beneficios que reciben ahora los empleados públicos y los demás porque tienen que ser competitivos como dice Astori y alguien tiene que apretarse el cinturón y como a los capitalistas los necesitamos para invertir en el empleo y que tengan muchas ganancias, tienen que ser los empleados públicos, los choferes de autobuses y taxis los que tienen que hacer el gran sacrificio para que el trato democrático de libre comercio tenga éxito y no tocamos las grandes ganancias y las tres o cuatro casas de los financistas en Rocha, Punta del Este y lo demás.

 

Chury: En Uruguay se habla insistentemente de que los pasos que está dando aquí Estados Unidos tanto en la zona del Cerro de Montevideo donde va a estar el puerto de la Armada, como en Laguna del Sauce, una base aeronaval y Santa Bernardina en Durazno, van a ser la avanzada de lo que después puede transformarse en una base norteamericana o en una escuela militar norteamericana y que se ha estado haciendo una política de ablandamiento.

 

Ya está aquí un contingente norteamericano

 

Petras: Yo creo que es así. Lo que yo entiendo es que ya tienen acuerdo con el Ministro de Defensa y la cúpula militar para establecer una escuela de entrenamiento o mejor dicho una base para la escuela de entrenamiento porque una escuela no puede existir independientemente del territorio que ocupa y hay que construir casas para los entrenadores, campos de práctica. Y cuando hablamos de escuela, estamos hablando de una base militar donde está ubicada la escuela. Y por lo menos la noticia que nosotros tenemos es que ya hay acuerdos. No sé si están publicados en Uruguay.

 

Chury: Sí, sí.

 

Petras: Entonces estamos ya, entonces Astori está en los pasos de Duarte al estilo paraguayo. Lo que tenemos un país, Uruguay, en los pasos de los gobiernos de verdugos como ese gobierno en Paraguay.

 

Mientras en Argentina tienen problemas para montar una escuela en una base militar, van a Paraguay y van a Uruguay para construir las bases, como tienen bases en Miami y como tienen escuela en Puerto Rico entonces está el modelo colonial que sigue Uruguay en relación con bases militares.

 

Quiero decir que Panamá expulsó la escuela de las Américas que tuvo que volver a EE.UU. Ahora en otros países están cuestionando las bases militares: en Asia y otros lugares. Mientras el mundo está expulsando las bases militares o los EE.UU. establecen bases por la fuerza o la corrupción como la mafia en Bulgaria, ahora tiene la invitación por el gobierno autotitulado democrático y progresista.

 

Fíjate qué progreso tenemos estableciendo bases militares y trampolines para intervenir en América Latina, por la invitación de un gobierno ¡con socialistas, comunistas, tupamaros y lo demás!

 

Uruguay gana el premio de lame botas con el gobierno actual. Tiene la competencia de Paraguay y de Colombia pero por sus credenciales democráticas, este año gana el famoso premio "lamebotista del año".

 

Chury: Petras, un saludo nuestro, un saludo de la audiencia, gracias por todo el análisis. Nos reencontramos el próximo lunes.

 

Petras: Sí. Hablo con mucha tristeza. Cuando uno considera a Carlos Quijano viejo amigo y todas las tradiciones democráticas independientes y nacionales de Uruguay, tenemos que tratar temas tan vergonzosos que me pone triste reflexionar sobre el pasado de Uruguay frente a estos acontecimientos. Realmente me pongo a tomar algunos tragos ahora para olvidar el presente y recordar el pasado.

 

Chury: Un abrazo grande Petras.

 

Petras: Un abrazo. Chau.

David es palestino

Por Lidon Soriano

 
Esta tarde hemos llegado a Nablus, los compañeros palestinos nos aconsejaban no venir, pues la madrugada pasada un comando de los mártires de las brigadas de Al aqsa llevaron a cabo una acción de resistencia, volando un jeep militar. Como resultado un soldado ha muerto y cinco estan heridos, dos de gravedad. Puesto que cada vez que hay una acción de resistencia a continuación el ejército israelí lleva a cabo diferentes acciones de venganza y castigo personal y colectivo, se suponía que las cosas se endurecerían, sobre todo en el casco viejo, que es donde ha sucedido y donde nos encontramos. Pero la brigada ha decidido seguir con nuestro programa, pues hemos pensado que esa era una forma, pequeña pero digna, de luchar contra la ocupación, es decir, que no fuera el gobierno israelí a través de su aparato represor quien decidiera nuestro programa, sino nosotras mismas, así que tras casi 4 horas de viajes para recorrer poco mas de 50 Km hemos llegado a Nablus.

 
De momento lo único que hemos podido comprobar ha sido más presencia militar por todas partes, más dureza en el checkpoint de Hawara (una de las entradas de Nablus) y que hacia las diez no quedaba nadie por las calles de la ciudad vieja, signo de que la gente teme que algo pueda ocurrir. De hecho acaba de venir un amigo palestino al que le han asesinado, en estos años de intifada, a 13 de sus mejores amigos (en la pandilla eran 15) a decirme que le han avisado, de que los soldados ya han entrado en la ciudad. Estos días hemos tenido una agenda muy intensa por lo que me centraré en lo más significativo del recorrido.

 
El viernes tuvimos reunión con la gente de Stop the Wall que nos puso al día de la situación del muro, que a pesar de la opinión consultiva del tribunal de justicia de la Haya del 9 de julio de 2004, que lo declara ilegal, continúa construyéndose de diferentes formas, con piezas de hormigón de 9 metros de altura, con alambradas de espino y electrificadas, en forma de carreteras que nunca podrán utilizar los palestinos y que por lo tanto eso ya les supone un muro infranqueable, en forma de nuevas colonias, que les roban la tierra y les delimitan el terreno por donde van a poder moverse, etc, etc.

 
También nos hablaron del plan Olmert que consiste en desalojar 70 pequeñas colonias en donde viven unos 50.000 colonos (que serían llevados a Jerusalen, para acelerar la judeización de Jerusalen) mientras acaban la construcción del muro. Dejando por lo tanto Cisjordania dividida en tres guetos sin acuíferos, sin comunicación entre ellos, sin control de sus fronteras, sin ninguna salida al mar, excepto Gaza, (e incluso esa salida la tienen controlada, pues los palestinos sólo pueden navegar en seis millas desde la costa). En fin un país de recortable, como las muñecas de papel de cuando eramos pequeñas.

 
A la vez, las colonias grandes las irían agrandando y posteriormente, anexionando a Israel, dejando en ellas a unos 367.000 colonos, población que seguiría creciendo, a pesar de que está terminantemente prohibido por la IV convención de Ginebra que la potencia ocupante ubique a sus ciudadanos en la tierra ocupada.

 
A esta guetización, se uniría el plan del banco Mundial, consistente en crear una serie de entre 9 y 11 maquiladoras, es decir, fábricas en donde se esclaviza a la gente que en ella trabaja como en India, centroamérica y otras zonas empobrecidas del planeta. Fábricas que se ubicarían pegadas al muro por fuera del mismo y con un acceso para que los palestinos pudieran entrar a trabajar y al acabar mandarles otra vez al gueto. Palestinos a los que por un acuerdo entre el banco mundial e Israel, éste les podría pagar una tercera parte del salario mínimo profesional que paga a los israelíes, es decir, trabajar 14 h. por una miseria. Lo mejor de todo cómo lo venderían a occidente: "Israel da trabajo a la población palestina" Me río por no llorar.

 
Más tarde fuimos a Bilin, donde como cada viernes se hace una acción de protesta contra el muro. En este caso, se hizo una boda, una boda de verdad entre una americanopalestina y un palestino del comité de resistencia del pueblo. Allá llegamos toda la comitiva, familia, amigos y "apegados" osea, nosotros y medio centenar más de internacionales. Al llegar enfrente de los soldados, empezó el baile, las fotos, los cánticos, todo era festivo hasta que a los diez minutos de llegar el ejército empezó a cargar con una furia inusual.

 
Empezaron a tirar bombas de sonido de forma masiva y más tarde gases lacrimógenos, con la particularidad de que los tiraban rasos, a medio metro del suelo, a dar a la gente que corría huyendo de tal alarde de fuerza y barbarie, más tarde se oyeron también algunas balas de caucho. Los soldados se acercaban con los jeeps y la gente corríamos, ora entre los olivos, ora por la carretera, esquivando los botes y huyendo de los soldados que cada vez estaban más cerca. Hubo heridos, a un par de compañeros les hirieron con botes de humo y yo llevaba sangre en la espalda de la camisa, aunque afortunadamente para mi, no era mía.

 
Ya a salvo en el pueblo nos contaron que a los diez minutos de llegar los novios una piedra hirió al jefe del comando en la cabeza, ya que por la extrema chulería que le caracteriza iba sin casco, haciéndole una brecha por la que sangraba con profusión. Llegado este punto no puedo evitar esbozar una sonrisa imaginándome el momento y es que una vez más se repite el David contra Goliat, aunque en esta ocasión David, es palestino.

 
Al acabar marchamos a Belen, donde tras recibir una charla muy interesante del periodista y escritor Nasser Ibrahim fuimos alojados en familias, recibiendo una vez más el calor y la hospitalidad de esta gente maravillosa que te da todo a cambio de nada, como nosotros en occidente, vaya. Al día siguiente estuvimos con una asociación que trabaja con personas con discapacidad sorprendiendo, cómo en un contexto tan agresivo e inestable, se preocupan por temas como la integración de las personas con discapacidad cuando en nuestras sociedades eso parece casi algo folclórico y políticamente correcto que se reduce a las personas especializadas, pero que la sociedad no acaba (ni empieza) de aceptar como parte fundamental de su crecimiento humano y social.

 
(Los tiroteos se agudizan y resulta curioso, el sonido sordo de los kalasnikovs palestinos y la fuerza de los fusiles y ametralladoras israelíes, es todo tan desigual....)

 
Después fuimos a conocer la realidad de los pueblos del oeste de Belen (Husam, Wadi Fukin, Batir,..) Éste es un territorio que está siendo literalmente estrangulado entre el muro y las colonias que crecen sin cesar, robando más tierras, más acuíferos naturales, más tierras de cultivo y separando a su población de Belen, su centro de aprovisionamiento de materiales varios y su principal mercado. Es decir, un estrangulamiento económico y físico tan sutil como maquiavélico y eficaz.

 
En realidad no están sino copiando algunas de las estrategias que la Hagana (germen del futuro ejército israelí) llevó a cabo en 1947-48 cuando fue estrangulando económicamente a ciudades y pueblos con la finalidad de que sus habitantes no vieran otra salida que marchar y a los que resistían después los masacraban, como sucedió en Deir Yassin.

 
Finalmente estuvimos con un diputado de Al Fatah que nos dio su versión de la situación política y con el que pudimos departir muy animadamente al hablar perfectamente castellano.

 
Y es que esa es otra de las características de este pueblo la capacidad que tienen para el diálogo, para argumentar y contrargumentar con los de un lado y con los del otro, mientras que una vez más en nuestros medios de comunicación se les muestra como unos intransigentes, con los que no se puede dialogar.

 
Los tiroteos estan siendo brutales, incluso se estan oyendo tanques, asi que os dejo. 

La influencia de Israel y su cabildeo en la política de USA en Oriente Próximo

Por Jeffrey Blankfort
 
La evidente capacidad de Israel, uno de los países más pequeños del mundo, de conformar la política en Oriente Próximo de la única superpotencia que queda en el mundo, ha sido una fuente de desconcierto, conjetura, y constante frustración para los que luchan por la justicia para los palestinos y para los pueblos de la región en su conjunto.
 
Una de las raíces de este singular fenómeno histórico se puede encontrar en la interpretación de la decisión de hace 120 años de la Corte Suprema de USA que otorgó a las corporaciones los mismos derechos que a los ciudadanos individuales de ese país.
 
Uno de esos derechos es la libertad de palabra garantizada por la primera enmienda de la Constitución de USA.
 
Gracias al extraordinario grado de corrupción que se manifestó en la sociedad usamericana de fines del Siglo XIX, contribuciones financieras a los candidatos políticos llegaron a ser vistas por el tribunal como expresiones de expresión política y por lo tanto bajo la protección de la corte.
 
Esto llevó a que el sistema político de USA se caracterice por interminables y cada vez más costosas campañas políticas y a que sea, sin duda, el más corrupto entre lo que se describe generalmente como “países avanzados.” La decisión de la Corte Suprema, reafirmada con el pasar de los años, abrió la puerta a “intereses especiales” bien financiados y a sus grupos de presión y les ha permitido, mediante lo que equivale a un soborno legal, conformar las políticas exterior e interior de USA.
 
En 1907, el autor usamericano Mark Twain, escribió que existe sólo una “clase criminal nativa en USA – el Congreso” y una década después el humorista Will Rogers bromeó: “USA tiene el mejor Congreso que el dinero pueda comprar.”
 
Los primeros que pagaron el precio usual fueron los ferrocarriles y las compañías siderúrgicas y luego fueron las compañías madereras, petroleras y de la construcción, los fabricantes de armas y de automóviles, las industrias aeronáuticas y de comunicaciones, y lo que se conoce bajo el eufemismo de proveedores sanitarios – los doctores, hospitales y los fabricantes farmacéuticos que han asegurado que los usamericanos sean los únicos ciudadanos en un país desarrollado que no tengan un servicio nacional de salud.
 
En el campo de la política exterior, ningún grupo de presión ha mostrado más poder que aquel de la comunidad judía organizada de USA en apoyo a Israel; a lo que generalmente se refieren como el Lobby de Israel y en las salas del Congreso, simplemente como “el lobby.” Su poder es tanto más impresionante si uno se da cuenta de que el lobby no representa a más de un tercio de los seis millones de judíos de USA.
 
La dedicación y la resolución de ese tercio, sin embargo, contrastan fuertemente con la falta de intervención de la abrumadora mayoría de los usamericanos en un sistema por el que perdieron hace tiempo fe y respeto. Este hecho ha simplificado considerablemente la tarea del lobby, mucho más de lo que podría parecer a primera vista. Por eso, también, el apoyo incondicional para Israel seguirá probablemente siendo el único aspecto en el que demócratas y republicanos entierran sus hostilidades y marchan juntos al unísono como animales adiestrados de un circo. No sólo las medidas favorables a Israel reciben usualmente 400 votos de los 435 miembros de la Cámara de Representantes y hasta 99 de 100 en el Senado, sino cuando se trata de la ayuda al exterior, el Congreso vota frecuentemente a favor de otorgar a Israel más dinero del que ha solicitado un presidente y aprueba legislación favorable al lobby a pesar de la oposición de este último.
 
Desde 1985, el monto de ayuda directa ha fluctuado entre 3.000 y 3.500 millones de dólares, y extras no publicados en el presupuesto del Pentágono tienden a elevar considerablemente esa cifra.
 
Se calcula que el monto total actual es de por lo menos de 108.000 millones de dólares. Esta cifra no incluye el coste de 19.000 millones de dólares en garantías de préstamos a Israel desde 1991, los miles de millones de dólares de dólares del contribuyente que han sido invertidos en bonos del gobierno israelí por fondos de pensión de los sindicatos, estados individuales y gobiernos de distritos y ciudades, ni los millones en donaciones libres de impuestos de judíos usamericanos a agencias y obras benéficas casi-gubernamentales israelíes desde que Israel llegó a ser un Estado.
 
El estado de la economía de USA jamás ha tenido importancia. Cuando no había fondos para programas interiores esenciales, como en 1991, cuando seis de diez ciudades de USA no pudieron cumplir con sus presupuestos y varios estados con sus pagos de salarios, Israel recibió, por sobre los deseos del primer presidente Bush, 650 millones de dólares más en efectivo como parte de la ley de gastos de emergencia de la Guerra del Golfo. En septiembre de 1992, después de resistir obstinadamente durante un año la solicitud israelí de 10.000 millones de dólares en garantías de préstamos, pero ante una difícil elección contra Bill Clinton dentro de dos meses, Bush se adaptó a la exigencia del Congreso de que se aprobara la solicitud de Israel. Fue demasiado tarde para ayudarle en las urnas. No es sólo un tributo a los millones de dólares contribuidos a los candidatos políticos nacionales por acaudalados judíos usamericanos sino un testimonio del temor que AIPAC, el Comité de Asuntos Públicos USA-Israel, el grupo de presión oficialmente registrado de Israel, ha instilado en los miembros del Congreso que no tienen ni un interés personal en el apoyo a Israel ni un electorado judío importante. “Si hubiera un voto secreto, la ayuda a Israel sería reducida severamente,” declaró en 1989 un congresista descrito como favorable a Israel a Morton Kondracke de New Republic. “Israel ya no recibe 3.000 millones de dólares al año por afecto. Es por miedo de que te vayas a despertar una mañana y descubras que un oponente tiene 500.000 dólares para presentarse a las elecciones en tu contra.”
 
Sin embargo el lobby es más que sólo AIPAC, que por sí sólo no podría ejercer tanto poder. Existen, en realidad, más de 60 organizaciones, entre pequeñas y grandes, dedicadas con determinación a promover los intereses de Israel en USA mientras marginan, intimidan y silencian a sus críticos. Entre otros, tienen en la mira a judíos opuestos a la existencia de Israel como Estado judío, como yo y otros que se indignan simplemente por la continua ocupación israelí y por el robo de tierras palestinas, y los medios letales que utiliza para realizarlos, restringidos sólo por las ligeras limitaciones de la comunidad internacional.
 
Unas 52 de estas organizaciones pertenecen a la Conferencia de Presidentes de las Principales Organizaciones Judías Usamericanas, que supuestamente es la voz de los judíos usamericanos.
 
Además de AIPAC, las dos mayores y más influyentes de ellas son la Liga Contra la Difamación, o ADL, y el Comité Judío Usamericano, o AJC. Representantes de las principales organizaciones se reúnen todos los meses para planificar la estrategia para ese mes. No abandonan nada al azar.
 
La ADL comenzó en 1914, como un vástago de la más antigua organización sionista de la nación, B’nai B’rith. Su misión era defender a los judíos contra actos y palabras anti-judíos. Sigue haciéndolo, pero el racismo anti-judío dejó de ser un problema serio en USA hace años y hoy en día la principal tarea de la ADL es recolectar información sobre críticos de Israel, a los que llama “los nuevos antisemitas” y calumniarlos en los medios públicos.
 
Hace catorce años, fue demasiado lejos en su recolección de información. Un allanamiento de la policía de San Francisco de la oficina de ADL en la ciudad reveló que la organización estaba realizando una importante operación de espionaje privado en todo USA. Sólo en el área de San Francisco, su agente había compilado ilegalmente ficheros sobre más de 600 organizaciones y 12.000 individuos, yo entre ellos. No se trataba sólo de grupos árabes-usamericanos, palestinos y musulmanes, sino asimismo negros, latinos, asiáticos, irlandeses y sindicales.
 
Había una categoría especial para el movimiento contra el apartheid que no podía sorprender en vista de los vínculos de Israel con la África del Sur del apartheid, pero el espía de la ADL también transmitía esa información a un agente del espionaje sudafricano, junto con informes sobre exiliados de ese país residentes en el área.
 
La presión de influyentes sionistas locales convenció a los funcionarios de la ciudad de que no procesaran a la ADL, mientras la organización prometió que abandonaría sus actividades de espionaje. No hay motivos para suponer que lo haya hecho. En la actualidad, trabaja en estrechísima relación con departamentos de la policía en todo el país, educándolos en los así llamados “crímenes de odio” y envía rutinariamente a grupos de policías usamericanos a viajes gratuitos a Israel para que aprendan cómo reaccionar ante “ataques terroristas.” Esto no promete nada bueno para lo que queda de las libertades cívicas usamericanas.
 
El Comité Judío Usamericano fue fundado por judíos alemanes en 1906 y fue firmemente antisionista hasta que los eventos de la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto Judío lo llevaron a cambiar su posición. En la actualidad, es la oficina extraoficial de relaciones exteriores del lobby, y hasta hace poco se limitaba en general a trabajar entre bastidores presionando a gobiernos extranjeros en nombre de Israel. Comenzó a mostrar los músculos más públicamente hace dos años cuando abrió una oficina en Bruselas para cabildear a la Unión Europea.
 
El AJC tiene ahora reuniones semanales con un alto funcionario, cuando no con el jefe de Estado de un gobierno miembro de la UE y ya se puede ver el efecto. Durante el año pasado, la UE se ha apartado de su relativo apoyo a los palestinos y ha adoptado una posición tras otra reflejando las exigencias israelíes.
 
No se encuentra en la conferencia de presidentes a una serie de otros importantes componentes del lobby, incluyendo a 117 consejos de relaciones de la comunidad judía, 155 federaciones judías, y varios poderosos gabinetes estratégicos (think-tanks) de Washington como el Instituto para la Política de Oriente Próximo de Washington, creación del AIPAC; el Instituto Empresarial Usamericano, y la Fundación por la Defensa de la Democracia, fundada después del ataque contra el World Trade Center.
 
Si se suma a los que he mencionado hasta ahora, a los organismos religiosos judíos que también cabildean a favor de Israel, debería ser obvio que no existe otro grupo étnico o religioso que llegue cerca de tener una organización tan intensa, con la posible excepción de los sionistas cristianos, pero el alcance de las actividades de estos últimos es relativamente limitado. No es más que uno de varios aspectos que distinguen al Lobby de Israel de otros poderosos grupos de presión usamericanos por intereses especiales, aparte del hecho de que representa los intereses de un país extranjero. Todos son importantes para comprender su éxito.
 
El primero, por supuesto, es el dinero. Es imposible saber cuánto contribuyen los judíos a los políticos usamericanos, pero es mucho más que cualquier otro grupo.
 
La dificultad ocurre porque grupos que controlan los datos categorizan las contribuciones según el sector financiero del donante que, en el caso de Israel, tiende a disfrazar el objetivo del donante. Por ejemplo, la industria de comunicaciones en USA es dominada por judíos, en su mayoría conocidos partidarios de Israel. Cuando contribuyen a los demócratas o republicanos, sin embargo, ese dinero no es atribuido al Lobby de Israel, sino a la industria de comunicaciones. Esto vale para las empresas bancarias y financieras de Wall Street que también son en gran parte judías, así como a otros sectores del mundo de los negocios.
 
Haim Saban ilustra este problema. Multimillonario israelí-usamericano nacido en Egipto y propietario de medios de información, dio en 2002 12,3 millones de dólares al Partido Demócrata. 7,5 millones en un solo pago. Fueron dos millones de dólares más de lo que Exxon dio al Partido Republicano durante un período de 10 años, pero no mereció más de algunas líneas en el New York Times. Saban, buen amigo del ex primer ministro israelí Ehud Barak, también ha hecho grandes contribuciones a AIPAC.
 
También estableció el Centro Saban sobre Oriente Próximo en el Instituto Brookings, convirtiendo lo que otrora fuera un gabinete estratégico independiente en otro componente del lobby. Los 12,3 millones de dólares de Saban, sin embargo, no fueron considerados como financiamiento de grupos de presión para Israel.
 
Lo que se considera como dinero favorable a Israel es limitado en gran parte a fondos de unas tres docenas de PAC pro-Israel, o sea comités de acción política y sus miembros. Los PAC son grupos autorizados a recolectar donaciones y entregarlas a políticos que apoyan los intereses particulares de la industria, los sindicatos o de organizaciones sin fines de lucro que constituyeron el PAC. Lo que distingue a los PAC pro-Israel de otros es que disimulan su identidad para evitar la mirada indagadora de los medios y del público. Lo logran simplemente al no mencionar a Israel en su nombre. Por lo tanto tenemos a Californianos del Norte por un Buen Gobierno, Luisianos por un Buen Gobierno, el Caucus del Desierto, el PAC de Hudson Valley, y NATPAC, etc. Esto ha llevado a que un ex funcionario del Departamento de Estado se haya referido a ellos como “PAC furtivos.”
 
Además, a diferencia de otros PAC, sólo contribuyen a candidatos en otros estados.
 
Por ejemplo, Caucus del Desierto envía dinero a candidatos al Congreso o a miembros titulares del Senado o de la Cámara de Representantes en Illinois o Nueva Jersey, basándose solamente en sus posiciones respecto a Israel. Esto ha llevado a críticos del lobby a retratarlos como “Israel Primeros”. Con ello quieren indicar que se preocupan más por el bienestar de Israel que por el de sus conciudadanos.
 
Medí las contribuciones políticas favorables a Israel abriendo el sitio en la red de la revista Mother Jones, una revista mensual liberal favorable a Israel. En 1997 y 2000 compiló listas de los 400 principales donantes individuales a ambos partidos políticos. Lo que descubrí fue que en 2000, 7 de los principales 10 donantes, 12 de los principales 20, y por lo menos, 125 de los principales 250, eran judíos, la mayoría donantes al Partido Demócrata. En otras palabras, por lo menos un 50% o más de los grandes donantes. Es una cifra extraordinaria si se considera que los judíos representan sólo un 2,3% de la población usamericana.
 
La cifra general de un 50% corresponde a cálculos desde dentro del Partido Demócrata, así como de organizaciones judías, aunque algunos especulan que la cifra podría ascender a un 70%.
 
La dimensión de estas contribuciones, combinada con las de los sindicatos que están vigorosamente a favor de Israel al nivel de su sus direcciones y que han invertido por lo menos 5.000 millones de dólares en bonos del gobierno de Israel, ha convertido al Partido Demócrata, en lo que el profesor de derecho usamericano Francis Boyle, calificó recientemente de “una fachada para AIPAC.”
 
Mientras mantiene una formidable presencia en el Congreso de la nación, hasta el punto de que en el Congreso hablan simplemente de “el lobby”, AIPAC cobra su fuerza de sus cuadros de base y de la de otras organizaciones judías con las que se entrelaza en cada estado y ciudad importante en USA. Sus operaciones son realizadas por un personal de 165, un saludable presupuesto anual de 47 millones de dólares, y oficinas en todo el país. Una ventaja especial le asegura el que sea considerada un grupo de presión nacional y que no tenga que registrarse según la Ley de Registro de Agentes Extranjeros.
 
Esto brinda a sus cabilderos accesos a sitios y actividades que le serían prohibidos si estuviera registrado, como ser su participación en audiencias de comités del Congreso, la presentación o aprobación de legislación que referente a Israel o al Oriente Próximo, y la colocación de sus pasantes como voluntarios en las oficinas de miembros del Congreso, donde sirven como ojos de AIPAC, o si se prefiere, sus espías.
 
Pocos miembros del personal de AIPAC cabildean realmente. La mayoría suministra materiales de investigación, puntos de discusión, y discursos para miembros del Congreso o ayuda a preparar el Informe de Oriente Próximo de AIPAC, un periódico quincenal que es una lectura esencial en el Congreso. A nivel local, además de contribuir dinero, miembros de AIPAC proveen voluntariamente su pericia a candidatos presentados a las elecciones parlamentarias, de manera que quienquiera gane, Israel está seguro de ganar un partidario.
 
La conferencia anual de AIPAC en Washington cada primavera es un evento importante de la temporada política. En 2005, 4.000 miembros asistieron junto con 1.000 estudiantes invitados. El discurso central es usualmente hecho por el presidente, el vicepresidente o el Secretario de Estado. Este año recibieron al vicepresidente Dick Cheney con repetidos aplausos y una ovación de pie. Como tributo al poder del lobby, asiste aproximadamente la mitad de los miembros del Congreso, incluyendo a los jefes de la mayoría democrática y republicana en el Senado y la Cámara. Predeciblemente, sus discursos reflejan su lealtad personal y el compromiso inquebrantable de USA con Israel. Los nombres de los miembros del congreso que aparecen son publicados en el sitio en la red de AIPAC, que subraya su condición entre los principales donantes judíos.
 
Igual de importantes, pero raramente publicitados, son los almuerzos y cenas regionales que AIPAC realiza en todo el país, a los que invitan a dirigentes políticos locales – alcaldes, intendentes, miembros de las municipalidades, jefes de la policía, fiscales de distrito, superintendentes de escuelas, etc. Los oradores en esos eventos son usualmente un senador nacional o un gobernador de otro Estado. Lo interesante es que jamás invitan a los medios ni los informan de su presencia, tampoco en el lugar en el que tiene lugar el evento, ni en el Estado del orador.
 
Como corolario, esos funcionarios públicos favorecidos son rápidamente invitados a viajes con todos los gastos pagados a Israel por cuenta de los consejos de relaciones comunitarias de la comunidad judía local. Allí ven al primer ministro, al ministro de defensa, al Jefe de Estado Mayor del ejército israelí, hacen un tour por Israel y a un asentamiento en Cisjordania, y visitan el museo Yad Vashem del Holocausto. Los nuevos miembros del Congreso emergen invariablemente de esos así llamados “funcionarios del Estado” y así las relaciones personales establecidas entre ellos e influyentes activistas de la comunidad judía en dichos viajes son mutuamente provechosas.
 
Políticos, de candidatos al Congreso al presidente, viajan frecuentemente a Israel para obtener el apoyo de los votantes judíos en casa.
 
George W. Bush realizó su único viaje a Israel antes de decidir que se presentaría como candidato a presidente, en lo que fue considerado en general como un esfuerzo por ganar el apoyo de votantes favorables a Israel. El gobernador de California Arnold Schwarzenegger y el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, judío no practicante, hicieron lo mismo.
 
Una vez que están en el Congreso, los legisladores pueden contar con más viajes gratuitos a Israel organizados a través del Fondo de Educación USA-Israel, una fundación establecida por AIPAC con ese propósito. Sólo en 2005, más de 100 miembros del Congreso visitaron Israel, algunos de ellos varias veces.
 
Hay que subrayar que pocos políticos consideran que sea necesario hacer un tal viaje político a México antes o incluso después de una elección, a pesar de que México es mucho más vital para la economía de USA y es la patria auténtica de muchos millones más de usamericanos. Pero, claro, no existe un grupo de presión mexicano con tanta influencia política o financiera.
 
AIPAC no contribuye directamente a campañas parlamentarias o presidenciales, pero aconseja a sus miembros y a la comunidad favorable a Israel dónde su dinero puede ser más efectivo, sea a través de contribuciones individuales o mediante uno de los PAC.
 
Una característica importante del poder de AIPAC es su capacidad de obtener las firmas de por lo menos 70 senadores de USA bajo cualquier carta que desee enviar a un presidente de USA cuando considere que no actúa a favor de los mejores intereses de Israel. Una de las notable fue la carta de 76 de ellos dirigida al presidente Gerald Ford el 21 de mayo de 1975, después de que Ford suspendiera la ayuda para Israel y estuviese a punto de hacer un importante discurso re-evaluando la relación entre USA e Israel y llamando a Israel a retornar a las fronteras de 1967. La carta advirtió a Ford contra todo cambio en la fuerte relación USA-Israel. Ford nunca pronunció el discurso y ningún presidente se ha atrevido a volver a formular una amenaza semejante.
 
Mitchell Bard, un ex editor del Informe de Oriente Próximo de AIPAC, explica que la fuente del poder del grupo de presión es que “los judíos se han dedicado a la política con un fervor casi religioso.” Aunque la población judía en USA es de aproximadamente seis millones, o sea un poco más de un 2% de la población de USA, casi un 90% vive en doce estados clave en el colegio electoral.
 
“Sólo esos estados,” escribe Bard, “significan suficientes votos electorales para elegir al presidente. Si se suma como judíos a los no-judíos identificados en los sondeos de opinión como favorables a Israel, es obvio que Israel tiene el apoyo de uno de los mayores grupos con posibilidades de veto en el país.”·
 
Bard subraya lo que ha sido obvio para los observadores políticos desde hace años. El activismo político judío obliga a los miembros del Congreso a considerar lo que pueden significar para su futuro político si tienen antecedentes de votos divergentes sobre temas relacionados con Israel. No existen ventajas para los que critican abiertamente a Israel y “considerables costos tanto en pérdida de dinero como de votos de judíos y no-judíos por igual.” Para un miembro del Congreso, basta con pedir ecuanimidad con israelíes y palestinos para que se convierta en un candidato a la derrota.
 
Consecuentemente, los políticos a todo nivel del gobierno tienden a ser más receptivos a las preocupaciones de los votantes judíos que a los de mayores segmentos de sus electorados, que se preocupan más por la TV “reality”, las telenovelas, los deportes profesionales, y por sus teléfonos celulares que por la política electoral.
 
Aunque el que “la contribución a las campañas sea una clave importante para el poder judío… [sea] uno de los secretos peor guardados en la política judía usamericana,” como señaló JJ Goldberg, en su libro “Jewish Power”, ésta no fue considerada suficiente por los partidarios de Israel en los años inmediatamente posteriores al establecimiento de Israel. Se estimó necesario que los grupos judíos crearan una estructura supra-organizativa que trabajara para asegurar que ningún sector de la vida usamericana permaneciera inmune a su influencia. Aunque esta estructura se desarrolló con el tiempo y a pesar de que ha expandido y refinado el alcance de sus actividades, su modus operandi ha seguido siendo en gran parte el mismo.
 
Esto fue revelado en una audiencia del Comité del Senado sobre Relaciones Exteriores en 1963, cuando la ayuda financiera y el apoyo político de USA para Israel eran mínimos en comparación con lo que ocurriría posteriormente, y aún era posible que por lo menos un legislador elegido criticara públicamente a Israel. La represalia vino más tarde. Por lo tanto, en mayo de 1963, el senador J.W. Fulbright, demócrata de Arkansas, presidente del Comité de Relaciones Exteriores inició una serie de audiencias sobre las actividades de agentes extranjeros en USA para determinar si era necesario imponer leyes más restrictivas.
 
Entre los grupos investigados estaban los del joven lobby de Israel, incluyendo la estructura supra-organizativa o aglutinadora: el Consejo Sionista Usamericano (AZC, por sus siglas en inglés), y AIPAC que entonces era poco más que una organización unipersonal.
 
En esos días, el AZC incluía a otros ocho grupos; sólo dos de ellos son importantes en la actualidad, la Organización Sionista de Usamérica, de extrema derecha, y la Organización Sionista de Mujeres de Usamérica, más conocida como Hadassah. Como el Comité de Asuntos Públicos Sionista Usamericano, AIPAC había sido lanzado en 1951 como el brazo de cabildeo del Consejo Sionista Usamericano, pero se separó del AZC en 1954 para no poner en peligro la libertad de impuestos de las demás organizaciones por sus esfuerzos de cabildeo. Eliminó “Sionista” de su nombre y se convirtió en AIPAC en 1959. La separación fue sobre todo cosmética. Mientras AIPAC concentraba sus esfuerzos en el Congreso, los otros grupos desplegaron su cabildeo a favor de Israel a lo largo y lo ancho de la sociedad de USA.
 
Esto quedó en claro en el programa de un solo comité del AZC que fue presentado en la audiencia del Senado. Hay que señalar que en aquel entonces Israel no enfrentaba un peligro externo y que no existía la Organización por la Liberación de Palestina.
 
El Comité de Información y Relaciones Públicas del Consejo Sionista Usamericano realizaba “una parte importante de su trabajo mediante subcomités altamente especializados compuestos de profesionales en áreas específicas de actividad que ofrecían sus servicios…” Sus objetivos para el año fiscal 1962/63 eran revistas, y sus editores, la televisión, la radio y el cine; grupos religiosos cristianos; las universidades, a todo nivel; la prensa diaria; los editores de libros y su promoción; la expansión de su oficina de oradores, ya activa; la relación con organizaciones, a niveles nacionales y locales, especialmente aquellas con programas de relaciones internacionales, con especial atención a la “comunidad negra:” “la producción de material especial y de orientación en temas controvertidos, como los refugiados árabes, la situación sirio-israelí, etc.;” la subvención de viajes a Israel para “formadores individuales de la opinión pública para ayudar a suministrarles una experiencia en Israel… y organizar viajes “en los que participarán formadores de la opinión pública [y] suministrar arreglos adecuados en Israel para tratar a visitantes usamericanos… contrarrestando la oposición” (que era mínima en aquel entonces, pero no tomaban riesgos), el control y la oposición a todas las actividades realizadas aquí por los árabes, Amigos Usamericanos de Oriente Próximo y otros grupos hostiles”, y finalmente el número doce nombrado “Miscelánea,” que incluía: “Responder a pedidos de información y suministro de literatura adecuada para muchos miles de pedidos recibidos cada año.”
 
Eran sus objetivos hace 44 años. Veamos a dónde han llegado.
 
El primer ítem incluía las revistas y cultivar la relación con sus editores. Aunque varias de las revistas más importantes de la época ya no son publicadas, las que existen en la actualidad, como Newsweek, Time, US News & World Report, y Weekly Standard son de propiedad o tienen dirección judía o una parte sustancial de su personal editorial estaba formada por judíos. Aunque el que alguien sea judío no significa necesariamente que él o ella sea un sionista activo, mis observaciones a través de los años, indican que en su mayoría simpatizan con Israel y, por lo menos, por su propio interés, sabrán cómo hilar una historia.
 
La televisión, la radio y el cine eran dominados en aquel entonces por judíos, pero ahora apoyan con más vigor a Israel, tanto los propietarios como la gerencia, así como la dirección de las noticias. Es una fuente primordial de propaganda e influencia a favor de Israel.
 
Los grupos religiosos cristianos han representado un desafío para el lobby, ya que varias confesiones han buscado, a través de los años, una posición equilibrada ante al conflicto Israel-Palestina. Esto, para los sionistas, es un acto de “antisemitismo”. En general, sin embargo, los sionistas se han asegurado de que en sus relaciones con la mayor parte de las confesiones cristianas nunca se olvide la culpa cristiana por siglos de persecución de los judíos. Su mayor éxito ha sido la suma de los evangélicos cristianos a las filas del movimiento sionista, lo que asegura un masivo apoyo de votantes en USA rural donde viven pocos judíos.
 
Entre las confesiones más liberales, los sionistas han tenido que trabajar recientemente horas extra para impedir que presbiterianos, episcopálicos y congregacionalistas, aprueben o implementen planes que los llevarían a desinvertir de compañías usamericanas que se benefician con la ocupación.
 
Las universidades han sido desde hace tiempo un importante campo de batalla entre los sionistas y los partidarios de Palestina. En los últimos años, la batalla por la desinversión y lo que puede o no ser enseñado sobre el conflicto Israel-Palestina han sido los temas principales. Los sionistas ya se habían mostrado extremadamente activos antes de la actual Intifada, pero poco después de que Israel fuera ampliamente criticado por su ataque contra Yenín en abril de 2002, 26 de los grupos en los campus dirigidos por Hillel, y organizaciones fuera de los campus dirigidas por AIPAC, la ADL y la AJC formaron la Coalición Israel Campus. Hasta ahora han podido impedir todos los intentos de desinversión en los campus universitarios, como lo han hecho en las iglesias.
 
En la batalla por el contenido de la enseñanza, la ADL comenzó temprano. A comienzos de los años ochenta, fue la primera organización que publicó una lista de profesores y activistas favorables a los árabes y la distribuyó entre sus miembros y en los medios de información. El grupo más reciente: Campus Watch, [Vigilancia de los campus], llegó a colocar sus direcciones en su sitio en la red hasta que se vio obligado a retirarlas. En la arena académica, la AJC y Campus Watch han estado empujando al Congreso para que apruebe legislación que exigiría un control de los estudios de Oriente Próximo en las universidades para asegurar que los profesores no indoctrinen a sus estudiantes con “propaganda” contra Israel o contra USA. Ya que esto violaría claramente la Primera Enmienda y limitaría la libertad de expresión de los profesores en las aulas, la legislación está atascada en el Senado.
 
Hace poco, el lobby logró una importante victoria cuando impidió que la universidad Yale, la más antigua de la nación, contratara al profesor de la Universidad de Michigan y experto en Oriente Próximo, Juan Cole, aunque Cole había sido recomendado por los comités de contratación de la universidad. ¿Su crimen? Critica a Israel y al lobby y apoya a los palestinos.
 
La conquista de la prensa diaria ha significado a veces una contienda, pero el lobby logró una clara victoria. Con la propiedad de los dos diarios más influyentes del país, el New York Times y el Washington Post que han estado históricamente en manos judías, con columnistas favorables a Israel en ambos periódicos sindicados en cientos de otros periódicos en todo el país, la posición favorable a Israel es la única que el usamericano lee tanto en sus páginas editoriales como en las de opinión.
 
También las noticias reciben un sesgo pro-israelí pero eso no les basta a los grupos sionistas de control de los medios de información: CAMERA y Honest Reporting. Acusan a ambos periódicos de tener un prejuicio contra Israel, favorable a Palestina. Esto, por cierto, es una estupidez, pero les sirve para meterlos en vereda.
 
Cualquier estudio de los títulos de libros revelará otro éxito del lobby. Ha habido una plétora de libros sobre Israel y la cultura judía, pero nada ha tenido más éxito que la promoción de libros sobre el holocausto judío y la producción parece ser interminable. Además, es poco común que un niño usamericano pase por la escuela pública sin realizar un intenso estudio del holocausto a través del diario de Ana Frank. Para ellos, es la historia de la Segunda Guerra Mundial. En realidad, los escolares usamericanos pasan más tiempo estudiando el holocausto que el genocidio de los usamericanos nativos y los tres y medio siglos de esclavitud y las décadas de racismo que siguieron. Antes de que salgan de la universidad, los estudiantes también habrá leído y experimentado las sensibleras recriminaciones de Eli Wiesel contra el mundo no-judío por no ayudar a los judíos. Wiesel es ahora un personaje permanente en la escena cultural usamericana.
 
No me concentraré en todo el resto del programa del AZC fuera de subrayar que sus vínculos con la comunidad afro-usamericana, y más recientemente con la emergente población latinoamericana, ha sido de gran importancia para la dirección del lobby. Mientras los judíos de izquierda jugaron papeles importantes en las luchas por los derechos cívicos de USA, el control de la agenda política negra y la determinación de su dirección han sido desde hace tiempo objetivos importantes del lobby. Ha tenido éxito en ambos casos. Contribuciones de acaudalados empresarios judíos favorables a Israel dan apoyo financiero a iglesias negras y mantienen tranquilos a sus pastores, mientras el suministro de medios para campañas electorales y bases de datos cruciales para candidatos negros a políticos, aseguran su lealtad a sus donantes, si no a Israel. Los que se niegan a la genuflexión ante el lobby, que exigió su renuncia a toda crítica cuando Israel suministró armas a la África del Sur del apartheid, se ven acusados de “antisemitismo” y son objetivos para la extinción política.
 
Lo que queda hoy es lo que he llamado “la plantación invisible.” La única parlamentaria que no está actualmente en esa plantación es Cynthia McKinney de Atlanta, Georgia. La derrotaron en 2002 por criticar a Israel y a la guerra contra Iraq, pero luchó por recuperar su escaño en 2004, para gran disgusto no sólo del lobby sino también del Partido Demócrata.
 
Apuntan a ella de nuevo en la primaria del 18 de julio en Georgia.
 
Finalmente, y eso lo más inquietando, lo que distingue al Lobby Israel de todos los demás es que no encara una oposición de importancia.
 
En realidad, sólo esta primavera, con la publicación de un trabajo intitulado “El Lobby de Israel y la Política Exterior de USA” en London Review of Books por los profesores John Mearsheimer de la Universidad de Chicago y Steven Walt, de Harvard, el tema del poder y la influencia del lobby sobre la política de Oriente Próximo de USA se convirtió en un tema aceptable para el debate público.
 
En su trabajo, los profesores afirmaron, con considerable evidencia, que el apoyo de USA a Israel a través de los años no ha sido en función del interés nacional de USA y que la actual guerra en Irak fue iniciada esencialmente por cuenta de Israel y argumentaron, efectivamente, contra la noción de que Israel actualmente sirva como un “punto de valor estratégico” para USA.
 
El que el artículo haya tenido que ser publicado en Londres, después de ser rechazado por la revista Atlantic en USA, es un comentario elocuente sobre el grado en el que la discusión del lobby, ha representado un tema tabú en los círculos políticos usamericanos.
 
Esos círculos incluyen no sólo a los partidarios de Israel y los políticos y los medios de información sobre los que mantienen su influencia, sino a la izquierda usamericana y su principal icono: el profesor Noam Chomsky. Aunque elogió a los dos profesores por haber presentado el tema, procedió a descartar de paso su tesis, sin discutir sus principales puntos.
 
No fue una sorpresa. Durante más de 30 años, en innumerables libros, discursos, y entrevistas, el profesor Chomsky ha sostenido que Israel es un “punto de valor estratégico” para USA, que sirve como “policía de ronda” de Washington en Oriente Próximo, y que el lobby no es realmente un factor en las deliberaciones de política exterior de Washington. Sólo parece que lo es, insiste, porque sus posiciones tienden a coincidir con las de las elites gobernantes de USA. También es importante señalar que se opone enérgicamente a cualquier forma de presión económica contra Israel, sea mediante boicot, desinversión, o sanciones del tipo de las aplicadas a África del Sur.
 
Con todo lo que ha invertido en su posición, el profesor Chomsky no va a cambiar su posición al respecto. Tampoco, al parecer, lo harán otros profesores como Stephen Zunes que han adoptado rígidamente su punto de vista.
 
Por lo más importante y lamentable, es que también ha sido la posición adoptada por los movimientos de solidaridad contra la guerra y de solidaridad con Palestina. En lugar de saludar la oportunidad de criticar o incluso de discutir el papel del lobby que ha ofrecido el artículo de Mearsheimer-Walt, han preferido ignorarlo, como Chomsky y Zunes, insistiendo en que el problema no es el lobby, sino el imperialismo de USA (como si las dos cosas se excluyeran mutuamente) que es un objetivo fácil pero que presenta una base limitada para una acción política concreta. El hecho de que el movimiento de apoyo a Palestina en USA ha sido un terrible fracaso hasta ahora, creo, puede deberse, en gran parte, a su negativa a reconocer el poder del lobby de Israel y a cuestionar ese poder a escala local o nacional.
 
Es interesante señalar que en 1971, tres años antes de que Chomsky publicara su primer libro sobre el tema, Roger Hilsman, que fue funcionario el Departamento de Estado a cargo de espionaje bajo la administración Kennedy escribió:
 
“Es obvio hasta para el observador más despreocupado, por ejemplo, que la política exterior de USA en Oriente Próximo, donde el petróleo reina supremo, ha respondido más a las presiones de la comunidad judía usamericana y a su deseo natural de apoyar a Israel, que a los intereses petroleros usamericanos.”
 
Stephen Green, cuya innovadora investigación de documentos del Departamento de Estado fue incorporada en su extraordinario libro “Taking Sides: America’s Secret Relations with Militant Israel,” lo dijo de un modo más matizado:
 
“Desde 1953,” escribió, “Israel, y los amigos de Israel en USA, han determinado las líneas generales de la política de USA en la región. La tarea de los presidentes de USA ha sido implementar esa política, con diferentes grados de entusiasmo, y de encarar los aspectos tácticos.”
 
El difunto profesor Edward Said no escatimó sus palabras sobre el tema. En 2001, en su contribución a “The New Intifada”, intitulada, adecuadamente: “El último tabú de USA,” preguntó retóricamente: “¿Qué explica esta situación [actual]? La respuesta está en el poder las organizaciones sionistas en la política usamericana, cuyo papel durante todo el “proceso de paz” nunca ha sido encarado suficientemente – un descuido que es absolutamente sorprendente, considerando que la política de la OLP ha sido en esencia depositar nuestra suerte como pueblo en el regazo de USA, sin ninguna conciencia estratégica de cómo la política usamericana es dominada por una pequeña minoría cuyos puntos de vista sobre Oriente Próxima son en algunos puntos más extremos que los del propio Likud.”
 
Y respecto a AIPAC, Said escribió:
 
“El Comité de Asuntos Públicos Usamericano Israel – AIPAC – ha sido durante años el más poderoso grupo de presión en Washington. Al disponer de una población judía bien organizada, bien relacionada, altamente visible y acaudalada, AIPAC inspira temor y respeto intimidantes en el espectro político. ¿Quién va a enfrentar ese Moloch por cuenta de los palestinos, cuando estos no pueden ofrecer nada, y AIPAC puede destruir una carrera profesional en lo que tarda en tomar en manos su libreto de cheques? En el pasado, uno o dos miembros del Congreso se resistieron abiertamente a AIPAC, pero los numerosos comités de acción política controlados por AIPAC se aseguraron de que jamás fueran reelegidos. ¿Si ése es el material que compone la legislatura, qué se puede esperar del ejecutivo?
 
La opinión del profesor Said, como la de los demás, cayeron en oídos sordos.
 
Por lo tanto, no puede sorprender que ante la ausencia de una oposición pública organizada y ante la vil falta de ella por parte de los que pretenden apoyar a la causa palestina, le haya sido fácil al Lobby Israel mantener su control sobre el Congreso de USA, y esencialmente sobre la política de USA para Oriente Próximo mientras convierte una derrota predecible en las urnas en el coste político para cualquier presidente que se le oponga.
 
Cada presidente, comenzando con Richard Nixon, ha hecho por lo menos un esfuerzo a medias para lograr que Israel abandone Cisjordania, Gaza y las Alturas del Golán, no para beneficiar a los palestinos, sino para favorecer los intereses regionales de USA y cada uno de ellos ha sido frustrado por el lobby.
 
La excepción fue Jimmy Carter, un ajeno a la situación política, que obligó a Menachem Begin a evacuar el Sinaí a cambio del tratado de paz de Camp David con Egipto y en 1978 y, para refregárselo en la nariz, le ordenó que retirara sus tropas de Líbano después de la primera invasión de su vecino del norte de Israel.
 

 

Al lobby no le gustó Camp David, ni los demás esfuerzos de Carter por presionar a Israel y éste lo pagó en las urnas en 1980 cuando recibió sólo un 48% del voto judío, el menor de cualquier demócrata desde que comenzaron a contarlo. Considerando la situación que he descrito, la perspectiva de modificar la política usamericana en cuanto a asegurar aunque sea un atisbo de justicia para los palestinos, no es brillante. Lo que nos queda por hacer es explicar por qué y retar a aquellos de nuestro lado que controlan obstinadamente el mensaje a que encaren la verdad o se aparten del camino.
 
Nota de Rebelión: Este texto fue presentado originalmente por Jeffrey Blankfort en la Conferencia de la Comisión Islámica de Derechos Humanos, en la Escuela de Estudios Orientales y Africanos, Londres, 2 de julio de 2006.
 
Jeff Blankfort declaró posteriormente sobre las circunstancias en las que fue presentada su intervención:
 
“Había sido invitado a hablar en un panel en una conferencia de todo un día, patrocinada por la Comisión Islámica de Derechos Humanos, cuyo tema era: “Contra el sionismo: Perspectivas judías.” El día fue dividido en tres paneles. El primero fue: “El caso religioso contra el sionismo” que incluía a dos rabinos de Neturei Karta... El segundo panel sobre “Subyugación en nombre de la autodeterminación” se componía del historiador israelí Uri Davis, que se encontró entre los primeros que describieron a Israel como estado del apartheid, Les Levidow, miembro de la Campaña de Solidaridad con Palestina del Reino Unido, cuyo tema era “Apoyo occidental para el sionismo: Implicaciones para la estrategia,” y Roland Rance, activista sindical cuyo tema fue “Oposición al sionismo: La estrategia central de un movimiento de solidaridad.” En el tercer panel estaban Michael Warshawski, que habló de “Sionismo como la primera línea de la así llamada civilización judeo-cristiana; John Rose, miembro destacado del Partido Socialista de Trabajadores del Reino Unido, que habló de “Desmantelamiento del sionismo – condición previa para la reconciliación árabe-judía,” y yo, que hablé de “La influencia de Israel y su lobby en USA sobre la política de Oriente Próximo de USA.”
 
Se perdonará a cualquiera que haya escuchado al segundo panel si se pregunta si alguno de los oradores había oído hablar del artículo de Mearsheimer-Walt, para no hablar de haberlo leído. No hubo nada en las presentaciones de Levidow o Rance que presumiblemente hablaran de lo que debería ser la estrategia de un movimiento de solidaridad con Palestina, que pudiera indicar que hayan prestado o estén prestando atención a que lo que el lobby sionista hace en el Reino Unido o en otras partes tenga alguna significación. Recién al preguntar un miembro del público preguntó a los panelistas qué pensaban del artículo de Mearsheimer-Walt, reaccionaron y lo denunciaron, así como la noción misma del poder del lobby. Rance, con tanto entusiasmo como el que dedicó a denunciar los crímenes de Israel en Gaza, y Levidow con más pasividad, pero con casi la misma firmeza. Aunque no era el tema de Davis, estuvo de acuerdo con ambos en que la cola israelí no menea al perro usamericano.
 
Mi presentación (continuó Blankfort) provocó la ira de John Rose que se apartó de sus observaciones para arremeter contra la idea de que el lobby tenga alguna influencia sobre la política de USA, insistiendo en que Israel es un “factótum” de USA en la región. En una breve refutación, facilitada por el moderador, atraje la atención del público al hecho de que los únicos dos grupos que han rechazado la tesis del artículo de Mearsheimer-Walt son los propios sionistas, y la izquierda antisionista, y que era curioso que los que lo hicieron con tanta emoción en esa conferencia, a diferencia de mi persona, no hayan tenido experiencia alguna con el lobby de Israel en USA; que su posición permite que las fuerzas favorables a Israel corran por doquier sin encontrar oposición. Aprecio el hecho de que el IHRC me haya dado la oportunidad de representar a una parte que es excluida en gran parte de conferencias sobre el problema Israel-Palestina que son organizados por los grupos “oficiales” de solidaridad con Palestina.
 
Lo que ocurrió ese domingo no fue sólo un desacuerdo académico en una tarde calurosa de verano en Londres, sino representa una falla crítica del movimiento occidental de solidaridad con Palestina; una falla que equivale a permitir que ciertos sedicientes judíos “antisionistas” que con el pasar de los años han asumido posiciones clave en el movimiento, continúen suministrando un escudo de protección para las bien documentadas actividades destructoras de los grupos de presión favorables a Israel tanto en USA como en el Reino Unido y, sin duda, en otros sitios. Es evidente que deben ser enfrentados y cuestionados incluso si el lobby mismo necesita ser enfrentado y cuestionado y el problema debe ser discutido y comprendido exhaustivamente por los miembros del movimiento. Los que piensan de otro modo deberían examinar el triste historial del movimiento de solidaridad hasta ahora y preguntar si uno de los motivos de su fracaso es o no el que no se reconozca la importancia del papel del lobby.
 
FUENTE: www.rebelion.org 

“La brutalidad demente del Estado de Israel”

Por Kathleen Christison
 
No bastan las palabras: los términos corrientes son inadecuados para describir los horrores que Israel perpetra a diario, y ha perpetrado durante años, contra los palestinos. La tragedia de Gaza ha sido descrita cien veces, como lo han sido las tragedias de 1948, de Qibya, de Sabra y Chatila, de Yenín -- 60 años de atrocidad perpetrada en nombre del judaísmo. Pero el horror generalmente cae en oídos sordos en la mayor parte de Israel, en la arena política de USA, en los medios de información dominantes en USA. Los que se horrorizan – y son muchos – no pueden penetrar el escudo de indiferencia que protege a la elite política y mediática en Israel, más aún en USA, y cada vez más en Canadá y Europa, contra la obligación de ver, de preocuparse.

Pero hay que decirlo, y bien fuerte: los que preparan y realizan la política israelí han convertido a Israel en un monstruo, y ya es hora de que todos nosotros – todos los israelíes, todos los judíos que permiten que Israel hable en su nombre, todos los usamericanos que no hacen nada por terminar con el apoyo de USA para Israel y su política asesina – reconozcamos que nos enlodamos moralmente al mantenernos pasivos mientras Israel realiza sus atrocidades contra los palestinos.

Una nación que exige la primacía de una etnia o religión sobre todas las demás terminará por ser sicológicamente disfuncional. Obsesionada narcisistamente con su propia imagen, tiene que esforzarse por mantener a cualquier precio su superioridad racial y llegará inevitablemente a considerar toda resistencia a su superioridad imaginaria como una amenaza existencial. Por cierto, todos los demás pueblos se convertirán automáticamente en una amenaza existencial simplemente en virtud de su propia existencia. Mientras trata de protegerse contra amenazas ilusorias, el Estado racista se hace crecientemente paranoico, su sociedad cerrada e insular, intelectualmente limitado. Los reveses lo enfurecen, las humillaciones lo enloquecen. El Estado arremete en un esfuerzo insano, sin ningún sentido de la proporción para reasegurarse de su propia fuerza.

Esa pauta se agotó en Alemania nazi, cuando trató de mantener una mítica superioridad aria. Ahora se agota en Israel. “Esta sociedad ya no reconocer ninguna frontera, geográfica o moral,” escribió el intelectual israelí y activista antisionista Michel Warschawski en 2004 en su libro “Towards an Open Tomb: The Crisis of Israeli Society [Hacia una tumba abierta: La crisis de la sociedad israelí]. Israel no conoce sus límites y arremete al descubrir que su intento de forzar a los palestinos a la sumisión y de tragarse a toda Palestina está siendo frustrado por un pueblo palestino con capacidad de recuperación, digno, que no se somete en silencio, ni renuncia a la resistencia frente a la arrogancia de Israel.

Nosotros, en USA, nos hemos curtido ante la tragedia infligida por Israel, y nos dejamos engañar fácilmente por el sesgo que automáticamente, por algún truco de la imaginación, convierte las atrocidades israelíes en ejemplos de cómo Israel es tratado injustamente. Pero una clase dirigente militar que lanza una bomba de 250 kilos sobre un edificio de apartamentos residencial en medio de la noche y mata a 14 civiles en su sueño, como sucedió en Gaza hace cuatro años, no es un ejército que opera siguiendo reglas civilizadas. Una clase dirigente militar que lanza una bomba de 250 kilos sobre una casa en medio de la noche y mata a un hombre, a su esposa y a siete de sus hijos, como ocurrió hace cuatro días, no es el ejército de un país moral.

Una sociedad que puede hacer caso omiso como si fuera insignificante ante el brutal asesinato de una niña de 13 años por un oficial del ejército que pretendió que ella amenazaba a los soldados de un puesto militar – uno de casi 700 niños palestinos asesinados por israelíes desde que comenzó la Intifada – no es una sociedad con conciencia.

Un gobierno que encarcela a una muchacha de 15 años – una de varios cientos de niños bajo detención israelí – por el crimen de empujar y de escapar de un soldado que trataba de cachearla a la entrada de una mezquita, no es un gobierno con algún comportamiento moral. (Esta información, que no es el tipo de noticia que llega a aparecer en los medios de información usamericanos, fue mencionada por el Sunday Times de Londres. La niña recibió tres tiros mientras se escapaba y fue condenada a 18 meses de cárcel después de salir del coma.)

Los críticos de Israel subrayan crecientemente que Israel se autodestruye, se acerca a una catástrofe de su propia creación. El periodista israelí Gideon Levy habla de una sociedad en “colapso moral.”

Michel Warschawski escribe sobre una “locura israelí” y “brutalidad demente,” una “putrefacción” de la sociedad civilizada, que han lanzado a Israel por un camino suicida. Prevé el fin de la iniciativa sionista; Israel es una “banda de matones,” dice, un Estado “que se burla de la legalidad y de la moral cívica. Un Estado que funciona despreciando la justicia pierde la fuerza necesaria para sobrevivir.”

Como señala con amargura Warschawski, Israel ya no conoce fronteras morales – si alguna vez las conoció. Los que siguen apoyando a Israel, que encuentran excusas para lo que hace mientras desciende hacia la corrupción, han perdido su brújula moral.

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Kathleen Christison es ex analista política de la CIA y ha trabajado en relación con problemas del Oriente Próximo durante 30 años. Escribió “Perceptions of Palestine and The Wound of Dispossession”. Para contactos: kathy.bill@christison-santafe.com.