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Karim Marzuqa

Presidenciales 2005

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El Presidente Ricardo Lagos sobre la elección de su sucesor (a):

"Quedan tres semanas y mucho por trabajar"

El Presidente afirma que si bien el correcto desempeño y la popularidad de un gobierno ayudan al candidato oficialista, no aseguran una victoria, y pone como ejemplo el caso de Bill Clinton, quien -pese a concluir su mandato con un 65% de popularidad- vio cómo su vicepresidente, Al Gore, perdía contra George W. Bush en las elecciones de 2000. En esta entrevista también confiesa su frustración por el estado de las relaciones con Perú, y admite que no logró crear confianza mutua con el Presidente Toledo. A la hora del balance, afirma que cumplió su promesa de campaña de que tras su gobierno surgiría "otro país", y afirma que tras dejar La Moneda se concentrará en las relaciones internacionales, para evitar así entorpecer la labor de quien sea su sucesor.

El Presidente Ricardo Lagos partió el martes rumbo a Corea del Sur, a participar en su última cumbre del Apec. El trayecto al Asia tardó 36 horas de ida (28 de vuelo y otras seis de escalas técnicas) y otras 36 horas de vuelta, y fue tan largo y extenuante que en la comitiva surgieron nuevamente voces sobre la pertinencia de comprar un nuevo avión que reemplace al Boeing 757 de la Fach, con escasa autonomía. "Estos no son viajes de placer. Estar todo este tiempo volando dentro de esta cabina -yo un poco más cómodo que tú- para pasar menos de 48 horas en Busán...", dice el Mandatario, al tiempo que advierte que plantear la compra de una nueva nave ahora sería un error, "porque podría devenir en un tema de campaña".

Lagos ha viajado más que el ex Presidente Eduardo Frei, pero ha sido criticado mucho menos que su antecesor por ello. El tiene una explicación: "El país se empezó a dar cuenta de que esto era parte de la pega de un gobernante. Antes la gente se preguntaba qué puede traer de la conversación con fulano".

Pero el viaje, en el que Lagos vio por última vez como Presidente a algunos de los líderes del Asia Pacífico con quienes no volverá a encontrarse hasta marzo próximo, no fue la única evidencia de que se aproxima el fin de su mandato, y de que lo que parecía un tránsito sin sobresaltos hacia un cuarto gobierno de la Concertación con Bachelet a la cabeza no está siendo tan tranquilo como se preveía. No por nada el Presidente recurrió al ejemplo de Bill Clinton, que pese a concluir sus ocho años en la Casa Blanca con una altísima popularidad, no logró que su sucesor fuera su Vicepresidente Al Gore y debió entregarle el poder a George W. Bush. Otra señal de que la encuesta CEP de esta semana, en la que Bachelet perdió seis puntos, remeció con fuerza al oficialismo fue el desmentido del Presidente frente a la eventual incorporación de su ministro de Hacienda, Nicolás Eyzaguirre, al comando de la candidata para la cada vez más probable segunda vuelta. "Eso es una lesera", dijo Lagos cuando esta entrevista ya se había realizado.

En esta conversación el Presidente habla de la detención de Fujimori y admite las dificultades que ha tenido para entenderse con el gobernante peruano, Alejandro Toledo. Pero también insinúa cuál es la evaluación que ya hace de sus seis años en La Moneda. "Este es hoy otro país", dice.

La oposición ha criticado su apoyo implícito a Michelle Bachelet. ¿Considera legítimo que un presidente se juegue a fondo por su candidato o debiera tener una actitud un poco más prescindente?
Todo presidente tiene que preocuparse por la continuidad de las políticas que está haciendo. Yo creo en lo que he hecho, creo en la política de vivienda, creo en la reforma a la salud, quiero que siga extendiéndose el Metro y que permanezca una política exterior con la fuerza que se ha planteado en estos años. ¿Por qué no voy a poder decirle eso al país? Es absurdo lo que se me pide. Quiero la continuidad. Quiero que continúen la estabilidad, la gobernabilidad, el crecimiento y el liderazgo. Mire usted el apoyo que tengo de la ciudadanía.

¿Usted cree que le puede traspasar su apoyo a Bachelet?
Yo nunca he mencionado la palabra Bachelet, entonces con qué derecho vienen a reclamar. Otra cosa es que el país sabe por quién voy a votar, si Michelle fue mi ministra de Salud y de Defensa. Yo no tengo necesidad de decir ’vote por Bachelet para mantener la continuidad y la estabilidad en Chile’. Si vamos bien, sigamos mejor.

¿En qué grado el éxito de su gobierno pasa porque en marzo le entregue la banda a Bachelet?
Que tú culmines tu gobierno con alguien de tu misma corriente claro que es un éxito. Pero no automático. El Presidente Bill Clinton terminó con un apoyo del 65%, y aun así no se eligió a su Vicepresidente Al Gore, sino a Bush. Y pese a ello, nadie puede decir que Clinton fracasó, aunque él habría terminado más contento si hubiese ganado Gore, porque se habría producido en EE.UU. una continuidad de sus políticas. Esto mismo corre para mi caso.

Hasta esta semana se daba por descontado que Bachelet sería su sucesora, pero la última encuesta CEP no sólo da como un hecho la segunda vuelta, sino que sitúa a Sebastián Piñera a sólo ocho puntos de ella en ese evento. ¿Por qué cree que Bachelet está cayendo?
Si hoy hay tantos reclamos por intervencionismo, imagínate cómo sería si le hiciera hoy un análisis político a Michelle y le dijera haz esto o lo otro. Mi rol es gobernar y parte de eso es decirle a la gente hacia dónde quiero que siga Chile.

Usted enfrentó en 1999 condiciones adversas: la economía estaba en franca crisis, había un alto desempleo, el caso Pinochet había polarizado el país y Lavín representaba una genuina novedad. Aun así, usted nunca bajó en las encuestas CEP de los 40 puntos. ¿Qué explicación hay para que Bachelet, con la economía pujante y un gobierno con una amplia base de apoyo, esté en 39%?
Son importantes esos elementos que tú mencionas, pero no los únicos. El momento de máxima gloria de (el primer ministro británico Winston) Churchill, después de su discurso de sangre, sudor y lágrimas, fue cuando está negociando con los aliados en Berlín, luego del triunfo. Y en medio de esas tratativas sus ministros, que lo acompañan, dejan sus maletas en los hoteles para ir a votar en la elección para volver. Y Churchill fue derrotado.

¿A qué se refiere?
En una elección tú apuestas al futuro. Difícilmente uno puede encontrar un caso más impactante en la historia política moderna. El hombre que dice que habrá guerra y que hay que prepararse, y nadie le hace caso. Que está en el ostracismo, pero lo llaman en el momento más difícil. Que está cuatro años al frente de un gobierno de unidad nacional... llega el momento de la elección, sólo meses después de ganar la guerra, y pierde.

¿Qué quiere decir con esto?
Que no necesariamente el que a un país le vaya bien asegura un triunfo de Michelle. Que ayuda, claro que ayuda. Pero también hay que saber explicar las cosas a los electores. Explicar, por ejemplo, que yo dije que crearía 200 mil empleos el primer año, y después 100 mil anuales, es decir 700 mil en seis años. He creado hasta ahora 660 mil, o sea vamos a cumplir la meta.

Pero el desempleo sigue sobre el 8%.
Exactamente, pero eso es porque de todos los empleos creados, el 70% fueron ocupados por mujeres, porque ha habido un aumento en la participación femenina en la fuerza de trabajo. Si la fuerza de trabajo fuera la misma del 2000, hoy tendríamos un desempleo del 4%. Pero al mismo tiempo es positivo que haya más mujeres trabajando que antes. Estos son los temas que hay que poner hoy en el debate. Hay que decirles a los electores: mire lo que hemos hecho.

El ministro Osvaldo Puccio afirmó que la elección presidencial será un plebiscito sobre su gobierno. ¿Comparte esa afirmación?
Claro que la comparto. En buena medida comparto que es un plebiscito sobre mi gobierno.

¿Le sorprendió la caída de Bachelet en las últimas encuestas?
Bueno, había otros indicadores que apuntaban en esa dirección. Se comentaba mucho que probablemente iba a haber una disminución de Bachelet. Pero creo que en Chile se les da demasiada importancia a las encuestas. Son importantes, todos las usamos, pero creo que se le está dando demasiada importancia.

Después de conocerse la encuesta CEP, usted afirmó que a ella aún le queda mucho por trabajar. ¿Qué haría usted en su lugar?
Eso. Quedan tres semanas y mucho por trabajar.

Los consejeros de Bachelet optaron por enfatizar el carácter ciudadano de su candidatura y minimizaron los contenidos más políticos. ¿Se equivocaron?
No. A diferencia de los procesos eleccionarios anteriores, los ciudadanos expresaron sus deseos. Y lo más notable es que tanto Michelle como Soledad Alvear, y primero la Soledad que la Michelle, hay que decirlo, empezaron a surgir de la ciudadanía. Hace un año los delegados de la DC eligieron a Soledad por su apreciación ciudadana, y en el PS parecía tan obvio a quién apoyaba la ciudadanía que ni siquiera hubo elección interna. Ha habido un cambio en la política, aunque no sé si permanecerá.

Piñera tiene un patrimonio que supera los 1.000 millones de dólares. Hasta ahora él no ha explicado cómo hará para que su participación en empresas no le generen conflictos de interés. ¿Considera que debiese ser más más explícito?
Yo en un momento planteé que en otros sistemas es normal hacer lo que se llama un fideicomiso ciego, en donde usted entrega a alguien la administración de sus bienes. Nunca me voy a olvidar del Presidente Kennedy, que tenía una fortuna más modesta que la de Piñera, pero que al inicio de su campaña estableció un trust ciego. Usted va a un banco o donde un señor que le merece confianza y le dice: aquí está todo mi patrimonio. Usted sólo tiene que darme plata cuando yo le pida. Manténgame mi casa en Santiago y en la playa, y lo demás no me diga dónde está, de manera que si tengo un pleito con la CAP, no sepa si tengo acciones de la CAP. Una de las cosas que me toca como Presidente es conseguir nuevas rutas para Lan Chile. Ahora estamos a punto de suscribir un acuerdo de cielos abiertos para Chile, lo que le permitiría a Lan volar non stop de Santiago a Londres, Roma o París. No sé si se entiende lo que quiero decir.
¿Qué le parece el impacto que tuvo Tomás Hirsch en los debates? En la campaña de 1999 Gladys Marín tuvo que esperar afuera, mientras usted debatía con Lavín en el edificio del antiguo Congreso.
Ese fue un asunto de comandos, porque no era sólo Gladys Marín, sino también Arturo Frei y Sara Larraín, y los canales dijeron queremos sólo a estos dos. Hoy la cosa es distinta: una candidata que va corriendo adelante, dos que están empatados y un cuarto que puede influir en el resultado. Hirsch es un gran comunicador, pero a ratos se le sale lo de Silo, como ocurrió en el reciente impasse con Perú.

Si tuviera que destacar una característica de cada candidato presidencial, ¿cuál elegiría?
De Bachelet, su gran carisma. De Lavín, su esfuerzo. De Piñera, la ambición. De Hirsch, su capacidad como comunicador.

Le han preguntado varias veces si quiere volver a ser candidato en 2009, y usted siempre ha dicho que no lo ha pensado. ¿Por qué no ha entregado una respuesta definitiva sobre eso?
Cuántas veces me preguntaron si sería o no senador vitalicio. Yo respondía: pregúntenmelo el 12 de marzo, cuando sea una posibilidad real. No sé dónde estaré el 2009. Lo que sí puedo decir es que a partir de marzo quiero estar en mi casa, leer, viajar. Ahora me llegó la presidencia del club de Madrid, que es muy honroso. Clinton y otros se expresaron muy bien de mí y acepté. También es cierto que la OMS me pidió integrar una comisión sobre salud.

¿Enfatizará el área de las relaciones internacionales?
Creo que es la forma más adecuada de colaborar con el futuro gobierno. Me gustaría, además, contar lo que han sido estos años, mi experiencia.

¿Descartó, entonces, volver a ejercer un cargo de elección popular?
Nadie puede decir de esta agua no beberé, pero creo que en verdad, la forma de colaborar con un nuevo gobierno, es sustraerse de la política cotidiana, porque si no, lo normal va a ser que los periodistas, con todo derecho, se acerquen y me pregunten qué opino de la decisión del ministro tal. Y eso no es apropiado.

Pero Frei y Aylwin han estado de algún modo presentes en política interna.
Sí, pero con una tremenda discreción. El Presidente Frei sólo ha opinado cuando ha habido temas en los que él consideraba importante entregar su palabra, y eso me parece legítimo. Pero si a cada cosa que yo hago, mi antecesor está en la prensa para aplaudir o disentir, no es muy elegante.

Perú y Fujimori
Perú levantó intempestivamente su reclamo por el límite marítimo y ha intentado crear una controversia en torno a ese tema. ¿Lo sorprendió?
Sí y no. Este tema lo ha venido planteando Perú intermitentemente en los últimos 20 a 25 años. Antes de eso nunca, porque Perú había entendido que los límites marítimos estaban establecidos. Sin embargo, en un par de ocasiones el Presidente Toledo lo había planteado. Lo que no me gustó es que cuando se toma la decisión de enviar este asunto al Parlamento, no se nos informara. Perú tenía que saber que eso iba a producir una reacción por parte nuestra. Me sorprendió. Nosotros informamos a Perú sobre todos nuestros ejercicios militares y todas nuestras compras de armamento.

¿Qué le diría a Bolivia, que aparece como uno de los potenciales perjudicados con la tesis peruana?
Lo que todo el mundo ha dicho: que esto implicaría una dificultad si alguna vez se piensa que puede haber una solución para las aspiraciones bolivianas. Todos estamos de acuerdo en Chile de que no se va a dividir el país en dos. Por lo tanto, cualquier solución pasa por la frontera norte de Chile. Y esto implica que esa zona, por donde podría venir la salida boliviana, prácticamente no tendría proyección marítima.

El caso de Bolivia ha sido frustrante para usted, que creyó que podría haber avanzado en una solución.
No solucionarlo. Pero sí me habría gustado haber dejado un nivel de relaciones más fluidas.

¿Relaciones diplomáticas plenas?
No sé si diplomáticas. Pongámoslo en estos términos: cuando me junto con el Presidente Kirchner o con el Presidente Lula, no da ni siquiera para una foto tamaño carné en el diario, porque es normal. Pero cuando me junto con mi par boliviano sucede lo contrario. Eso habla de una relación poco fluida. Por eso no puedo menos que celebrar lo que han sido estos meses -pocos, por desgracia- con el Presidente Rodríguez, con quien hemos establecido una relación de confianza muta.

En el caso opuesto, ¿ha influido en la tensión con Perú el que usted y el Presidente Toledo no tengan esa misma relación de confianza?
Con Alejandro teníamos una visión común del mundo, muchas coincidencias. Cuando asistí a su transmisión del mando él me pidió que la mía fuera la primera visita de Estado de su gobierno. En ese momento yo pensé que íbamos a tener una relación de mucha confianza. El me hizo el honor de invitarme a una Parada militar, la primera a la que asistía un Presidente chileno. Todo era muy auspicioso.

¿Y qué ocurrió en el camino?
Hubo distintos temas, algunos que vienen de atrás, otros que se exacerban, como el video de Lan Chile. ¡Qué tiene que ver el Presidente y el gobierno y el país entero con un video que se pasa a bordo de un avión comercial! Me parece que ese tipo de cosas, como la sobrerreacción con estos muchachos, los grafiteros, que terminó elevado casi a un tema de Estado, con llamados telefónicos y diálogos entre cancilleres, van poniendo piedras en el camino y dificultades que se exacerban. Al final, temas tan menores terminan escalando a nivel de los jefes de Estado y lamento mucho eso.

¿Y cuánto juega en todo esto la historia?
Los países maduros asumen su pasado. Si en Europa estuvieran dedicados a discutir los límites, yo no sé cuál es la Europa que valdría: la de 1939, la de 1945 o la del Pacto de Versalles. Eso es lo que no entiendo. Nosotros pensábamos que con el Presidente Fujimori habíamos resuelto todos los problemas pendientes que teníamos, así como entendemos que hemos resuelto prácticamente todos los temas con Argentina. Eso nos debería permitir ver las cosas de manera distinta. La expresión suya es correcta: existe una sensación de frustración por la cantidad de horas que se le dedica a esto.

¿La presencia del ex Presidente Fujimori dificulta un entendimiento con Perú?
Creo que no, porque el tema lo derivamos por los canales que correspondían, que son los del Poder Judicial. Fue necesario explicar ese domingo, cuando él llegó, que la forma de resolver esto era a través de ese canal y que íbamos a hacer un tremendo esfuerzo para que las instituciones funcionaran. El pedido de detención llega a la Cancillería, ésta lo deriva al presidente de la Suprema, éste al ministro de turno y éste toma la primera decisión en horas. Eso demostró nuestra voluntad de distinguir una cosa de la otra. Una cosa era lo que sucedía con el Presidente Fujimori, y otro el tema de los límites.

¿La premura con que el gobierno chileno entregó la solicitud de detención provisional buscó evitar un escalamiento?
Claro. He leído que algunas personas en Perú temían que el Presidente Fujimori desapareciera e intentara llegar no sé cómo a su país, una cosa muy rara. Cuando se les dijo no, pues, si el señor está en el hotel Marriot, como que se quedaron más tranquilos.

El ex Presidente Fujimori mantuvo fluidas relaciones con los gobiernos de Aylwin y Frei. ¿Considera que las estrictas condiciones de detención en que se encuentra se condicen con su calidad de un ex mandatario amigo de Chile?
Es que esas cosas son en beneficio de él también, con el fin de prever cualquier situación.

El PS criticó que no se lo expulsara, pero eso habría facilitado su regreso al Japón y hecho más improbable que enfrente los cargos que le hace la justicia de su país. ¿No hay una incongruencia?
Lo que hoy esta claro es que no era viable que se lo expulsara a Perú. Usted se imagina cómo hubieran hablado las organizaciones de DD.HH si se le hubiera expulsado a Japón.

"Sería petulante decir que no hay cosas pendientes, pero este es hoy otro país"

Una de las decisiones más relevantes que le quedan por tomar es nombrar al sucesor del general Cheyre en la Comandancia en Jefe del Ejército. ¿Cuándo tomará una decisión? Ahora que el presidente puede remover al comandante en jefe, ¿esperará hasta que esté definido el nombre del próximo presidente para decidir?
Lo importante es que hoy tenemos una relación del poder civil con las FF.AA. muy fluida. Lo segundo que quisiera decir es que el general Cheyre ha sido un gran comandante en jefe. El ha enfrentado temas complejos y difíciles con mucha decisión. Lo tercero es que las FF.AA, sin necesidad del cambio constitucional, han entendido cuál es su rol en una democracia madura. Cuando en un momento complejo le tuve que decir al general Fach Patricio Ríos que me veía en la obligación de pedirle la renuncia, él no lo dudó. Ya se vio la designación del almirante Codina. Fue una cosa normal.

Pero el reemplazo de Cheyre adquiere más importancia.
En el caso de Codina y el de Cienfuegos llegamos de común acuerdo con un período de tres semanas desde que surge el nuevo alto mando para anunciarlo. Y, por lo tanto, acá debemos usar un criterio similar. Ahora, si hay elementos que hagan adecuado hacer el anuncio antes, lo voy a hacer. Pero estas cosas ya no son dramas. Produce más drama nombrar a un ministro de la Corte Suprema.

Quedan menos de 25 días para que Chile elija a quien será su sucesor y menos de cuatro meses para que concluya su mandato. ¿Considera que ha cumplido su propósito de "gobernar hasta el último día"?
Eso tiene que juzgarlo el país, pero yo por lo menos todos los días hago mi pega. El miércoles, antes de partir a Corea, me reuní con el ministro de Cultura y llamé al alcalde de Santiago para enfrentar un tema que no era mío, como es el Museo de Arte Precolombino. Es un tema privado, sobre las subvenciones que el municipio le da, pero mi obligacion también es preocuparme de esas cosas. Cuando uno dice gobernaré hasta el último día, quiere decir que tienes que asumir tus responsabilidades hasta el final.

Con el 90% de su período cumplido, ¿siente que dejó alguna deuda importante pendiente?
Es difícil decir no dejé nada pendiente, y además sería una petulancia de mi parte. Pero si me preguntas por las líneas gruesas, reconóceme que, tal como dije en la primera vuelta que "mañana será otro Chile", hoy este es otro país. Otro Chile que tú lo ves cuando siete de cada 10 jóvenes son la primera generación de su familia que asiste a la universidad. Otro país cuando tienes una reforma de salud y un conjunto de obras de infraestructura.

En este viaje firmó el TLC con China y se comenzó a negociar con Japón. ¿La apertura de la economía será uno de los principales sellos de su administración?
Eso tiene que ver con la forma en que Chile entiende su desarrollo a futuro, con que nos consideramos preparados para enfrentar un mundo global y no le tenemos miedo. Eso le pone un sello de excelencia a Chile, pero ahora tenemos que actuar de acuerdo con esa excelencia. Nunca en la historia nos habíamos encontrado en un período tan corto de tiempo en que se abre automáticamente el espacio para llegar a 430 millones de habitantes en la Unión Europea, más de 300 millones en EE.UU y 1.400 millones en China. Chile es el único país que tendrá mas del 70% de su intercambio bajo acuerdos de libre comercio.

Pareciera que la tarea de cerrar el ciclo de acuerdos quisiera terminarla íntegramente. Ahora se reunió con el primer ministro japonés.
Recuerdo que en mi primera entrevista con Koizumi, hace un par de años, él me dio una gran lección. Yo llegué a hablarle de comercio, y él me empezó a hablar de la Esmeralda, que por esos días había llegado a Tokio. Yo volvía al tema del comercio entre Chile y Japón y él me seguía hablando de la Esmeralda. "Este barco que viene impulsado por el viento, hay que tener una gran inteligencia para mover esas velas y llegar a Tokio", me decía. Yo me preguntaba qué me querrá decir este señor. Luego me explicó que la primera conversación es para conocerse y no para cerrar negocios. Bueno, en la segunda reunión me habló de comercio fuerte y duro.

Vocal de mesa ?!?!?!?!?! Noooooooooooooooooo !!!

Aquí les adjunto el link para revisar si el 11 próximo deberán cumplir con su deber ciudadano de ser vocal de mesa.. a cruzar los dedos ! http://www.servel.cl

La nueva ceremonia del adiós

Patricio Navia se refiere a los acontecimientos relacionados con las asesorías a empresas públicas por parte de familiares y amigos del presidente Lagos por contratación directa y sus repercusiones en el escenario político presidencial. Ir al artículo